River, de la euforia de Madrid al nuevo objetivo: ya está en Emiratos Árabes y Gallardo empieza a mover las piezas

ABU DHABI.– River ya está en los Emiratos Árabes. El plantel conducido por Marcelo Gallardo aterrizó en esta ciudad cerca de las 3 de la madrugada (las 20 de la Argentina), y de allí viajó dos horas en micro hasta Al Ain, donde aguardará su debut en el Mundial de Clubes, previsto para el próximo martes 18.

No fue fácil controlar y bajar la efervescencia, que duró desde el pitazo final del juez Cunha hasta que el avión despegó del aeropuerto de Barajas. La histórica página escrita en Madrid no se olvidará jamás. Ni en Núñez, ni en los protagonistas: junto a los hinchas la llevarán tatuada para siempre en sus memorias.

El cuerpo técnico entiende la situación, pero considera necesario ponerle un inevitable paréntesis a los festejos por el logro de la Copa Libertadores , para comenzar a enfocarse en otro gran sueño: ser el primer equipo argentino en levantar esta Copa internacional. La grandeza de la historia del club en general, y la voracidad de Gallardo en particular, así lo impone. Al regreso será tiempo de celebrar con su gente, sea con un trofeo o con dos.

Las últimas horas de River en la capital española fueron muy relajadas. La intensidad de lo vivido en las dos semanas que transcurrieron entre el 24 de noviembre (fecha inicial del desquite) y el 3 a 1 del domingo, precisaban un desahogo. Un recreo físico y mental. Por eso, el lunes todos tuvieron casi 24 horas de libertad de acción. El que quería se iba a pasear, y el que no, se quedaba en el hotel, donde había una cena optativa programada. Lo único obligatorio era volver a reunirse para desayunar ayer todos juntos.

Algunos pasearon por las calles céntricas, aunque nadie dio precisiones del destino de cada uno, justamente para evitar el acoso mediático. Parte del cuerpo técnico disfrutó del exquisito jamón ibérico en la sucursal del Museo del Jamón ubicado en la Gran Vía, y unos cuantos optaron por recibir a familiares y amigos en el hotel.

Luego del reencuentro, se realizó una última práctica en Madrid, más enfocada en que los protagonistas realicen actividades regenerativas en el gimnasio del hotel antes de enfocar el GPS rumbo a suelo árabe, y de llevar a cabo un viaje agotador: 7 horas en avión, y luego dos en micro, para llegar a las 5 de la mañana a Al Ain.

La cabeza y la ilusión de los futbolistas es ingobernable después de semejante impacto. Por eso, y aun respetando a los rivales previos que ambos equipos deben enfrentar en las semifinales, Rafael Santos Borré le confesó a LA NACION: "La cabeza se te va más allá. Siempre querés ganar y disputar todos los partidos. Tenemos la posibilidad de enfrentar al mejor equipo del mundo. Tenemos un partido antes, y debemos enfocarnos en eso". Y elogió a su entrenador: "Esta mentalidad es mucho mérito de Marcelo y de su cuerpo técnico. Cada jugador que llega aquí incorpora enseguida ese concepto. Este es un club ganador, con mentalidad ganadora. Conformamos un grupo al que no nos gusta perder."

Borré dio indicios de que podría estar disputando sus últimos partidos con la casaca millonaria. Contó que estuvo hablando con Diego Simeone en el vestuario del Bernabéu, por lo que no sería nada extraño que en enero vuelva a pisar Madrid, esta vez para quedarse.

Juan Fernando Quintero opinó en sintonía con su compañero, en relación a no conformarse con lo logrado y ya pensar en dar una nueva vuelta olímpica: "La felicidad dura poco, porque al día siguiente de una gran consagración ya nos tenemos que enfocar en una nueva meta mucho más grande, y acá estamos. Los grandes retos son para los grandes equipos y las grandes personas. Y es la misma historia de River la que te hace ir por más."

En tanto, Lucas Pratto fue más cauto en su evaluación previa al inicio de la competencia: "Tenemos que pensar y concentrarnos muy bien en la semifinal. Porque será contra rivales que corren y pelean mucho. Si llega a darse la posibilidad de definir con Real Madrid será un partido único, donde las chances están repartidas 50 y 50. Somos dos grandes equipos, y como dijo Marcelo: ‘La historia nos obliga a dejar a River en lo más alto’".

Medirse con los mejores del mundo. De eso se trata este nuevo desafío internacional de River. A tan solo tres años de jugar frente al Barcelona , un mano a mano con el Real Madrid está a la vuelta de la esquina, y el entusiasmo es grande. "La diferencia con 2015 es que aquella vez fuimos campeones de América en junio, y nuestro segundo semestre fue malo", recordaba Gallardo ante LA NACION. Y comparaba: "En cambio ahora, venimos con continuidad y eso está bueno. Nos prepara de una manera diferente, con la sensación de que le podemos pelear a cualquiera".

El equipo de Núñez se hospeda en el hotel Hili Rayhann, y se entrenará en el estadio Tahnoun Bid Mohammed, a la espera de su debut, que será allí el martes próximo. Su rival será el ganador del partido del sábado 15, que tiene como protagonista al Es Tunis, de África, que su vez aguarda al vencedor del Al Ain FC vs Wellington FC, que se juega este miércoles a las 19.30 locales (12.30 de la Argentina).

Luego sí, será tiempo de viajar el miércoles 19 a Abu Dhabi, donde ese día debuta Real Madrid, frente al Kashima Antlers, de Japón, o las Chivas de Guadalajara mexicanas, y en donde el sábado 22 se define todo: el partido por el tercer puesto y la gran final. Sea cual fuere el resultado, River regresará a Buenos Aires el 23 de diciembre, en vuelo chárter.