IndyCar: Agustín Canapino tuvo un final enredado y a los golpes en las calles de Nashville
El argentino estuvo involucrado en un accidente y abandonó a tres vueltas del final; victoria de Kyle Kirkwood
Un fin de semana enredado por las contingencias del clima, un desenlace de carrera revuelto por las situaciones en la pista. Agustín Canapino no logró ver la bandera a cuadros en el circuito callejero de Nashville, en la decimotercera fecha del calendario de IndyCar: el clasificador lo enseñó en el puesto 20, a tres giros del vencedor Kyle Kirkwood, después de protagonizar dos incidentes en el tramo definitorio de una competencia que tuvo dos banderas amarillas y una roja. La siguiente estación de la categoría será el sábado próximo, en el circuito mixto de Indianápolis, y una semana más tarde el arrecifeño estará presente en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, de Buenos Aires, para tomar parte de la fecha de Turismo Carretera.
La lluvia en la previa de la clasificación, una qualy con una pista sin el grip que los pilotos y los equipos esperaban y una carrera a pleno sol, con una temperatura de 30 grados en el ambiente, los vaivenes climáticos que ofreció el callejero de Nashville. Un circuito que recibió por tercera vez a la IndyCar y que en 2024 será el escenario de la coronación de la temporada, aunque con un dibujo nuevo: la demolición y la nueva construcción del estadio Nissan, de los Titans de la NFL, es la razón que modificará el trazado de la pista, que tiene su punto de partida en el puente que cruza el río Cumberland y es un homenaje a a los veteranos de la guerra de Corea.
Los dos antecedentes en Nashville enseñaron que la administración del combustible es tan destacada como el de los neumáticos para trazar estrategias, aunque las múltiples banderas amarillas que se mostraron en 2021 y 2022 influyeron en la toma de decisiones de los equipos. En las dos actuaciones previas, sobre un total de 80 vueltas, de carrera pura apenas se dieron 36 en el estreno y 33 el año pasado, que como plus tuvo una bandera roja.
La tercera visita contó con todos esos condimentos, aunque se duplicaron la cantidad de giros de aceleración y los incidentes de envergadura asomaron en el tramo definitorio, con tres golpes contra los muros de contención y la necesidad de detener la carrera con bandera roja para rescatar los autos y limpiar y liberar el circuito.
El callejero de Nashville, el tercer abandono de Canapino
En la turbulencia estuvo envuelto Canapino, que el sábado, en la prueba de clasificación, recibió una sanción por exceso de velocidad en el ingreso a los boxes que le quitó tiempo en la pista y le privó conquistar un mejor lugar de partida: el arrecifeño, del Juncos Hollinger Racing, largó desde la posición 23 entre los 27 participantes; el neozelandés Scott McLaughlin -el que comenzó con un tweet el alboroto de un posible desembarco en el automovilismo argentino, tras el anuncio de que el Titán correrá las últimas fechas del calendario de TC- marcó la pole, al igual que en 2022, aunque en ninguna de las dos oportunidades logró cambiar el mejor puesto de partida por una victoria.
Las características del circuito tienen similitudes con las forman el calendario de V8 Supercars -campeonato australiano de autos de turismo-, y se adaptan al estilo de McLaughlin, que en el inicio marcó una diferencia en la cabeza de la carrera y dejó que las pulseadas se desarrollaran entre el mexicano Pato O’Ward, Colton Herta y Romain Grosjean, que fueron parte de la batalla por la pole. Por entonces, Kirkwood no aparecía en el radar, aunque avanzaba desde la séptima ubicación. En el giro 12 se mostró la primera bandera amarilla, después de que David Malukas rompiera la caja de velocidades y también colapsara el alerón trasero.
Con régimen de bandera amarilla, de los potenciales candidatos a la victoria solamente el español Álex Palou -líder del campeonato- entró a los boxes. El repostaje de combustible resultó menor al que el equipo Chip Ganassi diseñó y esta contingencia tuvo en vilo a la estructura, que pasó a depender de nuevos incidentes para no tener que ensayar una nueva detención para reabastecer al auto N°10. Al catalán no le alcanzó para ganar, pero las dos banderas amarillas que se dieron en las últimas diez vueltas le posibilitaron terminar tercero y estirar la ventaja a 84 puntos -sobre 216 en juego-, sobre Josef Newgarden en el campeonato.
Las estrategias enseñaban que la pulseada por la victoria sería entre McLaughlin y Kirkwood, que se adueñó del control con 29 vueltas por delante y relegó al poleman al segundo puesto; Canapino llegó a ascender al sexto escalón en el clasificador, una posición virtual que se ofrece cuando los pilotos que marchan adelante entran a cambiar neumáticos y repostar combustible: la posición real lo ofrecía 16°, con maniobras agresivas de superación y un ritmo de carrera consistente que alentaba al Juncos Hollinger Racing.
En la pista, los roces empezaron a aparecer con mayor frecuencia: el del neerlandés Rinus VeeKay y el estadounidense Alexander Rossi terminó con una sanción para el europeo. El golpe contra el muro del debutante Linus Lundqvist y el de Jack Harvey -rompió la placa del alerón delantero- promovieron la segunda bandera amarilla. El relanzamiento resultó un caos y envolvió a Canapino: Ryan-Hunter Reay apretó contra el muro a Herta y luego al sueco Felix Rosenqvist; el arrecifeño venía soldado al europeo y no logró quitar el auto y por detrás lo colisionó el danés Benjamin Pedersen.
La tarea de remoción de los autos con las grúas derivó en una bandera roja, que se extendió durante 11 minutos. El Titán fue el único de los tres involucrados que se puso en marcha y alcanzó a tomar parte del relanzamiento final, con cuatro giros por delante. Pero el auto quedó herido y terminó la carrera detenido contra una barrera de neumáticos, en una de las vías de escape del trazado.
La segunda victoria en el año y en su historia para Kirkwood, que antes festejó en el callejero de Long Beach. Tercer abandono de la temporada para Canapino, que lo hizo también en Long Beach y las 500 Millas de Indianápolis. El sábado, en Indianápolis, tendrá un nuevo examen antes de viajar a la Argentina y reencontrarse con el TC y el calor del público. Será una experiencia energizante para encarar las tres últimas citas de IndyCar, la categoría que lo abraza y le regala sensaciones insospechadas, pero todavía no le hace un guiño de continuidad.
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