Copa América. En boca de todos: el factor Lautaro Martínez y el experimento que viene

PORTO ALEGRE, Brasil.– "El fútbol va camino a ser vertical". Hace exactamente diez meses, Lionel Scaloni ofrecía su primera conferencia de prensa como entrenador de la selección con palabras sencillas y un mensaje futbolístico ídem, lejos de las frases pretenciosas que a veces intentaba derramar Jorge Sampaoli, su exjefe. Esa definición se ajustó al manual de estilo incipiente que empezó a escribir un DT novato a la par de futbolistas con escasa trayectoria con la selección argentina. Todo olía a recién hecho en la atmósfera de los primeros amistosos. Pero el paso del tiempo fue girando el eje. ¿Cuál es la idea de juego de este equipo que se arrastra por Brasil? Difícil definirla. ¿Quiénes son los guardianes del estilo? No hay respuesta. ¿Existe tal cosa? Frío, frío.

La Copa empezó con un renunciamiento: Scaloni, a regañadientes, puso a Sergio Agüero contra Colombia, una decisión enmarcada en un esquema conservador, alejada de aquel pretendido verticalismo. Con volantes de tenencia y sin explosión, dejaba en suspenso el juego por las bandas y libraba el ataque a los arrestos de las dos figuras que tenía adelante... Cuando quitó a Agüero puso a Matías Suárez, y así jugó los últimos minutos en busca del empate: sin centrodelantero, todo un experimento.

El miércoles pasado volvió a cambiar, y entonces buscó parecerse a aquel de agosto de 2018, cuando presentó credenciales en la AFA: volantes externos con recorrido (Rodrigo De Paul y Roberto Pereyra) y Lautaro Martínez como primer delantero. Juego rápido, transiciones, agresividad... El regreso a sus fuentes duró 45 minutos.

El partido del próximo domingo ante Qatar será el duodécimo de la era Scaloni, que nunca repitió una formación de uno a otro. Apenas habrá dos entrenamientos, los de hoy y mañana, para definir a los titulares. En cualquier caso, no serán exactamente los mismos jugadores del 1-1 ante Paraguay: asoma la conformación de un ataque con Messi, Lautaro Martínez y Agüero, como pasó durante los primeros 22 minutos del segundo tiempo. "Siempre es bueno tener gente en el área", matizó el N° 10 sobre lo que pasó en ese tramo. En ese momento, el del envión, Scaloni retrocedió y quitó a Martínez, que no escondió su bronca por salir (entró Ángel Di María) ni cambió el discurso en la zona mixta: "Estaba para seguir", se plantó, contradiciendo al técnico sin necesidad de levantar la voz.

¿Un tridente ofensivo?

Ahora, con el atacante de Internazionale en condiciones de jugar, el entrenador valora la posibilidad de poner como titulares a los tres, una idea que agrada al capitán, pero con algunas reservas. "Necesitábamos empatar cuando entró Agüero, estábamos generando juego, pero en los contraataques nos estaban haciendo daño, dejábamos muchos espacios. Hay que buscar un equiliibrio", analizó. Si Argentina sale al Arena do Gremio a jugarse la clasificación con esos apellidos, inaugurará un nuevo dibujo táctico en el corto ciclo: nunca jugó con dos centrodelanteros, lo que podría cambiar el punto de partida de Messi, hasta ahora corrido a la derecha. La necesidad –la confusión, la falta de respuestas– todo lo puede.

¿Cómo ordenarse defensivamente así? Primero, con el compromiso de Agüero y Martínez: que Messi no defienda es un acuerdo tácito, pero no parece posible una concesión más. Las dudas principales están en la línea media. Si se mantienen Lo Celso y Paredes –una fija de Scaloni– o si ingresa Di María por alguno de ellos habrá que resolver quién asume el lugar de volante central. Con tanto jugador de ataque, el entrenador podría volver a incluir a Guido Rodríguez después de haber prescindido de él y de Pizarro ante Paraguay. El jugador de América de México es el mediocampista más posicional de los que trajo a la Copa, está habituado a cortar y relevar. O... Nada puede ser categórico a esta altura, la de los cambios sin fin y el libreto ausente.