Tres preguntas al narrador Eduardo Muslip
Dos títulos nuevos y el respeto de sus pares
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Este año Eduardo Muslip (Buenos Aires, 1965) publicó dos nuevos libros. La novela corta Florentina (Blatt & Ríos) es una historia de apariciones ambientada en el living de una casa en Barracas y Elvira, que también revive un vínculo del pasado, integra una colección de relatos breves publicados por la editorial de la Universidad Nacional de General Sarmiento. En esa casa de estudios Muslip, licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires, investiga sobre literatura en lengua española y da clases. Mientras, desarrolla una obra literaria secreta y a la vez admirada. Plaza Irlanda y Phoenix, dos de sus libros, están entre los mejores de la literatura argentina reciente.
1 -¿Hay un tono en tu escritura que se puede decir que ya es propio?
-Supongo que uno va aprendiendo de sí mismo, una mezcla de lo que se va construyendo. Voy armando una voz con la que siento que puedo hablar de las cosas que quiero. Me parece que esa primera persona no tan invasiva es un camino que me gusta seguir, es una instancia para entregar la mirada del protagonismo también a otros, como puede ser el caso de Florentina o de Elvira.
2-¿Trabajás de modo distinto los libros de cuentos que las novelas?
-Estoy escribiendo pocos cuentos. Me siento más cómodo con la novela corta, a veces más cercana a la crónica. Ahora estoy escribiendo un relato de Brasil y, paralelamente, historias que las pienso como si fueran cuentos separados a partir de una serie de personas que conocí en Tucumán. En la editorial de la UNGS publiqué "Elvira", un cuento que toma a uno de esos personajes a partir del reencuentro de alguien que conocí cuando era chico. Cuando escribo, armo cada escena y trato de que cierre. A veces es la suma de episodios la que va cerrando algo. Esos eslabones funcionan como mínimos descansos de lectura.
3-Algunos te consideran un escritor de escritores.
-Creo que me lee gente que escribe, pero no me siento un escritor de escritores. Yo también leo a otros escritores y no considero que ellos sean escritores de escritores. Aunque uno, como cualquier lector, siempre tiene un filtro.
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