Andrés Ibargüen, la compra más cara de Racing, rompió la racha de 456 minutos sin hacer goles

Andrés Ibargüen recibió la pelota en la medialuna del área propia. Diez segundos después, estaba definiendo en el punto del penal ante Federico Crivelli. En el medio, la pelota fue a los tumbos, hubo algunas imprecisiones y una patriada de Augusto Solari. Pero el colombiano hizo lo que hasta ese momento parecía imposible para Racing: un gol. La Academia pasó 456 minutos sin poder gritar un tanto. Con eso, le alcanzó para sumar de a tres, alejar fantasmas –había ganado sólo uno de los últimos ocho partidos– y preparar el encuentro de los cuartos de final de la Sudamericana, ante Libertad (Paraguay), con otro ánimo. En medio de la desesperación, Cocca encontró el gol para romper la racha justo en Ibargüen, la compra más cara en la historia de la Academia, delantero que llegó de Atlético Nacional de Medellín por más de 4.000.000 de dólares.

Desde que llegaron las once incorporaciones en el último mercado de pases, el DT continúa en la búsqueda del equipo. En lo que va de la temporada, nunca repitió una formación de un partido al otro: varió nombres y también esquemas, no sólo por la doble competencia sino porque nunca encontró un juego que lo conforme. Pero no sólo de estilos se trata: Racing pasó cuatro partidos y medio sin poder marcar. El último gol había sido el de Enrique Triverio, el 13 de septiembre pasado, ante Corinthians.

Cocca buscó aprovechar el receso por las Eliminatorias para darle rodaje futbolístico a un equipo que hasta ahora no logra encontrar su identidad. Jugó amistosos (2-0 ante Dock Sud, 0-1 ante Villa Dálmine) y realizó distintos trabajos tácticos. Pero no se vio casi nada de eso ayer. Tan sólo un movimiento: constantemente buscó a Triverio como faro para pivotear, pero el delantero no estuvo preciso. Los nombres cambiaron pero hubo una constante a lo largo de este semestre: la Academia es un equipo previsible, falto de sorpresa y al que le cuesta mucho acercarse al arco rival.

Para recibir al Tigre de Ricardo Caruso Lombardi, el entrenador eligió jugar 3-3-2-2, aunque cambió los intérpretes en las bandas. Esta vez jugaron Augusto Solari y Brian Mansilla como externos de la línea de fondo, dos futbolistas que están más acostumbrados a atacar que a defender. Durante la primera mitad, todos los ataques llegaron por afuera. Hubo cuatro desbordes de Solari por la derecha y uno de Mansilla por la izquierda. Pero nunca apareció un compañero en el área para conectar los centros. Durante los primeros siete minutos del segundo tiempo quedaron al desnudo las falencias que Racing también tiene en su área: tres situaciones claras tuvo el Matador. En dos, Musso mostró todas sus cualidades para impedir el gol. En la otra, lo salvó el palo.

La gran apuesta de Cocca para encontrar espacios entre las dos líneas de cuatro que planteó Tigre era la conexión entre Matías Zaracho y Nicolás Oroz, en una especie de doble enlace delante de Egidio Arévalo Ríos. Pero los dos pibes surgidos de las inferiores no estuvieron precisos en la gestación ni en el último pase. Para romper con esa monotonía, Cocca mandó a la cancha al colombiano Ibargüen, el fichaje más caro en la historia del club que apenas tuvo una sola oportunidad desde el arranque. El ex Atlético Nacional esta vez entró por el centro y estuvo más participativo. Cuando parecía que no gravitaba con sus gambetas, se animó a pedir la pelota en el área propia. Y armó lo que hasta ahí era imposible: el gol de la victoria.

El 1-0 de Racing (Ibargüen)

El resumen del partido