Plantú: el periodista que dibuja, divierte y reflexiona en la tapa de Le Monde
Sinónimo del diario francés, Jean Plantureux lidera Cartooning for Peace; lo que dejó Charlie Hebdo, la misión de "iluminar" y su visita a Buenos Aires
P ara Plantú, el célebre dibujante del diario francés Le Monde, el caricaturista es un artista que no debe tener límite en su expresión humorística. "Es un traductor, un intérprete capaz de hacer una síntesis de la actualidad y al mismo tiempo un editorialista", dijo a LA NACION el sábado pasado en París, pocas antes de tomar el avión de lo conduciría a Uruguay y a la Argentina.
En realidad, Jean Plantureux -su verdadero nombre-, nacido en París hace 64 años, se define alternativamente como un periodista que dibuja, un militante de la libertad de opinión y un artista. Y naturalmente es todo eso a la vez. Con esa mirada perspicaz y curiosidad casi infantil que lo caracteriza, parece que Plantú ve dibujos por todas partes. La vida real con toda su complejidad es para él una gigantesca historieta que consigue interpretar para sus lectores cotidianamente en un solo cuadro.
En Francia, son contados con los dedos de una mano aquellos que no conocen a Plantú, el hombre que desde hace más de 40 años los divierte y los hace reflexionar desde la portada de Le Monde. Desde entonces, todos los presidentes de la Quinta República, los candidatos y los hombres públicos de todas las disciplinas fueron sometidos al veredicto feroz de su lápiz y de su ojo clínico.
Sólo el general Charles de Gaulle se salvó de sus flechazos, porque aún no había comenzado su vida profesional. Del resto, todos recuerdan al presidente Georges Pompidou con un eterno cigarrillo en la boca; su Edouard Balladur, primer ministro y candidato presidencial, que representaba vestido de noble sentado en una silla de mano; a Valéry Giscard d'Estaing y su actitud de aristócrata, o François Mitterrand con una verruga en la nariz y un gorro de béisbol con la visera de costado.
Plantú publicó su primer dibujo en Le Monde el 2 de octubre de 1972: una paloma volando con una ramita en forma de signo de interrogación, que acompañaba un artículo sobre Vietnam. Ese símbolo de una paz incierta jamás dejó de estar presente en su obra. Doce años después, el director del periódico, André Fontaine, decidió darle cada día un espacio en la portada. Un sitio privilegiado que evolucionaría con el tiempo.
En 2006, Plantú fundó con el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, una asociación internacional de dibujantes, Cartooning for Peace, para promover una mejor comprensión y un respeto mutuo entre pueblos de diferentes creencias y culturas. En el sitio de la organización, http://www.cartooningforpeace.org, una cantidad considerable de caricaturistas-miembros publican maravillosos dibujos sobre la libertad de expresión, la religión, los derechos humanos, el medio ambiente, los conflictos armados en el mundo, el derecho de la mujer e incluso los tabúes.
"Uno de sus miembros es Sabat, a quien conocí en mi primer viaje a la Argentina, hace 20 años", señaló. "Hay otro argentino, Horacio, pero trabaja en Colombia", agregó.
Plantú perdió amigos queridos en el atentado terrorista del 7 de enero contra la revista Charlie Hebdo. Con Wolinski, famoso por su humor erótico, "hice mi educación sexual". Sin rubor se proclama "hijo espiritual" de Cabú, "el más importante caricaturista de Francia, capaz de entrar en los ojos, la nariz, los labios, los cabellos de su personaje para darle un contenido que evoca a Honoré Daumier (que ridiculizó a la nobleza en el siglo XVIII)". Tignous tenía "un estilo inimitable" y Charb? "sus aventuras de Maurice, el perro bisexual y Patapon, el gato ultraliberal, eran geniales y muy divertidas".
-¿Acaso Plantú hubiera firmado los dibujos de Charlie Hebdo?
-Lo que cuenta es que todos los dibujantes de Charlie Hebdo tenían derecho de hacerlo.
Pero ése no es, a su juicio, su caso: "Hago caricaturas políticas, no se trata de una cuestión de religión". Lo que cuenta para él no es dibujar a Mahoma, sino hallar la forma de ser pertinente frente a los ataques contra la libertad de pensar, de dibujar, de educarse y de crear. Justamente, el 10 de enero, su dibujo en portada de Le Monde era una Marianne (símbolo de la república francesa) enarbolando una bandera francesa y un lápiz.
"Mi trabajo es mostrar en un croquis si los niños, y sobre todo las niñas, pueden seguir yendo a la escuela en Afganistán, denunciar la violencia contra los derechos humanos que se produce en el planeta? Todo es una cuestión de iluminar, no de encandilar", precisa.
En su asociación, esos golpes de proyector también están al servicio de quienes, como los caricaturistas de Charlie Hebdo, son perseguidos por su trabajo. "Una de ellos es Rayma Suprani, en Venezuela", precisó. Premio León Zapata de la Sociedad Interamericana de Prensa en 2000 y en 2009, "fue despedida de El Universal en 2014, tras 19 años de colaboración, por uno de sus dibujos, e incluso ha recibido muchas amenazas".
Como todos los caricaturistas, Plantú tiene temas que le resultan difíciles de realizar y aquellos que le causaron más problemas. Entre los primeros están las mujeres, "porque son bellas, es decir, difíciles de representar". Entre los segundos, un dibujo sobre la pedofilia en la Iglesia: "En un solo día recibí 30.000 mails", recuerda.
¿Y el acontecimiento que hubiese soñado poder inmortalizar?, le preguntó recientemente el diario católico La Croix.
"La resurrección de Cristo. Y soy sincero, sin ninguna malicia", respondió.
Una leyenda en la redacción de LA NACION
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Además de ser un genio de la reinterpretación de la coyuntura política y social, es generoso y tiene un maravilloso sentido del humor. Con la misma simpatía que comparte sus idas y venidas en el mundo de la ilustración editorial te cuenta menesteres de la profesión y reuniones increíbles con Arafat o Shimon Peres (ambos le firmaron un dibujo que conforma un documento único, en el que los líderes de Palestina e Israel convergieron sobre un papel gracias a unos ingeniosos garabatos). Es una gran noticia que tengamos la oportunidad de espiar sus inefables tajos de cirujano de la tinta china.
Los ilustradores argentinos dicen...
Liniers
"Es una lupa sobre la verdad"
Sendra
"Es el más mordaz de los intérpretes que refleja la actualidad"
Hermenegildo Sábat
"Estudió medicina, trabajó en las galerías Lafayette y hace 40 años registra con talento la actualidad"
lanacionarTemas
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