Mauro Rosales: "En cinco años la MLS se va a posicionar como una de las mejores ligas"
Con figuras internacionales, jugadores argentinos y el arribo de Martino, el fútbol de los EE.UU. no detiene su crecimiento
Se mueve entre estrellas. Andrea Pirlo, David Villa y Kaká, por citar algunos nombres, forman parte de un paisaje natural en las canchas de fútbol que corre Mauro Rosales. El argentino comienza este fin de semana su séptimo año en la Major League Soccer, torneo que arranca su vigésimo segunda temporada y se va haciendo espacio en un mercado que hasta hace algunos años le había resultado esquivo. La MLS , expansiva, no sólo crece en tamaño e infraestructura, sino también en talento. A los citados se acoplan Sebastián Giovinco, Nicolás Lodeiro y Giovani Dos Santos, principales estrellas de una competición a la que en 2017 se sumaron Sebastián Blanco (Portland Timbers), Maximiliano Moralez (New York City) y el paraguayo Miguel Almirón (Atlanta United). “La facilidad que tienen para armar una liga y que sea tan productiva me impactó. Yo entré en 2011 y a la cancha del Seattle iban 60 mil personas, con apenas tres años de franquicia. Una locura. Es impresionante”, cuenta Rosales a la nacion. El ex atacante de Newell’s, Ajax y River volvió a Vancouver Whitecaps de Canadá, tras su paso por Dallas FC. El cordobés es uno de los 24 argentinos que formarán parte del certamen norteamericano.
El arranque de la MLS será con un incremento en el número de participantes, que pasará de 20 a 22 con la inclusión de Minnesota United en el Oeste y Atlanta United (conjunto dirigido por Gerardo Martino) en la conferencia Este. Hay más datos que avalan el desarrollo sostenido. Según estadísticas de la propia liga estadounidense de fútbol, ya es la sexta del mundo en cuanto a asistencia a los estadios. En todo el año pasado, la MLS atrajo a más de siete millones de simpatizantes en 330 partidos. También en 2016, la audiencia televisiva no sólo se disparó dentro de las fronteras estadounidenses: los partidos se transmiten cada fin de semana en 170 países alrededor del mundo. Dentro de ese universo de cifras exorbitantes se acostumbró a moverse Rosales.
–¿Qué te llama la atención en el crecimiento de la MLS?
–La calidad futbolística, el nivel es muy bueno. Estructuralmente siempre fue genial y ha crecido muchísimo, con estadios nuevos y equipos que van llegando. En los últimos años ingresaron cuatro y todavía faltan dos. Esta temporada arrancan el Atlanta de Tata Martino, y Minnesota, que trae una organización fascinante; no entendés cómo lo hacen, siendo tan nuevos. De acá a cinco años la MLS va a ser deseada por muchos y se va a posicionar como una de las mejores ligas.
–¿Te costó cuando llegaste?
–No, fue sencillo. Comencé en Seattle, uno de los equipos más poderosos. Viví tres años muy buenos, ganando copas. Después fui pasando por otros lugares, estuve en Vancouver dos años y salimos campeones de la Copa de Canadá. Fui a Dallas y también salí encantado. Ahora regresé a Vancouver. Cada año que pasa lo disfruto más; la MLS crece a pasos agigantados.
–Hace algunos años, la mitad de los equipos estadounidenses tenía enganches argentinos. Muchos de ellos, “adaptados” a ese lugar. ¿Cómo se explica?
–Yo siempre tuve tendencia en tirarme hacia el medio jugando desde afuera. No me cuesta. En algunos momentos me moví como creador o tratando de ayudar al enganche. Mi juego es el típico de un 7 que no pisa tanto el área. En Dallas el 10 es Mauro Díaz y ahora llegó Javier Morales, que siempre jugó en esa posición. Yo también puedo hacer esos trabajos. En Estados Unidos buscan argentinos con esas características, conocen el talento.
–¿En Estados Unidos existe el miedo a perder?
–No, es una cultura diferente. Intentan no regalarse desde un principio de partido y hay que estar muy bien físicamente para soportar el método de trabajo del futbolista norteamericano. Pasaron cracks como Pirlo y Villa, todos los equipos tienen dos o tres jugadores que hacen la diferencia y una banda que corre y mete.
–¿Qué te piden que aportes desde la experiencia?
–Que ayude a los jóvenes, que los acomode en la cancha porque tácticamente son bastante desordenados. Como les sobra físicamente corren por todos lados y se olvidan del orden. Me gusta guiarlos.
–¿Es un prejuicio argentino pensar que los jugadores pueden ir a Estados Unidos sólo por el dinero?
–Sí. Sólo algunos ganan mucha plata. En la Argentina se logran mejores contratos, sin dudas. Ahora, para alguien que está relegado, en Estados Unidos aparece la chance de contar con más minutos de juego, de mostrarse. En nuestro país, en los equipos grandes, un juvenil puede estar hasta los 22 en reserva y no pega el salto. Si logra un lugar en la MLS aparece la posibilidad de demostrar si está capacitado para una primera división.
–Otro prejuicio, tal vez, es que los argentinos pueden jugar “sobrados”.
–Jugar sobrado es imposible porque en la parte física tenés que estar al 100 por ciento o te quedás afuera de los once. Hay cientos de futbolistas de calidad de todo el mundo. Llegan muchos de Centroamérica. Para nosotros no son conocidos y juegan en sus seleccionados.
–¿A un argentino le puede ir mal?
–Sí, claro. Pasó con muchos futbolistas que no se adaptaron; el idioma es una barrera importante y vivir lejos de tu país no es sencillo. Si estás mentalmente bien, con tu familia, te puede ir genial. Ahora, si no entrenás de manera adecuada, no te van a poner.
–¿Martino llegó a Estados Unidos en busca de una presión menor?
–No hablé directamente con él pero sí con sus asistentes. Jorge Theiler me llevó a Newell’s cuando yo tenía 15 años, fue mi primer entrenador. Para el Tata es una gran oportunidad y será una linda experiencia. Lo va a ayudar, es muy didáctico. Atlanta se está armando muy bien y van a hacer una buena temporada. Con toda su experiencia, Martino aportará cosas buenas a la liga. A la MLS le brinda prestigio. No hay nada más arriba que los lugares donde Tata dirigió, en Barcelona y la selección.
–¿Qué buscaron en Estados Unidos jugadores como Kaká, Villa, Pirlo o Lampard?
–Mantenerse en un buen nivel, quizás con menos minutos y descansando por lo que acarrearon durante toda su carrera. Siempre fueron observados y exigidos. Creo que el pensamiento general de ellos es: ‘Vamos a la MLS, disfrutamos, estructuralmente tenemos lo mejor y nuestras familias viven tranquilas’. Pirlo en Italia y Villa en España no pueden salir a caminar. En Estados Unidos, por vergüenza o por respeto, nadie los molesta.
–¿Cómo ves al fútbol argentino a la distancia? El problema más grande es organizativo.
–Sí, es algo que viene de arrastre. Explotó ahora, pero las cosas se hacen mal desde hace mucho. Si no se actúa como corresponde, en algún momento llega el pase de factura. Y llegó.
–¿Te hubiera gustado volver a Newell’s?
–Sí, pero a esta altura es complicado. Ya tengo 36 años y es normal que elijan a alguien más joven y con proyección. Hace 17 años que debuté en primera y disfruté mucho todo lo que me pasó.