Ortega y Simeone se reunieron para sentar las bases de la convivencia

Llegó el tiempo de firmar el pacto pacificador entre Ariel Ortega y el técnico Diego Simeone. El máximo ídolo en actividad de River y el entrenador hacedor del último campeonato se reunieron en el despacho del presidente del club, José María Aguilar, en el Monumental, para sentar las bases con vistas al comienzo del próximo semestre. El futbolista pidió disculpas por las duras declaraciones en las que trató de "vigilante" al Cholo y cada uno expuso su posición para acordar una convivencia en "armonía".

El encuentro duró aproximadamente unos 25 minutos y ninguno de los dos personajes enfrentados se saludó efusivamente, pero si mantuvieron una charla cordial. Una fuente vinculada a la presidencia del club confió a LA NACION que Aguilar comenzó la charla con un fuerte respaldo al entrenador, porque "es el que decide quién juega y quién no". Después habló Ortega y le pidió disculpas al Cholo, que las aceptó y escuetamente dejó en claro que no habrá más concesiones para ningún futbolista del plantel.

Aguilar se mostró satisfecho con el resultado de la reunión. "Hubo buena fe y cada uno expuso su posición. La conclusión fue pensar en lo mejor para River y disfrutar de una buena convivencia dentro del plantel", dijo el máximo dirigente millonario a la agencia Télam. "El enfrentamiento entre Ortega y el Cholo fue un episodio ríspido que supo encontrar un desenlace aceptable, algo que seguramente pasa en todas las relaciones humanas", agregó el titular.

Solucionar el cortocircuito Ortega-Simeone era un aspecto clave antes del comienzo de la pretemporada, que será pasado mañana. La relación entre el DT y el N° 10 se fue deteriorando a partir de la continuidad de los desarreglos del Burrito y se terminó por quebrar cuando llegó alcoholizado al entrenamiento previo al partido con Banfield. El entrenador lo mandó dormir, pero luego lo desafectó del encuentro de cierre del campeonato Clausura.

Tras ser excluido por el Cholo del último partido del campeonato, Ortega salió a decir públicamente que el DT era un "vigilante y mala leche". Después, el presidente Aguilar se reunió con las partes por separado y le puso paños fríos al enfrentamiento. Respaldó al entrenador y, por otro lado, convenció a Ortega, que tuvo contactos para continuar su carrera en Estudiantes, para que se quede en el club.

En el cuerpo técnico están convencidos de que no pueden permitirse más deslices por parte del Burrito, ya que eso no caería nada bien en el resto del plantel. Quienes tienen acceso a la intimidad del vestuario dieron cuenta de que la relación entre algunos referentes y Ortega no fue la mejor en el tramo final del campeonato.

Este fin de semana será el último que el plantel tendrá libre. Los jugadores se reencontrarán con Simeone pasado mañana en el Monumental, donde se les harán una serie de estudios previos a la pretemporada. Hasta el jueves, los futbolistas trabajarán en Buenos Aires y luego continuarán con la preparación física en Punta del Este hasta el 21 del actual. Las caras nuevas serán las de Rubens Sambueza y Diego Armando Barrado, que regresarán de sus respectivos préstamos en Pumas, de México, y en Olimpo, de Bahía Blanca. Pero la atención estará centrada en la continuidad de Ortega.

• Por ahora no hay acuerdo con Ahumada
  
  A Oscar Ahumada se le venció el contrato el 30 de junio último y ayer hubo una reunión con su representante, Néstor Sívori, pero no se llegó a un acuerdo. Por Santiago Salcedo, River quiere incluir a Mauro Rosales en la operación.