Los exitosos y los frustrados, a un paso de la meta en el rally Dakar

VILLA CARLOS PAZ.- Un Dakar accidentado llega a su fin, después de dos semanas vertiginosas. Los contratiempos climáticos y las cancelaciones de tramos cronometrados fueron tan recurrentes que, pese a lo problemático del tema, al final los imprevistos ya no sorprendían a nadie. Se cierra, en definitiva, una edición que se hizo a los golpes. Atravesar las dunas de Belén (Catamarca) y el desierto de Fiambalá (La Rioja) resultó un filtro decisivo en la segunda semana de competencia.

Se correrán hoy los últimos kilómetros antes de que la caravana del Dakar llegue a Rosario. Es la última oportunidad que tienen los que pelean por el título de dar el zarpazo final. Sin embargo, en las cuatro categorías reina la misma sensación: los líderes resultan inalcanzables. Excepto imponderables, la ventaja que consiguieron es demasiada y sólo un milagro podrá cambiar un destino que parece escrito. Salvo en el caso de los cuatriciclos: la disputa en lo más alto pasa en saber cuál de los hermanos Patronelli ganará. Marcos, que se apresta a lograr su tercera victoria después de 2010 y 2013, aventaja por poco a su hermano. "Es difícil estar compitiendo contra Alejandro, estoy pensando hasta en frenar y dejar que me alcance. Gane quien gane, voy a estar feliz. Hasta pensé en dejar que me alcance y empatar", dice el líder. Alejandro afirmó: "Voy a ir tranquilo, no vaya a ser cosa que alguno de los dos se lastime y no llegue al final".

En autos el desafío del francés Stéphane Peterhansel sólo pasa por llegar a la meta y no por hacer el mejor tiempo. De no mediar problemas mecánicos, el equipo Peugeot cortará la hegemonía de Mini, que ganó las cuatro últimas ediciones. Entre los cuatriciclos, los hermanos Patronelli lograron recuperarse rápidamente tras unas primeras jornadas inestables y lideran la clasificación de la general. Ya tienen el festejo en las manos. En motos, Toby Price lleva una clara ventaja sobre el escolta, el eslovaco Stefan Svitko. El australiano, virtual ganador, sabe que "lo importante es cruzar la meta" en la última jornada. Por último, entre los camiones, la sorpresa es llegar al último día sin ninguno de los poderosos Kamaz en el primer lugar: el holandés Gerard De Rooy, con Iveco, acabará con la dinastía.

Entre los argentinos hubo lugar para las sorpresas y las decepciones. Un escalón por debajo de los Patronelli, los puntos más altos de esta edición, sobresalen Kevin Benavides y Federico Villagra. El salteño es la revelación nacional, sin dudas. Dio un salto de calidad peleándole a los mejores de su categoría casi todas las jornadas.

Además, consiguió ser el primer argentino en ganar una etapa Dakar en motos. En su debut en esta competencia, viene cuarto, posición que lo catapulta a la elite, independientemente de cómo termine en la etapa de hoy. Un encuadre similar le cabe al cordobés Villagra, tercero entre los camiones, en su primer Dakar en la división más pesada. "Termine como termine, esto es un sueño", asegura.

Pero no todas son alegrías para los locales. Javier Pizzolito nunca terminó de sentirse cómodo en el rally y abandonó, tras un duro golpe, en Uyuni (Bolivia). El piloto de Honda llegó con otras expectativas al Dakar, al igual que Orly Terranova, quien antes de la competencia había asegurado que aspiraba a subirse al podio.

Ese escenario ideal que había imaginado el mendocino contrasta con el duodécimo puesto que ocupa en la clasificación final. Emiliano Spataro es otro que navegó en el océano de las dificultades con su automóvil, lejos del anhelo del equipo Renault de terminar entre los diez primeros. Ayer rompió el flexible de freno y llegó con tres horas de demora al vivac.

Tras 9500 kilómetros el Dakar llegará hoy a su final. Rosario cambiará su fisonomía para recibir a la caravana, que ya tiene bien identificados a los ganadores.

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