Almirante: campeón de atropellada

No fue la primera vez que un partido se jugó en dos canchas. Ni será la última, claro. Se habla del apasionante mundo del ascenso, de la primera B, más precisamente. Y en esos finales de Hollywood que suelen encontrarse en el fútbol, uno apiñado sobre otro, vio los brazos en alto de Almirante Brown, gallardo campeón, que de la mano de Blas Giunta se aseguró un lugar en la B Nacional. La contracara fue Sarmiento, líder durante buena parte del campeonato, al que la alegría se le escurrió como arena entre los dedos en la fecha final, pese al punto de ventaja con el que llegó al gran día. Hasta que se levantó el telón de terciopelo rojo...

El desenlace lo tuvo todo. Almirante Brown revirtió la desventaja con Atlanta y se impuso por 2-1. Incluso tuvo la fortaleza anímica para sobreponerse al penal fallado por su goleador e hincha, Daniel Bazán Vera. Las noticias que llegaron por la radio fueron alentadoras. Sarmiento no pudo: perdió 2-1 con Flandria, que así evitó la Promoción, y el festejó se instaló definitivamente en Isidro Casanova. Como si la tristeza no fuese suficiente para los juninenses, que en las últimas fechas se quejaron por arbitrajes que, presuntamente, los desfavorecieron, los incidentes se desataron sobre el final, cuando un hincha de Flandria entró en el terreno. Todos se trenzaron contra todos hasta que la calma volvió poco a poco.

Se habla de un final cinematográfico por la historia misma de los héroes de Almirante Brown. Por allá se lo ve a Blas Giunta, un temperamental entrenador cuyo nombre estuvo en los últimos tiempos en algunos allegados a Boca, en busca un director técnico para la próxima temporada, pese a los buenos resultados de Roberto Pompei, el conductor interino de los xeneizes. Ya descartado por la Ribera, Giunta, viejo guerrero con la camiseta azul y oro en los 80, confirmó que seguirá en Almirante Brown.

Por ahí también aparece el talentoso Román Díaz, de paso por primera en Chacarita, San Lorenzo, Lanús y Rosario Central. Fue el mismo Loco que tuvo un serio altercado con la barra brava y que estuvo a punto de irse del club. No hay que restarle méritos al robusto Bazán Vera, artillero con 15 tantos, confeso simpatizante aurinegro y de dilatada trayectoria en los certámenes del ascenso. ¿Y qué decir del arquero César Monasterio, el que más presencias tuvo en el campeonato: 40?

Fueron cuatro triunfos consecutivos de los que se valió el campeón. Eso, claro, más los titubeos de Sarmiento. El partido se sucedió como un flash. Fueron tantas circunstancias que sólo pudieron enumerarse con la mente fresca. Del penal que Llinás le tapó a Bazán Vera a la conquista de Soriano, de Atlanta. Del empate de León al festejo definitivo de Bazán Vera, que aprovechó un rebote y que elevó a la Fragata al punto máximo, a la vuelta olímpica.

Sarmiento, que supo tener una ventaja de 12 puntos, desperdició una buena oportunidad. Ante las conquistas de De Porras y Cigno, de Flandria, poco sirvió la igualdad parcial de Pasquinelli. Además, el caos del final cerró un día en el que todo salió mal: el nerviosismo poseyó a sus jugadores cuando un hincha del equipo adversario invadió el campo de Jáuregui. En medio de la confusión, hubo golpes, corridas y furia. También se acusó a los jugadores de Flandria de burlarse de la suerte de Sarmiento, en el que, además, fueron expulsados Pasquinelli, Capelli y Juan Manuel García. Lejos, a la distancia, Almirante Brown celebró un gol anulado a Sarmiento por posición adelantada y, por fin, desató la fiesta del regreso a la B Nacional, como en 2007. Y fue un mérito grande. Vibrante, incierto y apasionante. De película.

Giunta: del rumor de Boca al festejo inolvidable

• Blas Giunta, entrenador de Almirante Brown, habló eufórico: "Estaba seguro de que se cumpliría el objetivo. Por algo había llegado a este lugar. Fue algo increíble la definición y haber celebrado frente a nuestra gente". Giunta había dicho hace poco que los dirigentes de Boca tenían miedo de contratarlo y que podía dirigir a Martín Palermo y a Juan Román Riquelme.