Enea Bastianini: la primera victoria en MotoGP y un festejo que honra un legado

En la primera carrera sin la presencia en la grilla de Valentino Rossi, que se retiró el año pasado y el viernes fue padre de Giulietta, un piloto y una marca italiana se impusieron en la apertura del calendario 2022 de MotoGP. En el circuito de Losail, en Qatar, Enea Bastianini firmó con Ducati la primera victoria en la categoría reina del motociclismo de velocidad.

Un triunfo que resultó la honra al legado de Fausto Gresini, el jefe de la estructura que lleva su nombre y que murió en 2021 a causa de Covid-19. Ahora, Nadia Padovani, la viuda, está al frente del garaje y se estrenó entre los ganadores. Las lágrimas en el box y en la ceremonia de premiación, todo un símbolo del esfuerzo y la batalla para sostener en alto un sueño que tuvo su merecida consagración.

La ausencia de un referente, porque Rossi es una leyenda, Marc Márquez (Honda) todavía sufre desde hace un par de temporadas con su hombro y el campeón Fabio Quartararo (Yamaha) no tiene el medio que lo llevó a la corona, la igualdad entre las marcas -aun cuando un tercio del parque responde a Ducati- y el ascenso de los equipos satélites en la pelea por la victoria invita a imaginar una temporada sin un guion, en el que todo puede suceder. Bastianini enseñó en los test de Sepang, a comienzos de febrero, que con la moto que le ofrecía Gresini Racing podía entremezclarse en un torneo sin favoritos. La Desmosedici de 2021 -solo los pilotos oficiales Pecco Bagnaia y Jack Miller y el español Jorge Martín, de Pramac, que realizó la pole en Losail, tienen las actualizaciones del modelo 2022 de Ducati- llevó a la marca a ganar el Mundial de Constructores y en el arranque del nuevo ciclo también se enseñó superior.

Con la Bestia en la pista dominante, a falta de un puñado de giros las lágrimas empezaron a recorrer el rostro de una emocionada Padovani. Nadia no tenía conocimientos de motociclismo, pero el equipo era el proyecto de vida de su esposo Fausto y asumió el encargo con valentía. Las lecciones de Gresini y descubrir en quiénes apoyarse en los momentos de dudas, las vías que la llevaron a una decisión que resultaría un quiebre: el equipo apostó por Ducati y no renovó el vínculo como equipo satélite de Honda.

De 60 años, Gresini fue dos veces campeón del mundo en 125cc y un carismático director de equipo. Enfermó en diciembre pasado y en febrero el Covid apagó su vida, cuando estaba hospitalizado en Bolonia. Bastianini, de 24 años, una de los jóvenes talentos que cobijó el equipo con Fausto al mando de la estructura y que tuvo su bautismo triunfal con Nadia como directora. Su mejor versión siempre se da en las segundas partes de las carreras, así logró sus primeros podios en Misano, a 26 kilómetros de Rímini, donde nació y cuya rivera es un espacio que se convirtió en una cuna del motociclismo italiano. De allí cerca, a apenas cinco kilómetros, era Marco Simoncelli, que murió en el Gran Premio de Malasia 2011; a 42 kilómetros nació Rossi -en Urbino-, aunque vive en Tavullia…

A pesar de la cercanía nunca se asoció con Valentino. Gresini y el bicampeón australiano Casey Stoner fueron sus ídolos. De chico, a los ocho años, también practicó saltos ornamentales, su segunda pasión. Compitió en el campeonato Europeo con 14 años y llegó a clasificarse subcampeón. “Era una sensación increíble, pero tuve que elegir entre un deporte y otro y escogí las motos”, comenta Bastianini, que en sus comienzos llevaba pintado el N°33 porque a los 3 años y 3 meses de edad se trepó por primera vez a una moto. “Mi padre me llevó a ver una carrera, me gustó y empecé a probar”, recuerda la Bestia.

La celebración en la pista y el gesto de levantar en el podio en sus brazos a Nadia, una dedicatoria particular por la victoria. “Fausto nos empujó desde el cielo, fue fantástico para todo el equipo. Todos lloramos”, dijo quien en 2014 se estrenó en Moto3 con KTM, pero también corrió con Honda. Fue campeón con Kalex en Moto2 y ahora es piloto que defiende a Ducati, equipo del que aspira ser piloto oficial. Hoy se debe a Gresini Racing, con él celebró por primera vez y desató un mar de lágrimas en Losail.

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