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SAN CRISTOBAL, Venezuela (Especial).- Habrá que esperar para empezar a descubrir la mejor versión de River bajo el proyecto de Leonardo Astrada. La mostrada en San Cristóbal, en el debut en la Copa Toyota Libertadores, fue austera, intermitente y terminó en una imagen poco convincente y un poco sustancioso empate 0-0. La única cosecha concreta de la excursión venezolana estuvo en el punto rescatado como visitante, que, aun ante rivales modestos como Deportivo Táchira, al menos suma. Eso y esbozos esporádicos de una idea de juego fueron lo que el equipo entregó en su presentación oficial.
Rápidamente quedó claro que la intención de River fue jugar el partido en el campo rival, pero su plan sólo se pudo concretar en forma fragmentada. En la primera etapa, el conjunto millonario encontró precisión sólo por momentos; en otros, perdió la pelota y se resignó a una tarea defensiva que a veces se le complicó, por el empeño confuso de los venezolanos.
En esa parte inicial, que no abundó en situaciones de riesgo, la primera llegada peligrosa le perteneció a River. Fue a los 6 minutos, cuando Lucho González despachó un derechazo fortísimo que el arquero Sanhouse no alcanzó a retener.
Cuando González y Montenegro conseguían combinar -pocas veces se les sumó un impreciso Coudet- surgían buenos intentos, pero espaciados. Un córner ejecutado por el Malevo Ferreyra encontró la arremetida de Nasuti, cuyo cabezazo salió apenas desviado. Inmediatamente, Costanzo se sorprendió ante un remate desde 35 metros de Rondón que hizo dar la pelota en el travesaño.
A propósito de Ferreyra: en el primer tiempo fue uno de los que más trabajo tuvieron en River. Es que el equipo millonario eligió preferentemente utilizar su zona y su zurda como recurso para perforar la defensa de Táchira, cosa que consiguió en forma intermitente. Además, los venezolanos recargaron sus excursiones ofensivas por ese mismo sector, que mostró permeabilidad en el fondo de River. Ese, el de las dudas en la coordinación defensiva, fue el punto más oscuro del equipo, cuyo libreto -no siempre concretado en los hechos- fue simple: presionar en el medio campo y agredir por los laterales.
La chance más clara del equipo millonario estuvo en los pies de Cavenaghi: tras una pared con Montenegro, quedó solo ante Sanhouse y definió mal, cuando pareció que le cometían penal. Esa jugada abrió un período de superioridad más clara de River. Sobre el final de la etapa, un toque preciso de González dejó solo a Cavenaghi en el área, pero el delantero no pudo dominar bien la pelota.
La confusión que dominó el juego en el primer tiempo regresó en el comienzo del segundo. También seguían algunos desajustes en la defensa de River: un saque de arco encontró solo a Rondón -un delantero tosco, pero complicado-, pero la intervención de Nasuti salvó al equipo argentino. El mayor problema para River surgía con los envíos aéreos venezolanos. Y en los tiros libres: uno ejecutado por Vielma, desde 40 metros, casi se convierte en el gol local.
Táchira se entusiasmaba en la misma medida en que River se desdibujaba. Sin llegadas demasiado preocupantes, los venezolanos comprometían con su insistencia y sus centros. Costanzo, con buena reacción, salvó su arco en uno de ellos. Astrada buscó más fútbol al mandar a la cancha a Sambueza y a Ludueña. Fue buena idea: los encuentros entre ambos refrescaron el ataque de River. Un centro bajo de Hachita no fue gol de milagro: Cuevas casi vence su propio arco, pero salvó la pelota sobre la línea. Fue el último arresto de un River en formación, que demostró que aún le queda mucho por crecer.
SAN CRISTOBAL (Especial).- Entre transferencias, lesiones, suspensiones y todo el movimiento traumático del último semestre de Manuel Pellegrini como DT de River, se operó un cambio tal en el plantel que entre las formaciones titulares del último partido del conjunto millonario en la Copa Toyota Libertadores (el 1-4 ante América de Cali, el 27 de mayo del año último) y la que anoche igualó sin goles con Deportivo Táchira sólo se repitieron dos futbolistas: Eduardo Coudet y Fernando Cavenaghi.
Aquella noche, en Colombia, ingresaron en el segundo tiempo Luis González, que ayer estuvo entre los titulares, y Daniel Ludueña, que anoche jugó los últimos minutos.



