El hijo de Chiqui Tapia se retiró del fútbol y a los 24 años es el presidente más joven de los clubes de la AFA

A fines de 2019, y sin que haya una nota en la página web del club, Barracas Central cambió su presidente. Carlos Varela, el hombre que había reemplazado a Claudio Fabián "Chiqui" Tapia al frente del Guapo cuando el líder del sindicato de barrenderos asumió en la AFA, dejó su puesto. La asamblea del club le encomendó las riendas de la institución a Matías Tapia, primogénito de Chiqui, quien hasta hacía unos días antes integraba el plantel profesional.

A los 24 años, el hombre que hizo abuelo al presidente de la AFA (en 2019 nació Valentino, quien a los pocos días tuvo su carnet de socio de Barracas) se retiró de la práctica del fútbol y pasó a ser el dirigente más importante del club. Será acompañado por Diego Turnes, ex vicepresidente de River y hombre de confianza de Tapia en la AFA.

Su primer objetivo al frente del club en el que se crió es claro: mantener al equipo en la Primera Nacional, la segunda categoría del fútbol argentino. Si, como todo apunta, la crisis provocada por la pandemia del coronavirus hace que se anulen los descensos en la Superliga, eso causará un efecto cascada en el resto de las divisionales, por lo que el lugar de Barracas (que por ahora no tiene problemas en la tabla de posiciones) en la categoría de plata está asegurado. "No tiene solo el apellido. Es capaz y viene del fútbol. Patea Olavarría y Luna desde chiquito", dice un directivo que conoce al nuevo presidente del Guapo.

El mayor de los Tapia era defensor central. Solía llevar la camiseta número 6 e incluso disputó algunos partidos con la cinta de capitán del club en el que nació. Pero el talentoso con la pelota no era él sino su hermano menor, Iván, quien permanece en el plantel barraqueño: a partir de ahora, negociar un nuevo contrato será un asunto familiar entre hermanos. "Matías aprende rapidísimo y es el mejor de la familia", asegura un dirigente del ascenso que lo conoce desde hace años y recorrió con el patriarca de los Tapia todas las canchas argentinas. "Eso sí, tiene más dotes de dirigente que voluntad para ser jugador de fútbol", aporta. "Es humilde y quiere aprender. Ha causado una muy buena impresión", agrega la fuente.

Hace dos años, y en una entrevista con Vermouth Deportivo, Matías Tapia contó lo que había significado para él llevar su apellido en las categorías inferiores. "Fue un camino complicado como el de todo chico de inferiores. Fue muy desgastante. Aunque por ahí no lo crean, uno dice que por ser quienes somos las cosas son más fáciles, pero te aseguro que es todo lo contrario", decía el mayor de los hijos de Chiqui cuando todavía soñaba con la gloria deportiva. El también nieto de Hugo Moyano agregó: "Jugamos con nuestra mochila. Cada partido que jugamos en inferiores, reserva o primera llevás un apellido que se comenta mucho. Si te la dan tus compañeros es porque lo hacen a propósito y si hacés las cosas mal es porque sos el hijo de Tapia. Fue una mochila pesada, desde el primer momento sabíamos que teníamos que lidiar con eso, era un obstáculo más. Ser un Tapia es más complicado de lo que muchos piensan".

Desde este año, Matías Tapia es el presidente más joven de todos los clubes que compiten bajo el paraguas de la AFA. Sus propios colegas le auguran un gran futuro, más allá del peso específico de su apellido: su padre estará sentado en el sillón de Grondona, al menos, hasta 2025. Desde este año, Matías le seguirá el camino. Porque, en definitiva, para un Tapia quizás no haya nada mejor que otro Tapia.