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Facundo Campazzo: “Lo que más quiero es ver a la Argentina como un país potencia”
Sus sensaciones tras el regreso al club merengue, su experiencia en la NBA y el difícil momento de la selección argentina
- 13 minutos de lectura'
MADRID.– Ya quedó atrás su paso por la NBA, primero en Denver Nuggets y luego en Dallas Mavericks. También un brillante semestre en Estrella Roja de Belgrado, que marcó el regreso a Europa. Lentamente comienzan a quedar en el pasado la frustración por no haberse clasificado con la selección argentina al Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia, cuando llegaban como subcampeones del mundo, y el otro gran golpe que fue no haber obtenido el boleto para los Juegos Olímpicos de París. Luego de todas esas sensaciones encontradas, hoy Facundo Campazzo es nuevamente feliz en Real Madrid, adonde retornó con un rol protagónico. El martes, cumplió una buena actuación en el triunfo merengue sobre Olympiacos, de Grecia, por 77 a 71, por la duodécima fecha de la etapa regular de la Euroliga, certamen en el que el base cordobés fue elegido como el jugador más valioso de noviembre.
Es una mañana fresca y soleada en la capital española, una ciudad que Campazzo considera su segunda casa. Desde allí anhela la recuperación del seleccionado y también de un país en el que desea vivir, cuando llegue el aún lejano retiro de la actividad. Tras salir de la estación de Valdebebas se percibe una zona descampada y tranquila, pero al cruzar la calle y pisar las veredas de la Ciudad Deportiva de Real Madrid, ya está montada la guardia periodística habitual para el ingreso de las estrellas del equipo de fútbol dirigido por Carlo Ancelotti. Unos 50 metros más adelante se llega a la puerta del pabellón de baloncesto, donde sí reina una total tranquilidad acorde con la geografía, aunque esté por entrenarse un equipo no menos voraz que lidera con su autoridad habitual tanto la Liga ACB como la Euroliga.
–Estás de regreso y en gran nivel en la Casa Blanca, donde tan bien te había ido anteriormente, ¿Cómo te estás sintiendo?
–Muy bien. Empezamos con una racha muy positiva, solo tuvimos una derrota, pero en líneas generales me siento bien, con confianza. No hubo muchos cambios en el equipo, solamente hubo un fichaje y fue el mío. Y conozco a todos acá, las jugadas más o menos son las mismas, también es la misma la gente que trabaja detrás del equipo y he jugado con la mayoría de los compañeros antes de irme, así que me siento como si nunca me hubiese ido, de verdad. Es como que sigue todo de la misma manera y eso hace que sea mucho más fácil la transición y la adaptación de vuelta. Y dentro de la cancha, tranquilo. Tenemos una calidad de jugadores muy buena, un nivel muy bueno, y eso al base le hace el trabajo mucho más fácil. Así que estoy tratando de escuchar al entrenador, hacerle caso y tratar de que su mensaje sea transmitido lo mejor posible dentro de la cancha.
–Llegás diferente que en anteriores etapas...
–Costó más antes, sí, era otra etapa, otro momento. Yo llegaba de dos años en Murcia, tenía otro rol y cuando terminé la temporada fue cuando se lesionó inesperadamente Sergio Llul y me tocó otro papel diferente del que quizás iba a tener. Pero bueno, afronto esta etapa de la misma manera que aquella vez, con las ganas de hacerlo bien y de conseguir todos los títulos que se nos pongan enfrente. Hoy, la ACB y la Euroliga son dos competiciones muy fuertes acá en Europa y para conseguirlas tenemos que trabajar mucho. Entonces estoy con la misma ambición con la que vine la última vez.
–Viviste en Córdoba, Mar del Plata, Denver, Dallas, Belgrado, ¿pero qué es Madrid para vos?
–La siento como mi segunda casa, la verdad. Mi hija (Sara) nació acá, a cinco minutos de donde vivo. Tengo mi casa, mi familia está contenta y la conexión de Madrid con Argentina es muy grande, no hay mucha diferencia, se habla el mismo idioma, hay muchos argentinos aquí y mi familia viene cada tanto, entonces para mí significa mucho. Cuando se dio la oportunidad de volver por tercera vez no lo dudé ni un minuto. El club me ayudó en todo para volver, me hizo todo mucho más fácil y al final quiero que mi familia esté bien acá, porque me siento muy cómodo, conozco el club. Y todo eso hace que sea todo mucho más fácil para jugar.
–Antes de tu paso por Estrella Roja, tuviste tu anhelada etapa en la NBA ¿Cuáles son las diferencias y similitudes que encontraste entre jugar en esa liga y lo que experimentás jugando en un club muy grande de Europa como lo es Real Madrid?
