En la Bombonera, Boca armó una fiesta a puro gol ante Zamora y es único líder de su Grupo

En esta primera parte del año no habrá para Boca escenario más sensible que el de la Copa Libertadores . Para un club que forjó su historia contemporánea a golpe de hazañas en América, la Copa lo es todo. Más aún en tiempos en que lo que pasa en la cancha repercute en la vida interior del club, como este año de alta temperatura política. En cada llamado del torneo continental, Boca se juega muchas cosas, aun cuando el oponente sea tan endeble como lo fue Zamora , cuya pretensión de salir lo menos deteriorado posible se desbarató con el fácil 5-0.

Por empezar, se expone a la mirada general sobre la fuerte inversión económica a la que apostó para recuperar la gloria en la Copa. Un desembolso fuera de lo común que le permitió fortalecerse con nombres como los de Osvaldo , Lodeiro , Pablo Pérez , Torsiglieri , Monzón y Peruzzi , entre otros. Cada triunfo, y más si es convincente, le agrega valor a un plantel de por sí calificado.

A Boca este semestre le recarga la agenda, como a otros, pero el formato del torneo local le permite volcar la mayor energía en la Libertadores. Así lo marcan la planificación del técnico y la estrategia de las autoridades. Hasta aquí, el equipo responde sin mayores problemas. El Grupo 5 no le propuso exámenes de gran exigencia, pero es cierto que en los peores momentos Boca sufrió ante rivales modestos. Sabedor de que no es bueno distenderse -Colón se lo hizo saber el fin de semana, en Santa Fe-, Boca salió a no darse ni dar concesiones a los modestos venezolanos. Cerró un primer tiempo de buena intensidad con tres goles de ventaja, los tres muy apropiados para marcar la diferencia de jeraquía.

En la elaboración de todos esos goles hubo participación de siete o más jugadores, una señal siempre buena sobre la salud colectiva de un equipo. Podrían haber sido más si la punteria hubiera estado más ajustada. La información que se llevaba por entonces el Vasco Arruabarrena le hablaba también sobre el alto nivel de Gago y de Lodeiro, sostenido en lo que va del año. Son dos propulsores de Boca, desde la contención de calidad y la elaboración, a los que esta noche, además, se les sumó el satisfactorio trabajo de Carrizo , otra muy buena noticia para el entrenador.

El que demoró en sumarse al lucimiento general fue Osvaldo, que al principio se dio a un papel diferente de lo que sugiere su cartel y que falló en alguna definición fácil tal vez por exceso de elegancia, pero que suscribió la goleada con los dos festejos del segundo tiempo. El último, con la misma suficiencia en la ejecución de un penal. Incluso Meli , el de perfil más obrero del medio campo, aportó al juego colectivo en el primer tanto.

Es tiempo para que Boca dé rodaje sus recursos, explore variantes y se ponga a punto. Lo está haciendo mientras se acerca a la clasificación al galope, sin contratiempos. Todo le es útil para engordar la confianza mientras espera que, inexorablemente, la exigencia aumente.

Los goles del partido