River es un equipo que realza el sentido del juego y desequilibra en las dos áreas
Con un funcionamiento arrollador goleó 3-0 a Gimnasia y sostiene la diferencia de cuatro puntos con San Lorenzo; la defensa extendió a ocho los juegos con la valla invicta, seis de modo consecutivo
La frase del director técnico enseña el pensamiento, pero también cuál es el desafío, la búsqueda. “Me ilusiona y enorgullece que en pasajes del partido el equipo juegue bien”, repite, desde hace un tiempo, Martín Demichelis. No es un enunciado pretensioso, para vender su producto: es sencillamente lo que la formación ensayó en la mayoría de los partidos de la Liga Profesional. River marca el pulso en el certamen y por esa razón, en las varias charlas que el entrenador mantiene con los medios, también lanzó una expresión que agita y conecta a los hinchas de la vieja escuela con los jóvenes que disfrutan los éxitos en continuado de la última década: “La máquina que todos queremos”.
Dominante, seguro, atildado y efectivo, minimizó a Gimnasia y Esgrima La Plata, al que el calendario apretado empujó a presentar una alineación alternativa: el triunfo por 3-0 fue una muestra de la superioridad de los millonarios, que de afinar la puntería y tomar mejores decisiones hubieran construido una diferencia escandalosa.
El Monumental es un verdadero teatro. La remodelación lo convirtió en una cancha moderna, agigantando la capacidad y posibilitando que el simpatizante disfrute de la obra que ensaya el plantel. Porque River no es un equipo, una formación: se convirtió, a través de la mano de su entrenador, en una estructura que realza el sentido del juego sin tener que atarse a los intérpretes de la partitura. Los ejecutantes pueden rotar –con Gimnasia repitió la alineación que avasalló a Huracán, en Parque Patricios–, pero es la idea la que no se negocia.
El vuelo futbolístico lo ofrecen, en primera instancia, Nacho Fernández, de 33 años, y Esequiel Barco, con 24. La brecha de la edad no es una barrera para el entendimiento de dos futbolistas que engalanan al fútbol argentino. Dos nombres que salieron al exterior, pero que en River recuperaron la energía y el virtuosismo.
Para destacar, necesitan de socios silenciosos y ahí asoman el capitán Enzo Pérez y Rodrigo Aliendro. El ídolo, la bandera que se hizo manto sagrado en el ciclo Gallardo, encontró en el Mosquito al compañero ideal para la función. Dos treintañeros con un despliegue de juveniles: el mendocino precisaba de un futbolista que lo rodeara y acompañara para que su desgaste no fuera tan grande, en particular porque es una pieza que siempre desea decir presente en todas las competencias y River ya avanza con la Copa Libertadores y la Copa Argntina. Y Demichelis encontró en Aliendro al jugador modelo para ajustarle la misión, porque el volante corre, juega, marca y también le agregó presencia en el área rival y aportó un gol.
La estadística es abrumadora. River es el equipo que más partidos ganó, con nueve festejos en 11 partidos, pero también el que más goles convirtió -21, uno más que Talleres, de Córdoba- y junto con San Lorenzo, el que menos tantos encajaron.
Los millonarios sostienen el arco en cero hace seis encuentros seguidos, desde la derrota 2-1 con Arsenal, en el Monumental, aunque a la racha hay que sumarle la valla invicta en el debut con Central Córdoba y Tigre. Robusta y afirmada la zaga, los laterales aportan soluciones también para el desequilibrio ofensivo, ese que tiene en Beltrán a la figura del momento. Cinco goles en el torneo lo exhiben como el artillero del plantel en la Liga Profesional.
En oportunidades único jugador de referencia en el ataque, el que tiene como espejo a Gonzalo Higuaín y es amigo de Julián Álvarez, Beltrán demostró que tiene la capacidad de adaptarse a otro N°9: en los dos últimos juegos se combinó con el venezolano Rondón, que lentamente se está acoplando y juntos conjugan la experiencia y la juventud.
Pero detrás de ellos, esperando la oportunidad hay nombres de jerarquía a los que el DT puede recurrir para alivianar las cargas ante la agenda apretada: el colombiano Borja, Solari o Suárez, que selló el marcador con una definición estupenda, haciendo gala de su talento y clase, esa que no siempre puede regalar por las lesiones.
River domina y proyecta, tiene material para ilusionarse y arrollar al resto. A excepción del Ciclón, el resto de los denominados grandes lo miran desde lejos: Racing, a diez puntos; Boca, a 13 e Independiente, a 18. Posiblemente, en este nivel, el mayor rival de River sea el propio River y su ambición de ir por todo.
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