–Bueno, la NBA es otra liga. Tenés otras reglas de juego, distintas maneras de afrontar la temporada, y depende en qué equipo estés para ver la ambición que tenga esa franquicia. Yo considero que es la mejor liga del mundo y todo el mundo quiere jugar ahí. En lo personal lo disfruté muchísimo. Acá es diferente, cada partido es una final para nosotros. Si llegás a los playoffs y a las finales son noventa y pico de partidos. Y noventa partidos es la fase regular de la NBA y quizás en seis meses, lo que significa que en muchos menos meses tenés más partidos. Quizá te toca jugar un día y al otro tenés que viajar al otro lado de los Estados Unidos. Acá en cuanto a viajes es más tranquilo, pero sí que se vive el partido con mucha más importancia quizá, se prepara mucho más y si perdés realmente duele un poquito más, porque es la cultura de Europa y tal vez en Argentina también pasa lo mismo, que cada partido es una final que tenemos que ganar, que hay que prepararse de la mejor manera, entonces estás siempre con el dedo ahí en el gatillo, siempre preparado para jugar en cada partido y esas son más que nada las diferencias: cómo te preparás y cómo el entrenador te prepara a la hora de jugar. Después, en Estados Unidos tenés a los mejores jugadores, individualmente es increíble, hay mucho atleticismo, el pivote puede defender al base y en esos detalles se ven distintas maneras de jugar.
–Si bien en la NBA te hiciste muy querido al principio, acá la gente te ama, ¿cómo te sienta el trato que recibís en Madrid?
-Bien, muy bien. De hecho, ya estando en los Estados Unidos, en Murcia o en Serbia, sentía el cariño de la gente de Real Madrid, porque siempre me trataron de primera desde aquel año que vine con el Chapu [Andrés Nocioni]. Es que conseguimos cosas muy importantes, muchos títulos, muchas cosas vividas como equipo, y eso a la gente también le gusta. Y creo que también les gusta que hay uno más bajito que la media del básquet, que corre para todos lados y que se tira... Eso también llama un poco la atención y creo que la única manera de devolver ese cariño es dejando todo en cada partido, tratar de hacer las cosas bien y poniendo el corazón en la cancha. Esa es la manera de que la gente se sienta representada.
–Siempre fuiste positivo en cuanto al futuro de la Selección, sosteniendo que hay material para que vuelvan los buenos resultados, pero ¿ya se pudieron digerir esos dos golpazos que fueron no haberse clasificado al Mundial y a los Juegos Olímpicos?
–Bueno, ya pasó. Fue difícil en el momento y sigue siendo difícil, pero creo que es parte de esto: se gana y se pierde. Es difícil clasificarse a un Mundial y a un Juego Olímpico. Ir al Mundial es realmente difícil porque, por ejemplo, te toca ir a Venezuela a jugar contra una selección que juegan juntos desde hace 10 años y nosotros tenemos que ir con jugadores con los que no jugamos juntos mucho tiempo. Y los jugadores que estamos en la Euroliga no podemos ir, entonces hay un gris ahí que hay que resolver, pero es difícil. Era complicado también en la época de Manu, de Luis [Scola], en la que se pasaron momentos duros, y así todo se clasificó, pero ya eran partidos complicados. Sabemos de la dificultad, sabíamos que podía pasar y nos pasó a nosotros, en esta camada que tanto nos cuesta todo y nos tocó vivir siempre con la comparación con la Generación Dorada y demás. Ahora tenemos un muy buen entrenador como Pablo [Prigioni] que nos lidera y nos hace estar más tranquilos y pensar en lo siguiente. Y hay material nuevo, con jugadores que están en España y en Europa y lo están haciendo bien. Entonces, hay que poner la energía ahí, en seguir creando el grupo, en esa identidad y esa manera de jugar que siempre caracterizó a la selección argentina. Si bien en las vacaciones que vienen no tenemos un torneo oficial, sería una buena idea juntarse a entrenar juntos y jugar algunos amistosos contra equipos que sí se estén preparando para la olimpiada. Creo que el compromiso ahora es muy importante, y eso al final va a hacer al grupo y a la unión, y por eso ahora tenemos que poner la energía ahí. Los más grandes tenemos que aportar desde la experiencia, desde el liderazgo, y sumar nuestro granito de arena para seguir uniendo a esa selección argentina.
–Hablabas de la comparación con la Generación Dorada y todo lo que ganó, ¿en qué grado eso les afecta para encarar un nuevo proceso?
