Diego Simeone sufrió a un singular verdugo y Atlético de Madrid cayó por paliza ante Barcelona

De un gran triunfo y el pase a los cuartos de final de la Champions League, a una derrota que lo deja fuera de los mejores cuatro de la tabla de posiciones de la Liga de España. Atlético de Madrid desanduvo jornadas de extrema agitación en el estadio Metropolitano: enseñó su chapa histórica de gigante mundial y revirtió los pronósticos con orgullo y valentía ante Inter, de Milan, en el máximo torneo europeo de clubes, pero cuatro días más tarde en el mismo escenario que lo empujó a la agónica remontada y victoria en la tanda de penales, no logró capitalizar las energías y cayó 3 a 0 frente a Barcelona.

Fue una jornada particular para el entrenador Diego Simeone, que tuvo en la figura del portugués Joao Félix a su verdugo personal: el Cholo no logró ensamblar al atacante a sus formaciones y el futbolista, que abrió la goleada, sostuvo una estadía infeliz en el club madridista, con el que todavía tiene vínculo contractual.

“Espero de nuestro equipo, poder seguir la misma línea del partido con Inter”, apuntó Simeone, desviando el foco de la pregunta, cuando lo consultaron sobre qué esperaba de Joao Félix. El desgaste y la tensión del partido por la Champions League generó que el entrenador ensayara una rotación de nombres y que en el banco de los suplentes aguardaran nombre de relieve, como el francés Antoine Griezmann, Memphis Depay -autor del gol que llevó a la prórroga con Inter-, Ángel Correa…

Enfrente, Xavi, entrenador de Barcelona, apuntalaba al futbolista que volvía por segunda oportunidad al estadio Metropolitano: “Es inteligente, lo demostró en su primera vuelta. Puede competir de manera perfecta en la que ha sido su casa”, señaló quien en el primer tiempo se marchó expulsado por protestar fallos. El morbo estaba centrado en la presencia del portugués, la compra más cara de la historia de Atlético de Madrid: 126 millones de euros.

La goleada de Barcelona en el estadio Metropolitano

El público jugó su partido y todo lo relacionado con Joao Félix fue eje de desaprobación con abucheos, pero también vandalismo sobre algunos afiches suyos y hasta la quema de una camiseta con su nombre en las adyacencias de la cancha. Y mientras desde fuera del campo Simeone apoyaba la intensidad con la que Atlético Madrid en el primer tiempo se llevaba por delante al rival, fue el talentoso atacante el que con una estocada -al igual que en Montjuic- modificó el resultado y profundizó el descontento de los hinchas hacia su persona.

En un cambio de roles, el polaco Robert Lewandowski asistió y de frente, con el pie derecho, Joao Félix dejó sin chance al arquero Jan Oblak. Una celebración medida para descargar esa energía oscura con la que el rival intentó envolverlo y una sonrisa para reflejar que las virtudes que lo consagraron en un distinguido siguen intactas.

Con los cuartos de final de la Champions League a la vista, donde Atlético de Madrid se medirá con Borussia Dortmund y Barcelona ante Paris Saint-Germain, la Liga no es un objetivo menor y los colchoneros con la derrota están fuera de las plazas de clasificación para la próxima temporada del máximo torneo de clubes del Viejo Continente. Un punto los separa de Athletic de Bilbao -56 a 55-, mientras que los catalanes saltaron a la posición de escolta de Real Madrid, que mantiene una brecha de ocho unidades: 72 a 64. La victoria de Barcelona no es una más, porque nadie antes en la temporada española logró llevarse un triunfo del estadio Metropolitano, y los culés lo lograron con una bandera que resulta un fastidio para el Aleti.

Con el resultado en contra, a pesar de haber tenido varias situaciones favorables para anotar, los cambios que ensayó Simeone para revertir el desarrollo se derrumbaron apenas comenzado el segundo tiempo, después de un pase fallido de Rodrigo De Paul, la astucia de Rapinha y la puntería de Lewandowski, que con un remate cruzado aumentó la ventaja. Fue un mazazo del que Atlético de Madrid no se repuso: el montenegrino Stefan Savic golpeó a Joao Félix y De Paul a Sergi Roberto… ganándose los dos la tarjeta amarilla. Y mientras un equipo se desesperaba ante el avance del reloj, la impotencia por descontar y regresar al partido, el otro -Barcelona- lucía con la juventud de una camada que refresca al plantel y posibilita recuperar la ilusión. Pau Cubarsí, con 17 años, fue convocado para los partidos de España, ante Colombia y Brasil; Héctor Fort tiene su misma edad; Fermín, que cerró la goleada -tras nueva asistencia de Lewandowski-, apenas suma 20… Desde la banca saltaron el brasileño Vitor Roque (19), Marc Casadó (20) y Lamine Yamal (¡16!)… Joao Félix parece un veterano entre tantos chicos, aunque el documento señala que en noviembre pasado apagó 24 velitas.

Solo quedó espacio para la frustración Atlético de Madrid y la tarjeta roja a Nahuel Molina, después de derribar a Vitor Roque, que atacaba de frente el arco de Oblak. El partido del morbo ya era historia, Joao Félix le quitó el brillo en los ojos al club que lo cedió a préstamo y volvió a clavar la daga en una herida que no cierra en Simeone.

De a caballo. "La camiseta gana sola": polistas bosteros y gallinas (e infiltrados) jugando un superclásico en Palermo

Los "mantos sagrados". Banderas del fútbol nacional y la emoción de un padre al ver un "estreno" de su hijo en la cancha

Crack del rugby. Para jugar al seven, nadie como Waisale Serevi: magia, depresión y el alma de un equipo que daba show