Tensa calma
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Es tiempo de ciclones, y en India y Pakistán la población conoce las reglas. El más reciente sacudón fue el del ciclón Biparjoy (“desastre” o “calamidad” en bengalí), que trajo consigo lluvias intensas, vientos e inundaciones. Miles de personas quedaron sin luz y otras miles fueron evacuadas antes de que la tormenta tocara tierra. Como parte de esas medidas preventivas, estos botes pesqueros permanecieron en el puerto de Karachi, arracimados y en espera; la imagen de la tensa calma. La tecnología y la ciencia metereológica permiten esto: ir siguiendo el recorrido del huracán cuando aún está lejos, alertar a la población, dar tiempo a buscar protección antes de que la furia se desate. De hecho, Biparjoy terminó generando los destrozos esperables, pero se apenas se cobró vidas. Lo que nadie pudo evitar es el tiempo de suspensión, el repentino quiebre que todo ciclón impone.
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