Las dos finales entre River y Racing hace más de 100 años: un 7-0 en el ascenso y un título “imposible” de la Academia
Este jueves se enfrentarán en Santiago del Estero por la Supercopa Argentina 2019; en 1908 definieron un ascenso y en 1917 la única Copa local
El clásico más antiguo y de mayor tradición en el fútbol argentino tiene una marcada particularidad: también es el de mayor desventaja entre los denominados “clubes grandes”. River y Racing jugaron 202 partidos en la primera división: el Millonario ganó 97, la Academia se impuso en 54 y empataron 51 veces. Al mismo tiempo, en competencias oficiales de la máxima categoría jugaron 19 series de eliminación y los de Avellaneda lograron ganar en 13 de ellas. Una diferencia notoria que toma relevancia a horas de afrontar la gran definición de la postergada Supercopa Argentina 2019 en Santiago del Estero este jueves a las 22.10.
Pero hay dos encuentros que se destacan por sobre el resto. Dos finales. Dos partidos a todo o nada. Y ambos se jugaron hace más de 100 años con condimentos especiales. El primero, en 1908, se trató de la disputa por el ascenso: jugaron la final del Campeonato de Segunda División y festejó River para ser el primer “grande” en conseguir el boleto a primera. El segundo, en 1917, fue el título “imposible” del poderoso Racing del amateurismo en la Copa de Honor venciendo en tres de los cuatro clásicos.
River, a primera: el ascenso en 1908 con una goleada 7-0 tras el escándalo
En diciembre de 1908, en la Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, en Palermo, River debió ganarle dos veces a Racing para poder concretar su ansiado ascenso. ¿Dos veces? Sí, dos veces. La primera se produjo el 13 de diciembre por la final del Campeonato de Segunda División, el décimo de la era amateur. Aquella tarde en GEBA, con alrededor de dos mil espectadores y ante un calor agobiante, el equipo darsenero se impuso por 2-1 con un esperado gol de Elías Fernández en el tiempo suplementario con el partido igualado 1-1. El público invadió el campo de juego en sucesivas ocasiones para festejar los tres goles y, a pesar de que el encuentro se completó, la Argentine Football Association ordenó reprogramar el partido por los incidentes que se protagonizaron.
En aquel entonces, la crónica de LA NACION puso el ojo en los problemas para desarrollar el encuentro en condiciones normales. “El entusiasmo que hubo tras el gol de Racing fue casi indescriptible, teniendo que suspenderse durante algunos minutos la continuación del partido hasta tanto se retiraran las personas que habían saltado del alambrado”, se describió. “En el segundo tiempo, después del descanso, fue casi imposible seguir jugando, pues el público, que había llegado al colmo del entusiasmo, insultaba a los jugadores y al referee, y provocaba constantemente discusiones”. Pese a que los jugadores de River le pidieron al árbitro Rodrigo Campbell la suspensión antes del tiempo suplementario (dos de 15 minutos) por las constantes interrupciones y las lesiones de dos futbolistas, se decidió seguir jugando.
“Solo en el segundo tiempo pudo el River Plate conseguir el goal que le dio el triunfo. Firpo cometió un hands casi en la mitad del field, y Politano, que se encargó de tomar el freekick, lo hizo con tal precisión que obligó a Lamour a rechazar la pelota, cayendo ésta a los pies de Elías, quien con un shot corto marcó el segundo goal para River Plate a los 5 minutos. Aquí, el partido tuvo que suspenderse, pues el público invadió otra vez el field vitoreando al team ganador, siendo casi imposible desalojar la cancha”, se leía en el artículo. “Varios de los jugadores del team del Racing se retiraban cuando el referee volvió a llamarlos, continuando el match con el juego repartido y terminando con el score de 2 contra 1 a favor de River Plate. El partido en general no fue malo. Ambos teams perdieron muchas oportunidades buenas. Lo que es de lamentar es la actuación del público, que se entretiene en insultar a los jugadores, que no conforme con esto invade el field, obligando a la suspensión. A este respecto el consejo debe tener en cuenta el ambiente en que han sido jugadas todas las finales de esta temporada y hacer lo posible para que el año próximo se jueguen en fields donde nadie pueda molestar a los jugadores”, se escribió.
