María Freytes: "Me encantaba la gimnasia y soñaba con ser como Nadia Comaneci"

Su relación con el deporte es un constante ida y vuelta. La chica que soñaba con ser como la gimnasta rumana Nadia Comaneci es ahora una madre que disfruta de las caminatas. La adolescente polideportiva del Northlands (el colegio donde estudió Máxima Zorreguieta -la reina consorte de Holanda es tres años mayor que ella-) le dio paso a las caminatas recreativas y el deseo de retomar la práctica del tenis. "Dobles", aclara. Para estar en estado y oxigenar cuerpo y mente, pero no a cualquier costo. Conductora de Bloody Mary, el late night show de LN+, mamá de Simona, Borja y Jaime, y fanática de River. María Freytes es la outsider de esta semana.

-En el colegio tenías la posibilidad de practictar gimnasia, atletismo, natación. En ese momento, ¿soñabas con ser deportista?

-Sí, de chica, sí. Me encantaba hacer gimnasia, ser como Nadia Comaneci. Hacía de todo y me gustaba. Saltaba, daba vueltas. Me encantaba y lo hacía bien. Un día fui a River. Y otro día le dije a mi mamá que quería ir a Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), ver de qué se trataba. Pero cuando entré vi que era un nivel muy competitivo, que se entrenaban a otro ritmo. Ahí me di cuenta que lo mío no iba por ese lado del deporte, que no iba por el costado competitivo. Que prefería ser Comaneci, pero en el colegio. Después, en atletismo era mejor en resistencia que en velocidad.

-¿Y ahora?

-Todo eso que hacía de chica eran habilidades que ahora están en desuso. No hago nada, o muy poco. Pero me encantaría retomar la actividad física por un tema de salud. El deporte es un objetivo, una deuda pendiente. Por suerte tengo un cuerpo de deportista, pero sin serlo. Me gusta salir a caminar con mi hermana por el barrio. Sirve para la salud, pero también para ir pensando, para repasar textos, para hablar, para inspirarme. Sirve para oxigenar, para distraerme un poco. Siempre estoy coqueteando con el deporte. Mi desafío es volver al tenis, jugar dobles, juntarme con amigas y pasar un buen rato. Eso sí, soy de acompañar a mis hijos, de motivarlos para que hagan deporte. Promuevo el deporte en casa.

-¿Tus hijos son quienes meten el deporte en casa?

-Sí. Y me gusta que Simona (11), Borja (9) y Jaime (5) jueguen y disfruten al aire libre. Mi marido también es deportista. Juega el fútbol, al tenis y al golf. Borja es absolutamente fanático del fútbol, sin que lo que sea ni mi padre, ni mi suegro.

-¿Vos tenés relación con el fútbol?

-Pateo muy bien (se ríe). Jugué al fútbol en mi adolescencia. Teníamos un equipo con mis amigas, nos iba bien y era una delantera con un buen pie derecho. Algún día me gustaría retomarlo. Mi hijo le avisa a los amigos "la vieja patea bien". Pero mi relación no va mucho más allá de eso. Me parece muy divertido, pero no estoy pendiente del día a día del fútbol. Aunque sí me transformo en cada Mundial.

-¿Algún recuerdo en particular de los últimos mundiales?

-Tenía más contacto con el fútbol en los primeros años de la década del 90. Cuando jugaban [Gabriel] Batistuta o [Diego] Maradona. Mostraban entrega por la camiseta. No veo fútbol los domingos, pero los mundiales los vivo a morir, me transformo. Es más, el grupo de Whatsapp que tengo con mis amigas tiene como foto de perfil a Angel Di María. Y quedó con esa foto desde mitad de 2014, en pleno Mundial de Brasil.

-Hincha de...

-River. Gallina de toda la vida.

-¿Y como te llevás con otras disciplinas?

-Me gusta mucho mirar tenis. Ya sea por televisión, como en la cancha: tengo una hermana que vive en Miami y suelo ir al segundo Masters 1000 de la temporada. Fui a ver varios torneos y es algo que disfruto, que me gusta. Me atrapa ver un partido de Juan Martín del Potro o de Novak Djokovic. Y también me gusta ver la Copa Davis. El próximo fin de semana no me voy a perder la final ante Croacia. En su momento también me gustaba jugar al pádel. Pero, más allá de lo que pueda ver o leer, del deporte en general disfruto de la vida al aire libre.

-Se mantiene viva esa idea del deporte como disfrute. Como algo recreativo, lejos de la presión...

-Sí. Creo en el deporte como una forma de descansar la cabeza. Hay una falsa creencia de que el deporte te cansa, pero para mí te energiza.