Unión-Colón, por la Superliga: el tatengue se quedó con el clásico de Santa Fe

SANTA FE - Unión es una fiesta. Los tatengues celebraron en su casa. El 1-0 en el clásico santafesino ante Colón se celebró casi como un campeonato. El equipo de Madelón encontró en los pies de Nicolás Mazzola la solución a un partido que parecía confinado a un empate y así Unión estalló de felicidad por la victoria ante el conjunto sabalero.

Unión se quedó con poco, pero con efectividad. La diferencia la consiguió Mazzola en un cotejo que no entusiasmó, aunque eso, para los tatengues poco importa. El resultado, además, aportó otro dato para la estadística: en Superliga, el sabalero suma 17 partidos sin ganar como visitante; el último éxito fue en mayo de 2018, cuando derrotó en Avellaneda a Racing por 3 a 1.

La fiesta Tatengue

Unión hizo lo que correspondía: cuando tuvo la oportunidad la aprovechó. Colón vivió el clásico como un "compromiso" más, sin darse cuenta que todo clásico, en esta ciudad, es diferente. Que va a jugar la final de la Copa Sudamericana, el 9 de noviembre en Paraguay frente a Independiente del Valle, o que está en cuartos de final en la Copa Argentina, no debió ser un justificativo. El equipo de Lavallén sabe que en el torneo local todavía está comprometido con los promedios.

El gol de la victoria de Mazzola

En el inicio, Unión presionó arriba, se hizo de la pelota y logró que su adversario no tuviera salida. Pero progresivamente, el sabalero encontró espacios y mejoró. Volvió a tener la pelota y eso lo fortaleció. Pero ninguno tuvo ideas para atacar. Todo parecía dedicado a hacerse fuerte en el medio. No hubo sorpresas y el cotejo, minuto a minuto, fue cayendo en la intrascendencia. Ni siquiera los hombres más ofensivos lograron imponerse en esa etapa para el olvido.

El complemento fue un poco diferente. Con la ventaja, el tatengue hizo sentir la presión en todas las líneas. Colón nunca pudo superar a su rival, ni colectiva ni individualmente. Intentó, pero sin sorpresa. Cuando se aproximó a Moyano apareció el colombiano Gómez Andrade para neutralizarlo. La diferencia estuvo en el medio, donde el local tuvo mayor decisión para acompañar a sus delanteros. Colón pasó de algunos pasajes de protagonismo a una ausencia total de eficacia. Así lo pagó. Sólo una acción de Morelo, que el árbitro Patricio Loustau invalidó cuando el colombiano había convertido, pudo rescatarse como acción de riesgo generada por el equipo de Lavallén.

El triunfo tatengue no se puede discutir. La diferencia la consiguió en su gran entrega durante el complemento. Colón estuvo apagado, sin respuestas. El sabalero parece tener la cabeza puesta en otro país.