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NANJING, China (De un enviado especial).- Hace una década, exactamente, el básquetbol argentino visitó por primera vez China y casualmente estuvo en esta misma ciudad. También es una coincidencia que uno de los doce integrantes del seleccionado nacional haya viajado con aquella delegación: el santafecino Andrés Nocioni, que jugó entre 1997 y 1999 en Independiente, de General Pico.
"Lo único que recuerdo es lo mala que era la comida. Sufrimos bastante. Yo bajé varios kilos porque no había nada que me gustara", dijo el Chapu. "Creo que vinimos a jugar un torneo y estaba el seleccionado chino", agregó.
Lo que no quedó bien claro (o sí, ya se verá) es si ese representativo nacional estuvo aquí en carácter de club o de seleccionado. Lo cierto es que hoy se recuerda aquel caso como una de las grandes anécdotas de nuestra Liga nacional.
La historia cuenta que un día llegó un fax a la Confederación Argentina para invitar al conjunto nacional a esa cita en Nanjing. Pero un dirigente tomó ese fax antes de que alguien más lo viera, aceptó la invitación y trajo camuflado de seleccionado al conjunto pampeano, identificado siempre por una camiseta roja, es decir, bien diferenciado en cuanto a colores.
A su llegada aquí, durante una conferencia de prensa en la que participaron el director técnico Carlos Bualó y el capitán del equipo, Sergio Aispurúa, un periodista chino le preguntó al jugador: "¿Por qué el seleccionado argentino usa camiseta roja?". Aispurúa titubeó, pensó un poco, miró a su entrenador y le dijo: "A ésta contestala vos...".
Diez años después, las cosas parecen haber tomado un tinte mucho más serio. La Argentina se presentó ayer con su tradicional celeste y blanca, ahora con vivos dorados, y en condición de campeona olímpica. Por suerte, todo cambió para bien.