-Yo creo que después de la Generación Dorada vinimos y nosotros mismos cortamos la comparación, porque no consumimos tanto lo que se decía y también a la hora de hablar con la prensa era: “Bueno basta, somos nosotros, no está más la Generación Dorada y este es el equipo que hay, les guste o no les guste, y vamos a hacer todo para dejar a la Argentina en el mejor lugar posible”. Y creo que ahora con este nuevo proceso hay que hacer lo mismo. Se consiguieron cosas muy importantes con la camada anterior, como una final del mundo o el Panamericano, pero ya está. Era un grupo totalmente distinto al que quizás esté en un futuro y hay que trabajar. Tienen que empezar los jóvenes, no consumir lo que se dice en las comparaciones; eso es muy importante y lo tenemos muy claro también. Creo que ahí está el trabajo del cuerpo técnico y de los más grandes, porque cuando nos estaban comparando con la Generación Dorada, el mismo Scola nos decía “ya está, basta de la Generación Dorada”. Y él, que era de esa Generación, quería desprenderse de esa comparación porque era un nuevo grupo. Entonces, con los mismos valores y la misma manera de pensar tenemos que afrontar este nuevo proceso. Creo que hay más herramientas e información para entrenar y ver qué le hace bien a cada jugador y al equipo. Pablo está como segundo asistente en la NBA y eso también es muy positivo para nosotros. Y hay que darle duro, rasparse, ensuciarse. Quieras o no, en este momento estamos un poco en el barro, porque no jugar un Mundial y no jugar los Olímpicos es un momento duro, o no esperado, pero la única manera de afrontarlo es entrenar, trabajar, informarse y crear ese nuevo grupo.
–Más allá de ser parte de un grupo independiente de la Generación Dorada, ¿tienen charlas con, por ejemplo, Manu u otros ex integrantes de ese equipo, como para recibir consejos o enfocar el rumbo?
-No, no se habla, pero sí Lapro [Nicolás Laprovittola] y yo estuvimos en ese proceso con ellos y un poco es lo que se quiere transmitir. No es que nos lo dicen, sino que nos transmitieron a nosotros los valores de la Generación Dorada y lo mismo queremos hacer nosotros para lo que viene. Obviamente, Pablo es de la Generación Dorada, y al ser nuestro líder un ex integrante de esa generación nos transmite esos valores y esa manera de pensar, pero lo que sí es verdad es que Chapu, Luis, Manu o Carlos Delfino están a disposición de la Selección para lo que haga falta y eso habla bien de ellos.
–Recordarás que hubo tiempos en que se elogiaba a la Generación Dorada, pero a la vez se usaba ese ejemplo para castigar a la selección argentina de fútbol ¿De algún modo creés que finalmente la Scaloneta se terminó inspirando en la selección de básquet para generar un grupo y poder consagrarse campeona del mundo?
–Y, no sé... Creo que es muy difícil saber lo que pasa dentro de un equipo. Podemos opinar desde afuera o lo que sea, pero lo que se vive adentro, lo que yo vivo acá, por ejemplo, es quizás muy alejado de lo que se habla afuera ¿no? La Generación Dorada transmitió unos valores de trabajo, de profesionalismo, de cuidarse, de entrenar, de la unión de equipo, y también creo que la Argentina en general es muy de equipo, de estar juntos, de pelearla. En el básquet intentamos que se entrene lo mejor posible y que los huevos o la actitud sean un plus del trabajo. Creo que la selección argentina de básquet un poco intentó luchar contra eso. Fue de intentar entrenarse fuerte, confiar en la preparación, y después que al buen juego se le agregue ese ADN. Desde afuera, porque tampoco soy un consumidor del fútbol ciento por ciento, vi que se jugó en un tremendo nivel y que también se le puso ese plus de huevos y corazón. Y bueno, hicieron feliz a un país entero en el Mundial, así que súper contento.
–¿Pudiste votar?
-No pude votar porque nos agarró en día de partido.
-¿Y cómo ves al país a la distancia? Hubo elecciones, habrá nuevo presidente...
-Yo al estar viviendo afuera creo que un poco me pierdo de lo que pasa en el día a día de Argentina. Sí lo veo en mi familia o en mis amigos, que cada vez había más preocupación, pero es difícil opinar de política porque, quieras o no, te ponés en un bando. Y en lo personal me gustaría informarme más para poder al menos opinar con fundamento y tener una buena idea en mi cabeza. En general nunca le di mucha importancia a la política porque, no sé, no era de mi interés en general, pero ahora me estoy metiendo un poquito más y leyendo más cosas. Cuando tenga una idea más desarrollada sobre el tema me gustaría hablar, pero ahora no tengo argumentos suficientes. Lo que sí te puedo hablar es de cómo veo a mis amigos, como veo a mi familia, a mi gente más cercana...
-¿Y cómo los ves?
–Y... era cada día más difícil, cada año que pasaba era más difícil, de hecho tengo amigos que se querían ir de la Argentina porque estaba muy difícil vivir ahí. Así que lo único que deseo es que el cambio que hubo sea para bien y apoyar desde la buena energía y la distancia, pero lo que más quiero es ver a la Argentina como un país potencia. Y quieras o no, muchas veces se ve en los deportes, porque La Liga Nacional no está en el mismo nivel que estaba antes. El fútbol no sé si está en el mismo nivel que estaba antes, pero en el deporte en general también se ve difícil. Así que deseo ver una Argentina como solía ser antes, porque el día que me retire la primera opción es vivir en mi país.
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