De esta manera, la gran final se reprogramó y volvió a disputarse el 27 de diciembre con una particularidad: la noche anterior hubo tormenta y la cancha de GEBA estaba muy embarrada, con diversos charcos que complicaban la circulación. Pese a eso, en una tarde muy ventosa y ante una multitud, se produjo uno de los hechos más importantes en la historia del fútbol argentino. River conquistó el campeonato de segunda división con un contundente 7-0 sobre Racing y consiguió el ascenso. “El triunfo del River Plate”, tituló LA NACION el 28 de diciembre de 1908, y comenzó: “De haber actuado ayer otro referee, el River Plate hubiera señalado probablemente un récord en partidos de este carácter marcando 9 goals sin permitir ni una vez el éxito parcial de su adversario. No se llegó a esa cifra, sin embargo, Empero el River Plate venció por un total de siete goals contra cero, conquistando con el triunfo el puesto que San Martín deja vacante en primera división”.
Tras un primer tiempo con triunfo 3-0 del equipo darsenero, el quiebre total del encuentro se produjo cuando el arquero Lamour no quiso salir a disputar el segundo tiempo, por lo que Racing terminó jugando con 10 futbolistas y el delantero Alberto Ohaco ocupó la valla. Silvio Politano, hombre de River que jugaba de defensor o delantero, fue la figura del partido y marcó dos goles. “El match de ayer hace esperar que, reforzados aquellos puntos que se notan más débiles, el River Plate tendrá una buena actuación en la temporada próxima, dentro de la primera división”, concluía el artículo publicado en la edición de LA NACION. Los goles los convirtieron Pascual Griffero (2), Julio Abaca Gómez, Alejandro C. Vigil (en contra), Silvio Politano y Arturo Chiappe (2).
River se había afiliado a la AFA en 1905 y, dos años después, jugó la final por el ascenso ante Nacional y perdió. Según un informe del Centro para la Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF), Nacional, cuando ya estaba en Primera, fue desafiliado por la AFA por no tener su cancha en condiciones. Entonces, River se reforzó con jugadores de aquel equipo y terminó logrando el pasaje a la máxima categoría. En segunda división de 1908 habría cuatro zonas. River ganó la suya, con dos puntos de ventaja sobre Atlanta y, en semifinales, superó 5-1 a Ferro (ganador de otra de las zonas). Racing, en tanto, se impuso 1-0 sobre Boca para lograr un lugar en la final por el ascenso, que estuvo cerca de ser el primer superclásico, que recién sucedió cinco años más tarde. Para festejar, los hinchas caminaron desde GEBA hasta el barrio de La Boca. Luego, se hizo una fiesta campestre en Banfield en enero con socios y directivos y una entrega de medallas conmemorativas.
La final de la Copa de Honor 1917: un título de lujo para Racing
Nueve años más tarde de aquellas dos recordadas tardes en GEBA por el ascenso, se produjo la única final por Copas Nacionales entre River y Racing por la Copa de Honor Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, que se jugó a eliminación a una rueda entre 23 equipos. De ellos, 21 eran de la Liga de Football y dos de la Liga Rosarina de Football, que clasificaban directamente a semifinales: Rosario Central y Tiro Federal.
Para alcanzar la definición, Racing tuvo un áspero camino por recorrer en una campaña formidable. El 20 de mayo dio el primer paso en Avellaneda: venció 3-0 a Banfield en la primera ronda con goles de Natalio Perinetti (2) y Alberto Marcovecchio. Luego, el 17 de junio, en La Plata superó a Estudiantes por la segunda ronda con un 2-0 con tantos de Nicolás Vivaldi y Marcovecchio. Luego, el 22 de julio, llegó el clásico. En octavos de final chocó con Independiente y se impuso por 3-1 con los festejos de Marcovecchio (2) y Vivaldi. En cuartos de final, el 16 de septiembre en La Boca, derrotó 3-1 a San Lorenzo con anotaciones de Marcovecchio (2) y Vivaldi.
Finalmente, en las semifinales empató 1-1 con Rosario Central y, pese a que se jugó tiempo suplementario, debió imponerse 3-0 en un desempate para acceder a la definición. En la final lo esperó River, que había dejado en el camino a Estudiantil Porteño, Atlético Porteño, Tigre, Huracán y Tiro Federal Argentino.
El desenlace se desarrolló el 6 de enero de 1918 en el estadio neutral de Independiente, en Avellaneda, y la Academia festejó un 3-1 tras dos tiempos suplementarios de 15 minutos: sus goles fueron de Perinetti y Marcovecchio (2), y el gol del darsenero lo marcó Francisco Taggino. Para Racing significó la cuarta Copa de Honor, la séptima copa nacional y el 13° título oficial de su historia. Luego, en abril, tuvo la oportunidad de jugar la final internacional de la Copa de Honor Cusenier frente a Nacional de Uruguay en el viejo Estadio Parque Pereira, pero cayó 3-1 como visitante y no pudo conseguir una nueva estrella.
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