No ha perdido la capacidad de resolver por sí mismo pero le ha agregado la capacidad de hacer que los demás resuelvan; el recuerdo de Maradona y su mejor partido

DOHA.- Algo tienen de no lugar estos lugares. Será la uniformidad que propone el beige del desierto y continúa en la mayoría de las casas, cortadas abruptamente por las edificaciones excesivamente modernas, como aeropuertos. Al fin y al cabo, los aeropuertos también tienen ese aura de no lugar. Como Doha. Como Dubai. Y fue en Dubai, aquí nomás, a sólo 672 kilómetros, que Diego Maradona dijo lo que dijo, recordando México 86 partido por partido, 30 años después de haberlos jugado, con la memoria futbolística intacta: “Contra Uruguay jugué mi mejor partido de todo el Mundial, lejos. Primero, porque no perdí un mano a mano; les gané a todos los uruguayos que se me pusieron enfrente. La mitad de la cancha de ellos, y ahí estaba la clave, justo ahí, no me vio nunca, nunca me vio...”.

Ni el mítico partido contra Inglaterra, que jugó inmediatamente después por los cuartos de final, por primera vez con la formación que quedaría en el recuerdo para siempre igual que los dos goles, uno con la mano y el otro gambeteando tanto inglés; ni el de los otros dos goles a Bélgica, comparables en rutilante realización más no en contexto, aunque se tratara de una semifinal; ni el de Alemania, que tuvo su pase para la corrida triunfal de Burruchaga nada más y nada menos que en la final. Ninguno de esos.

Diego Armando Maradona, en el partido contra Uruguay de octavos de final del Mundial 1986
Diego Armando Maradona, en el partido contra Uruguay de octavos de final del Mundial 1986

“Vean el partido de nuevo, si pueden: se van a dar cuenta que sufrimos, sí, pero terminamos el partido sólo 1 a 0 por culpa nuestra, no por culpa de la lluvia ni de Uruguay. Era para cinco o seis a cero. En serio. Jugábamos en serio. Y aquella tarde también festejamos en serio. Estábamos enloquecidos. Sabíamos íntimamente que jugábamos cada vez mejor, que éramos aviones… Y a esa altura, los aviones que se volvían era los otros”, remató después de ver, él sí, el partido de nuevo, aunque antes de conectar el pen drive al televisor de uno de los cuatro livings de su casa en Palm of Jumierah ya había anticipado el resumen del partido: “Tuvimos seis situaciones de gol claras, ya vas a ver…”.

Y eso se vio, sí, en el mejor partido de Diego -según Diego- en un Mundial, por los octavos de final de su Mundial.

¿Qué pensará íntimamente Messi acerca de su partido contra Australia, por los octavos de final en su quinto Mundial consecutivo? ¿Coincidirá con el pensamiento generalizado, sin temeridad ni emoción violenta, que llega a la conclusión de que sí, que fue su mejor actuación desde Alemania 2006 pasando por Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018?

Gran jugada de Lionel Messi sobre el final del partido contra Australia que casi termina en gol
Gran jugada de Lionel Messi sobre el final del partido contra Australia que casi termina en golAníbal Greco - LA NACIÓN

“Messi acaba de hacer la mejor exhibición individual que hemos visto en esta Copa del Mundo… Por una milla de diferencia”, escribió el inglés Rio Ferdinand en su cuenta de Twitter. Se refirió puntualmente al partido contra Australia y en este Mundial, pero resulta fácil volver los anteriores para intentar ubicarlo. Messi tiene 23 partidos en 5 Mundiales, con 15 triunfos, 3 empates y 5 derrotas. En Alemania 2006, su debut fueron un par de minutos en la goleada 6-0 contra Serbia y Montenegro. Fue titular por primera vez contra Holanda, ingresó contra México el día del gol de Maxi y, sí, fue la foto de la eliminación contra Alemania, pero no por haber jugado sino por haberse quedado sentadito en el banco de suplentes, sin ocultar su fastidio. En Sudáfrica 2010 jugó todos los partidos, por supuesto, contra Nigeria, Corea del Sur, Grecia (fue capitán y le costó más la arenga que el partido), México y Alemania (cuando “nos comimos el chamuyo de Schweinsteiger”), pero se fue sin poder gritar ni un gol; “Hizo figuras a todos los arqueros”, sentenció el Diego DT en su defensa. En Brasil 2014 fue individualmente decisivo para sacar adelante en el comienzo los partidos que se volvieron impensadamente difíciles. Contra Bosnia, cambiando nombres y esquema en el entretiempo; contra Irán, convirtiendo un gol agónico; contra Nigeria, cuando el panorama se complicaba; e incluso contra Suiza, ya en octavos, cuando asistió a Di María para su corrida. Después, avanzó hasta la final más el equipo de Mascherano que el suyo. Rusia 2018 empezó con un paso en falso por el penal marrado y terminó con él perdido de falso nueve, aunque en medio haya estado la fulgurante ráfaga de su golazo a Nigeria.

Lionel Messi, tras la derrota con Alemania en el Mundial Brasil 2014
Lionel Messi, tras la derrota con Alemania en el Mundial Brasil 2014ODD ANDERSEN - AFP

Imposible de comparar con lo que se ha vivido, con lo que ha vivido, aquí en Qatar 2022. Si de tiempo neto se trata, esa obsesión que tiene la FIFA por llevar los minutos de juego a su máximo rendimiento, Messi estuvo 100 minutos en acción justo en el día de su partido número 1000 como futbolista. No fue sólo el gol que sirvió para destrabar un partido que se había vuelto complejo y en el que tuvo participación decisiva en toda su realización: provocó la falta, ejecutó el tiro libre, recibió el rebote, pasó la pelota a Mac Allister, recibió la asistencia-rebote-loquehayasido de Otamendi, definió desde su lugar predilecto, abrió el marcador. Pero no, no fue sólo eso. Fue todo lo que hizo antes y después, hasta convertirse en uno de los máximos recuperadores de pelota del equipo (podría ser una novedad) hasta ser uno de los que más tuvo la pelota (no debería ser una novedad), pasando por ser el mayor asistidor para dejar a compañeros -como lo hizo de manera ostensible y claramente intencionada con Lautaro- de frente al gol (no es una novedad).

La novedad, si se quiere, es que cuando el partido ya se moría, él demostró estar más vivo que nunca con una de esas apiladas que, se mal suponía, ya no estaba en condiciones físicas, o de edad, para poder realizar. Pero #ElPibeDe35 sí pudo, sí puede.

Messi con Lautaro Martínez, a quien le sirvió varias ocasiones de gol en el partido contra Australia
Messi con Lautaro Martínez, a quien le sirvió varias ocasiones de gol en el partido contra AustraliaAníbal Greco

Y por eso sí puede afirmarse, sin temeridad ni emoción violenta, que este Messi es el mejor Messi de todos los tiempos. Porque no ha perdido la capacidad de resolver por sí mismo pero le ha agregado la capacidad de hacer que los demás resuelvan. Porque ya no depende sólo de su habilidad explosiva unipersonal sino que también explota su inteligencia integral y colectiva. Porque ya no se va, conciente o inconscientemente, de los partidos, sino que está, permanentemente. Porque ya no los sufre, sino que los disfruta.

Maradona, siempre disruptivo, dijo lo que dijo sobre su mejor partido en un Mundial cuando la historia ya estaba completamente escrita, con tres partidos posteriores a aquel que eligió a los que le sobraban razones para ser elegidos también. Messi, siempre cauto, espera a que la historia termine para poner las cosas en su lugar. Desde este no lugar.

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