El basquetbol ya extraña la presencia de extranjeros

Siempre fueron un condimento esencial en la Liga Nacional de basquetbol. ¿Se imagina al certamen argentino sin extranjeros? Pues bien, los tentáculos de la crisis que azota la economía argentina alcanzaron al torneo local, ya que la mayoría de los clubes se ven en la obligación de dejar de contar con los servicios de los jugadores foráneos .

Ante la apremiante situación, la Asociación de Clubes (AdC) aprobó hace un par de semanas que los equipos puedan deshacerse de los extranjeros, debido a que cobran en dólares y para los clubes se hace imposible cumplir con los compromisos. La iniciativa la tomó Atenas y luego se sumaron Independiente, Peñarol, Estudiantes de Olavarría y Gimnasia y Esgrima La Plata.

En principio, para la fecha de anoche sólo Boca Juniors y Obras Sanitarias iban a presentar tres extranjeros. Pero ambos condicionaron la continuidad de los jugadores a que acepten recibir el pago de sus contratos en pesos y no en dólares, como inicialmente se pactaron.

En el caso de Peñarol, se especula con que Josh Pittman (de vacaciones en su país) regresaría, ya que dejó la mayoría de su ropa en el departamento que le alquilaron.

Anoche a último momento Gimnasia y Esgrima (Comodoro Rivadavia) anunció el corte de Antwahan Nance y sólo dispondrá de Marcus Williams.

La situación de Estudiantes (Olavarría) es más complicada. Los dirigentes reclaman que unos 600 empresarios y aficionados locales aporten mensualmente 100 pesos para cubrir los gastos operativos del equipo para lo que resta de la competencia, mientras gestionan el cobro de los sponsors demorada por la situación económica.

Los extranjeros no quieren jugar si no pueden cobrar y retirar su dinero. Por lo pronto, la Liga perderá cuatro figuras: Joseph Bunn, goleador de Atenas; Dewayne McCray (Estudiantes, de Olavarría, no quiere seguir hasta que le garanticen retirar sus depósitos); Jarred Prickett (Peñarol, se iría a Europa), y Joe Zaletel (Gimnasia LP).

• La UAR, protegida. El Seven de Mar del Plata (11y 12 del actual) es el primer certamen de rugby a la vista. En este caso, la Unión Argentina de Rugby (UAR) está a salvo, pues tiene un compromiso comercial con Turicentro, una empresa de carácter internacional que se responsabiliza del acontecimiento.

Es decir que, pase lo que pase, la UAR tiene asegurada una cantidad determinada de dinero y los riesgos los corre la empresa a cargo.