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Conocen al dedillo esas calles. Los pasillos guardan el mismo aroma que ellos saborearon en tiempos diferentes. Los tres llegan a la cita separados. Los tres representan momentos épicos. Cada uno representa las tres últimas épocas doradas de la Academia. El primero, Juan Carlos Cárdenas, el Chango, no aguanta la ansiedad y se va a ver el entrenamiento de los muchachos de Diego Cocca. Un rato después asoman por el Cilindro Martín Vitali y Rubén Paz. La práctica es en la cancha auxiliar que da a la calle Italia. El ambiente es ameno. Quedan horas para el gran enfrentamiento con Godoy Cruz y los jugadores se mueven en puntas de pie. Nadie quiere hacer nada extra. Nadie, ni los suplentes, quieren provocar algún golpe que merme la formación titular que hoy, a las 20.30, intentará ganarles a los mendocinos para subirse al Olimpo de los campeones. El Chango, apodo con el que lo bautizó Omar Oreste Corbatta desde su llegada al club a los 16 años, ya se había puesto la camiseta celeste y blanca en el famoso equipo de José. Entiende qué se juega esta noche. Y lo pone en palabras. "Racing -reflexiona- ha sido y será parte de mi vida. Quiero agradecerle las cosas impagables que me dio." No para. No quiere parar de hablar. Le brotan las anécdotas. No sólo la que lo inmortalizó cuando su zurdazo se incrustó en el ángulo derecho del arquero del Celtic, en el estadio Centenario de Montevideo, aquel 4 de noviembre de 1967. Ese gol que lo catapultó a ser una estrella eterna en el firmamento académico. Mientras sube a la platea, se detiene y mira el campo de juego. "¡Qué lindo que está para jugar! El Cilindro es el lugar en donde me siento feliz, es un templo y parte de mi casa; por eso hoy estoy aquí pensando que se puede dar este campeonato y viviendo lo mismo que la gente", dice.
Minutos después arriba Vitali, campeón con el equipo de Mostaza Merlo en 2001. Pide disculpas por la demora. Su trabajo en las divisiones infantiles y el emprendimiento personal -relacionado con la construcción- que desarrolla le consumen buena parte del día. "Es tremenda la ansiedad que tengo. El domingo [por hoy] vengo con mi hijo bien temprano para apoyar al equipo. Hay que apoyar siempre, mucho más ahora que estamos a punto de salir campeones", explica. Un poco más tarde llega Rubén Paz. "Estoy de aquí para allá con el tema de las elecciones [trabaja para la lista Racing Unido]. Daría cualquier cosa por jugar cinco minutos este domingo."
La charla se extiende por más de una hora. Tienen mucho para contar y recordar. Pero los tres piensan en un Racing positivo y sueñan con una nueva estrella. "Éste es un grupo inteligente, humilde, trabajador y que tiene en claro una idea de juego. Se nota que tienen un objetivo. Tal vez varió la forma de jugar; se hizo más fuerte atrás y fue más vertical con los delanteros, pero siempre trató de jugar bien", analiza Vitali. Cárdenas alza la voz: "Racing nunca renunció a jugar. Siempre tuvo la misma intención y eso es lo que lo hizo llegar a esta instancia. Es algo que pregonó el técnico. Estamos muy cerca y estos chicos se merecen estar en este lugar". Calmo y sereno, como cuando con su zurda lanzaba un estiletazo, Paz explica: "El equipo empezó bien, luego se complicó y perdió algunos puntos importantes, pero después se hizo sólido de la mitad de cancha para atrás y confió en Milito y Bou. El domingo [por hoy] sólo depende de Racing".
"De Milito se hablaban tantas cosas.. Que venía con lesiones, que no se sabía cómo estaba. Él es un ejemplo, se puso a punto en poco tiempo y de a poquito se fue acomodando con inteligencia", señala Paz. Para el Chango, el liderazgo de Milito no tiene discusión. "Todos los equipos tienen líderes; quizás algún jugador tiene más carácter que otro, pero estos jugadores son todos de alguna manera líderes dentro del equipo para llegar a esta instancia", razona. Vitali recoge el guante: "Si no tenés personalidad, no podés jugar al fútbol. Lo importante es estar al servicio del equipo. Más allá del ego que tenga cada uno, hay que tener la humildad necesaria para darse cuenta de qué es lo mejor para el grupo y ponerlo a disposición. Por ejemplo, yo corro para que el Chango y Rubén jueguen. En este equipo se nota que Milito es un ejemplo. Es el primero que llega al entrenamiento y el último que se va. Él quiso volver a Racing y eso es muy valorable, ya que le hace muy bien a la institución. No sólo en lo futbolístico".
Ninguno especula con un resultado adverso. Sobran los motivos para que la fiesta sea completa. El Cilindro va a explotar con más de 50.000 almas que colmarán cada rincón del estadio. Definir el torneo de local, con todo el público a favor, transformará el escenario en un cóctel complejo. "Hay que tener serenidad. Eso debe tener el equipo. Racing depende de Racing y ése es un plus importantísimo. Hay que hacer goles, cuanto antes mejor. La clave del partido será el gol, que servirá para darle tranquilidad al equipo y calmar la locura de la gente", apunta Paz. Vitali se para y vuelve a sentarse en una de las plateas. Lo vive como un jugador más, pero tiene en claro su actual rol. "Con River, en los primeros quince minutos, se sufrió, pero la gente no lo transmitió. Pase lo que pase hay que darles aliento a los jugadores. Hay que disfrutar porque va a ser una fiesta." El Chango es el que cierra la charla. El más veterano de las tres glorias del club meditó la respuesta. "Estos chicos -revela- saben lo que tienen que hacer: jugar como hasta ahora, concentrados, metidos. Deben estar atentos a todo para que el resultado sea el que todos los hinchas de Racing esperamos."
Juan Carlos Cárdenas
El Chango nació el 25 de julio de 1945 en Santiago del Estero. En los diez años en que jugó en Racing disputó 319 partidos (es el cuarto jugador con más presencias), hizo 90 goles y ocupa el cuarto lugar entre los máximos artilleros del club. Fue campeón del torneo local en 1966, y la Copa Libertadores e Intercontinental en 1967.
Rubén Paz
El uruguayo nació el 8 de agosto de 1959, en Artigas. Jugó en Racing en dos períodos. El primero, desde 1987 hasta 1989, y fue protagonista del gran equipo que consiguió dos títulos internacionales (Supercopa Sudamericana e Interamericana, en 1988). Volvió en 1990 y dejó el club en 1993. En su paso por la Academia disputó 131 partidos y anotó 32 goles.
Martín Vitali
Nació en Moreno, el 11 de noviembre de 1975, y trabaja con los infantiles del club. Como marcador de punta jugó con la camiseta N° 18 y tuvo la mayor cantidad de presencias en aquel Apertura 2001 (19). Regresó en 2005, cuando marcó un gol.