Petirrojo
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Petirrojo es una singular e implacable novela que da a conocer a Harry Hole, el agente ahora ascendido a comisario que ha protagonizado las obras del autor noruego y que es el culpable de que hoy se le conozca como uno de los grandes autores policíacos escandinavos. Y esas son palabras mayores.
Esta novela, también. En ella, Harry Hole busca a un fantasma llamado Daniel Gudeson. Un ángel que regresa cincuenta y cinco años después desde los campamentos de la Waffen-SS en Asalcia para juzgar a los vivos y a los muertos: a todos aquellos que le traicionaron. Gudeson era uno de los soldados noruegos que se sumaron a las filas de Hitler tras la invasión del país nórdico. El principal problema para Harry Hole es que, según todos los testimonios que ha conseguido reunir, murió en 1944. ¿Quién es entonces el anciano que ha encargado en el mercado negro un rifle Marklin, el arma favorita de los asesinos a sueldo?
Harry tan sólo tiene una pista: la de los neonazis, bajo cuya mediación se ha logrado introducir en Oslo el arma y que han anunciado un sangriento 17 de mayo, día nacional noruego. ¿Preparan un atentado? ¿Quién estará detrás del objetivo de la Marklin? Nunca lo habría creído. Pero antes habrá otras ejecuciones: todos son ancianos, todos sobrevivientes de la II Guerra Mundial, todos con el Marklin o a cuchillo, como verdaderos golpes de bayoneta. La firma de un ex combatiente. Y Harry Hole tan sólo tiene una certeza, una obsesión: detenerlo como sea.
Esta es una novela de reencuentros, de supervivientes, de traidores, de maldad y de descubrimientos. Ante todo, el del propio Jo Nesbø, que deja claro que es todo un maestro en la construcción de historias y en la creación de personajes complejos, drásticos y profundos. Particularmente, el del propio Harry Hole, marginado y entregado al alcohol para rumiar su mala suerte: protagonista involuntario del tiroteo a un agente secreto norteamericano durante la visita de Bill Clinton a Oslo y sumido en la depresión tras el brutal asesinado de Ellen, su mejor amiga y colega en la investigación acerca de cómo ese rifle para cazar elefantes ha llegado a Oslo.
El propio Nesbø caracteriza a su policía más famoso, investigador de homicidios del Grupo de Delitos Violentos en Oslo antes de ser ascendido a comisario del Centro Nacional de Inteligencia. Lo hace a través de los ojos de un personaje menor, el abogado defensor John Krohn: "Se percató de que el hombre llevaba una chaqueta que le venía algo pequeña, unos vaqueros negros y unas descomunales botas estilo Dr. Martens. La cabeza, casi rapada al cero, y la complexión atlética y delgada apuntaban a una edad que rondaba los treinta y tantos. Pero los ojos, enrojecidos y ojerosos y la palidez del rostro surcado de finos capilares que, aquí y allá, se abrían en pequeños deltas, hacían pensar más bien en los cincuenta". Solitario y obsesivo, busca sin saberlo a la mujer de su vida.
Novela de supervivientes: Harry Hole es en cierto modo uno de ellos, pero en "Petirrojo" investigará a los últimos supervivientes noruegos que se alistaron en la división Nordland. Es decir, a cuatro: Hallgrim Dale, Edvard Mosken, Sindre Fauke y Gudbrand Johansen. Los cuatro tienen una presencia fundamental en la obra, y los cuatros viven bajo el drama de la traición: todos fueron condenados como "traidores a la patria" tras la Segunda Guerra Mundial. Y ésta será precisamente la traición que el asesino querrá vengar. ¿Es el asesino uno de los cuatros? ¿Dónde se esconde Gudbrand Johansen, apodado "Petirrojo"? ¿Detrás de quien se esconde? ¿O hay que seguir buscando a Daniel, a quien le gustaba que le llamaran Urías?
Urías era el nombre del soldado enamorado de Betsabé al que, según la historia bíblica, el Rey David envió al frente para que muriera y él pudiera casarse con la propia Betsabé. Y está presente cíclicamente en esta novela. La traición es uno de los temas favoritos de Nesbø. En "Petirrojo" está presente continuamente: entre los propios soldados de la división Nordland, dentro de la Policía, en las infidelidades de Bernt Brandhaug, en la propia vida de Harry Hole, en el historiador Even Juul… y es la obsesión, el único móvil, del asesino del Marklin, quizás una víctima más de la guerra. ¿Puede ésta provocar un trauma capaz de producir desdoblamiento de personalidad? ¿Y puede alguien desdoblarse en Daniel Gudeson?
