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El arquero de Independiente Emiliano Molina, de 17 años, falleció anteanoche en el hospital Fiorito -tal como se informó en la edición de ayer- como consecuencia de las heridas que sufrió en un accidente automovilístico ocurrido hace dos semanas, y sus restos son velados en la sede del club, Mitre 470, y serán sepultados hoy, a las 14.30, en el cementerio de Avellaneda.
Molina, que fue arquero de la selección argentina en los últimos sudamericanos Sub 16 y Sub 17, chocó con su Volkswagen Gol contra un camión cuando transitaba por el puente Pueyrredón, que une la Capital Federal con Avellaneda, el 13 del actual. Molina había perdido un ojo, tenía múltiples traumatismos y un cuadro complejo, según los médicos.
Era arquero suplente de los Rojos y se desempeñaba en la reserva; la madrugada de la tragedia viajaba con su novia, la hermana de su prometida -que murió el lunes último- y un amigo.
En Alemania, la selección mayor jugó ante México, por la Copa de las Confederaciones, con un brazalete negro, y José Pekerman, el DT, recordó a Molina: "Hoy tenemos un día triste. Perdimos a un joven jugador". En Holanda, donde la selección Sub 20 juega el Mundial, caló hondo en los futbolistas. "La vida tiene estas cosas. Es un mal trago. Realmente nos dejó a todos muy mal. No queda más remedio que seguir jugando", afirmó Oscar Ustari, también arquero de Independiente. En noviembre de 2004 otra muerte enlutó a Independiente: Lucas Molina -no tenía parentesco con Emiliano-, también arquero, falleció por un paro cardíaco. Anoche, en la sede de Independiente, el dolor abrazó a todos: familiares, compañeros, amigos; al mundo del fútbol.

