River - Aldosivi: el equipo de Gallardo reaccionó a tiempo con su gran poder ofensivo y el regreso de Suárez y se clasificó a la próxima etapa de la Copa de la Liga

Técnica, inteligencia, talento, gambeta, movilidad y definición. En tan solo media hora de juego, Matías Suárez expuso todo lo que River lo extrañaba. No hay un jugador como él en el plantel. Ningún otro delantero es tan completo. Ya sea como extremo, segundo delantero o mediapunta, el cordobés entiende a la perfección cómo lucirse y potenciar al equipo. Decidir bien forma parte de su rutina. Y el momento para volver después de perderse ocho partidos no pudo ser más oportuno: en su cumpleaños número 33, ingresó con Aldosivi para construir el tercer gol y marcar el cuarto para definir el triunfo por 4-1 en el Monumental y llevar tranquilidad al asegurar el boleto a los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional.

River llegó con la soga al cuello a la última fecha de la Zona A. Necesitaba derrotar a Aldosivi para alcanzar la clasificación sin depender de otros resultados. Y el partido tuvo una dinámica impensada. Tras 20 minutos de intensidad y vehemencia del equipo de Marcelo Gallardo en los que abrió el marcador con un penal de Gonzalo Montiel, en el resto del partido el dominio de la pelota estuvo en manos del elenco de Fernando Gago, que terminó con el 59% de la posesión. El Tiburón jugó un gran primer tiempo y luego le faltó ingenio y explosión para ser más punzante y peligroso.

El 1-0 de Montiel

Pese a eso, exigió a Franco Armani en dos oportunidades, explotó su juego en algunos tramos y logró empatar a los 41 minutos de la primera parte con un cabezazo de Malcom Braida en el primer palo que volvió a exponer falencias de River en la pelota parada en contra. Pero, rápidamente, apareció el 2-1 con una gran jugada colectiva que definió Rafael Borré antes del entretiempo tras otra asistencia de Fabrizio Angileri. Luego, en un segundo tiempo en el que Aldosivi manejaba la pelota sin profundidad, el ingreso de Suárez desarmó por completo el juego cuando el resultado estaba demasiado abierto con el 2-1.

El delantero no jugaba desde el 0-0 con Arsenal del 3 de abril por una sinovitis en la rodilla derecha y un contacto estrecho de Covid-19 que lo alejó otros 10 días de los entrenamientos. Así, volvió al Monumental e ingresó para jugar los últimos 30 minutos en lugar de Julián Álvarez. En un primer momento, se ubicó como extremo por derecha, pero luego se movió por todo el frente de ataque. Rápidamente, comenzó a generar peligro al aprovechar los espacios que dejaba el rival por las bandas, con desbordes y gambetas para enviar peligrosas pelotas al área. Y finalmente terminó sentenciando la historia.

A falta de cinco minutos para el cierre, recibió, pivoteó y asistió a José Paradela, quien había ingresado por Jorge Carrascal en el inicio de la segunda mitad y convirtió su segundo gol en River con una gran definición de zurda. Luego, en los instantes finales, recibió un gran pase de Nicolás De La Cruz y definió con sutileza para cerrar el 4-1. Un crack que el equipo de Gallardo necesitaba recuperar. Y retornó en un alto nivel para demostrar todo lo que aporta.

El 1-1 de Braida

La figura de Suárez no fue la única buena noticia para Gallardo. Además de convertir cuatro goles después de haber podido lograr solo esa cantidad en los últimos cinco juegos, mejoró su puntería (de los 15 intentos de remates tuvo 9 al arco), se vio un equipo más equilibrado que no sufrió por demás y pudo reemplazar a Enzo Pérez con un experimento con algunos buenos destellos.

El 2 a 1 de Borré

El experimentado volante no jugó por un síndrome gastrointestinal y el DT eligió a De La Cruz y Agustín Palavecino como volantes en el centro del campo. Cuando uno conducía, el otro retrocedía. Ambos hicieron un gran esfuerzo físico, con mucho despliegue. Pero también, a pesar de no ser habituales en el puesto, aportaron visión de juego, pase y recuperación. Sin ir más lejos, según los datos de Opta, Palavecino lideró con 14 recuperaciones, mientras que De La Cruz aportó una asistencia y fue líder en intercepciones (4), segundo en duelos de pelota ganados (6/9) y en precisión en pases (35/42) y tercero en recuperaciones (10). Ambos aportaron dos asistencias de tiros y goles y fueron dos puntos altos.

El 3-1 de Paradela

“Con Nico hicimos un buen partido, se nos cayó Enzo que para nosotros es muy importante. Gallardo nos pidió que intentáramos comunicarnos mucho. Yo busqué manejar la pelota, mirar a mis compañeros y ocupar el espacio vacío que es que nos pide el técnico. Estamos tranquilos porque para nosotros es importante generar más allá de que perdamos mucho y a veces no convertimos”, destacó Palavecino en declaraciones televisivas.

El 4 a 1 de Matías Suárez

A pesar de sentirse incómodo en un tramo de la primera parte, River nunca fue apremiado por Aldosivi. Al contrario, ni siquiera le llegaron con profundidad en los siguientes 45 minutos, al punto tal que Armani no necesitó volver a lucirse para sostener al equipo. Con una férrea tarea defensiva, el equipo de Gallardo no pudo desplegar lo mejor de su fútbol y mostró una faceta diferente, ya que hasta modificó parte de su libreto habitual por lo que pedía el encuentro: en el segundo tiempo se agrupó para ser más compacto, no presionó alto y hasta le cedió el balón al rival. Pero sufrió menos, fue mucho más efectivo, ganó y lo liquidó de contragolpe. Un triunfo necesario para crecer con la alegría de que vuelve a tener a su mejor arma disponible: Suárez es infaltable.