Hay otro desdoblamiento que interesa particularmente a Nesbø, quien aparentemente se desdobla de continuo en el propio Harry: el de la propia Historia. El tratamiento parcial del pasado, no ya de quienes vencieron, sino el triunfo de la historia que queremos realmente creer. Como una investigación policial. Como la misma vida.
Jo Nesbø es todo un fenómeno social en Noruega. Nacido en 1959, se le conocía como cantante y compositor, antes de dar el salto a la economía y la literatura. Desde que en 1997 publicó la primera novela de la serie del policía Harry Hole, se le ha aclamado como el mejor escritor policíaco de Noruega. Y, sin duda, es un referente de la última gran hornada de autores del género negro escandinavo. Ha ganado prácticamente todos los grandes premios, como el Glass Key Award, el Riverton Prize y el Norwegian Bookclub Prize.
"Podría decir que es variación más compleja de los argumentos de Agatha Christie, pero la realidad es que no lo puedes dejar de leer, que te atrapa totalmente y, a veces, sabe ser muy divertido". THE DAILY TELEGRAPH
Algunas pinceladas de Petirrojo
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Una noche de luna. Tú y él, parecíais ángeles, como enviados del cielo. Pero me equivoqué. Hay ángeles que no son enviados del cielo, Signe. ¿Lo sabías? Ella no contestó. La voz había dicho algo que activó un volcán de pensamientos en su cabeza. La voz. Y cayó en la cuenta, estaba distorsionada.
—No –se obligó a contestar.
—¿No? Pues deberías. Yo soy uno de esos ángeles.
—Daniel está muerto –dijo ella.
Se hizo el silencio, sólo interrumpido por la respiración que siseaba contra la membrana. Entonces, la voz habló de nuevo:
—He venido para juzgar. A vivos y muertos.
Los riesgos del petirrojo
—Es un pájaro extraño, el petirrojo —aseguró Ellen mientras volvía a enroscar el tapón del termo.
—No lo dudo —admitió Harry.
—El noventa por ciento se marcha al sur, pero unos cuantos se arriesgan y se quedan aquí.
—¿Cómo que se quedan aquí?
[…] Bueno, pues eso, que los que se quedan prueban suerte por si se presenta un invierno suave, ¿entiendes? Puede que les vaya bien pero, si se equivocan, mueren. Así que, ¿por qué no partir hacia el sur por si acaso, te preguntarás tú? ¿Es simplemente porque los que se quedan son perezosos?
El detalle como pasión
Harry le propinó una patada a la papelera que había junto a su escritorio y la estrelló contra la pared contigua a la mesa de Ellen, desde donde salió despedida rodando mientras su contenido se esparcía sobre el suelo de linóleo: borradores desechados de informes (el caso de asesinato Ekeberg), un paquete de cigarrillos vacío (Camel, tax-free), un cartón de yogur con sabor a melón de la marca Go’morn, el diario Dagsavisen, una vieja entrada de cine (del cine Filmteateret, película Fear & Loathing in Las Vegas), un boleto de lotería sin rellenar, una piel de plátano, una revista de música (el número 69 de la revista MOJO, de febrero de 1999 con una foto del grupo Queen en la portada), una botella vacía de refresco de cola (de plástico, medio litro) y un post-it amarillo con un número de teléfono al que, durante un rato, había estado pensando si llamar o no.
De neonazis y fidelidades
Harry había visto el nombre de Juul con anterioridad en la prensa,era una especie de eminencia en todo lo relacionado con la historia de la ocupación en Noruega y el partido Unión Nacional. Harry hojeó el resto del diario, aunque sin hallar nada de interés, de modo que volvió al artículo de Juul. Era un comentario sobre un artículo anterior acerca de la fuerte posición de que gozaba el fenómeno neonazi en Suecia. Juul describía cómo los movimientos neonazis, que se habían debilitado claramente con el alza económica de los noventa, resurgían ahora con renovado vigor.
Armas favoritas
Un rifle Märklin —comenzó Harry— es un rifle de caza de fabricación alemana, semiautomático, con munición de 16 mm de diámetro,es decir, de mayor calibre que ningún otro rifle. Está pensado para la caza mayor de, por ejemplo, hipopótamos y elefantes. El primero se fabricó en 1970, pero sólo se produjeron unos trescientos ejemplares, hasta que las autoridades alemanas prohibieron su venta en 1973. La razón de tal prohibición fue que, con un par de ajustes y una mirilla Märklin, ese rifle resulta una excelente herramienta de asesinar para profesionales, y en 1973 se convirtió en el arma para atentados más codiciada. En cualquier caso, de esos trescientos rifles, unos cien se encontraban en manos de asesinos a sueldo y de organizaciones terroristas como Baader-Meinhof o las Brigadas Rojas.
Traducción de Carmen Montes





