La increíble historia de los cuatrillizos remeros Abraham en los Juegos Panamericanos Santiago 2023

SANTIAGO DE CHILE.- Ocurrió en México durante Guadalajara 2011 y sucede ahora, en Santiago 2023: el país anfitrión de los Panamericanos rinde muy por encima de su media histórica y Chile está provocando una revolución deportiva. El “¡Chi-Chi-Chi-Lé-Lé-Lé!” retumba en muchas de las arenas de los Juegos, tanto en los deportes que se desarrollan en el epicentro del Estadio Nacional como en los escenarios de otras regiones.

En la delegación trasandina hay un relato muy particular, el que congrega a los cuatrillizos remeros Melita, Antonia, Ignacio y Alfredo Abraham. Nacieron el 7 de julio de 1997 en San Pedro de la Paz, un barrio costero serpenteado por los ríos de la ciudad de Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago. Justamente allí se formaron y crecieron; aprendieron todo sobre la cultura del remo.

El martes fue una jornada de gloria para los cuatro en Laguna Grande, porque en el mismo sitio donde dieron sus primeras remadas ganaron dos medallas doradas por separado, ellas y ellos, en un lapso de 30 minutos. “Es algo que siempre soñamos. Estar remando donde aprendimos es impresionante”, comentó Ignacio Abraham, quien junto a su hermano Alfredo y a Nahuel Reyes y Marcelo Poo se quedaron con el oro en la prueba masculina de cuatro sin timonel. Pocos minutos antes, sus hermanas Melita y Antonia, junto a Magdalena Nannig y Victoria Hostetter, habían conseguido oro en la misma categoría. “Es un sueño estar acá. Detrás de este banner estaba mi club de remo, súper humilde, que construimos cuando empezamos a remar a los diez años. Es una emoción tremenda recibir una medalla en mi país”, afirmó Melita, embargada por la emoción.

Además, las hermanas ganaron dos medallas de plata cada una en el doble y cuatro pares de remos cortos y bronces en el ocho con timonel femenino, mientras que los hermanos obtuvieron el mismo color de medalla en el ocho con timonel masculino. Y para completar la faena, los cuatro hermanos en el mismo bote fueron plateados en el ocho mixto.

No solo se trata de entrenamientos y competencias de remo para esta increíble historia familiar: los cuatrillizos también se sumergen en estudios universitarios: Melita sigue Pedagogía en Educación Física; Antonia rumbeó para Psicología, mientras que Alfredo e Ignacio estudian Ingeniería Civil Industrial en la misma universidad.

Pero para el éxito de los Abraham existe un guía y allí surge la figura de Bienvenido Front, un español nacido en Tarragona que cambió al deporte chileno y lo encumbró en estos Panamericanos gracias a la impresionante actuación en remo: “A mí no me gusta mucho personalizar, es un equipo completo. Lo curioso es que son cuatrillizos y eso llama mucho la atención a todo el mundo”, comentó a la agencia AFP quien es el coach del equipo desde hace una década. Sobre la fórmula del éxito de los hermanos, Front resumió: “Trabajo y tiempo, es la única fórmula que sé y conozco. Y mucha pasión”.

Y tras el invalorable envión que suponen estos Panamericanos, los retos se multiplican. Melita y Antonia lograron por primera vez la clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024, tras obtener el quinto puesto en el Mundial disputado en Serbia, en septiembre pasado. En tanto, los muchachos buscarán el pasaje en el Preolímpico continental en Río de Janeiro que hará en marzo.

Esta historia de gloria panamericana arrancó en el Sanatorio Alemán de Concepción. En aquella sala de partos, Melita Schüssler dio a luz sucesivamente a Melita, Ignacio, Alfredo y Antonia. Para los progenitores Abraham-Schüsler fue una inmensa alegría y al mismo tiempo una primera batalla ganada, porque el sueño de la paternidad se les venía postergando y recurrieron a distintos métodos para poder embarazarse. Finalmente, el regalo de la vida llegó por cuadriplicado; un grupo de atletas de la misma sangre que captaron la misma sintonía desde pequeños y hoy persiguen grandes sueños deportivos.

Ignacio fue la punta de lanza para esta aventura deportiva. Cuando tenía 10 años, un compañero del colegio lo invitó al humilde club Regatas Miramar de San Pedro de la Paz, que apenas estaba tomando forma como entidad. Enseguida, Ignacio quedó fascinado con el fluir de los botes sobre el río y el sonido del agua. Y no dudó en arrastrar a su clan, que hasta entonces se divertía con otros juegos. Al principio, los padres se mostraron un poco reticentes, pero después lo pensaron bien y les gustó la idea, porque el hecho de tener a los cuatro hermanos haciendo el mismo deporte acomodaba el cronograma familiar: mucho más cómodo dejar e ir a buscar a los cuatro al mismo lugar, en vez de tener a todos los hijos desparramados con distintas actividades. Todo cerraba.

Tal fue la sincronía que los chicos nunca más abandonaron el remo, mientras que los padres se convirtieron en sus hinchas N° 1. Lo demostraron en la remota laguna peruana de Albufera de Medio Mundo, durante los Panamericanos de Lima 2019, como ahora más que nunca, de locales. “Mis papás están súper orgullosos y contentos de lo que han formado. Cuando nos fuimos de la casa, mi papá se quería morir, pero lo aceptaron y nos apoyaron”, comentó Alfredo hace unos años al diario La Tercera, de Chile. La postal final, este miércoles, exhibió a los cuatro saludando desde el muelle, junto a sus otros cuatro compañeros del ocho mixto. El “Team Abraham” surcó el agua hermanado por la gloria.

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