MotoGP: Brad Binder, una remontada colosal para sellar un sorprendente triunfo para KTM

TERMAS DE RÍO HONDO.- La carrera Sprint es una de las nuevas medidas que adoptó el MotoGP con la firme intención de realzar el espectáculo. Una metodología que se estrenó en Portimao, en la apertura del Mundial, y que en el autódromo internacional de Termas de Río Hondo generó un impacto colosal con la victoria de Brad Binder.

El piloto sudafricano dibujó una remontada de película para recibir la bandera a cuadros en la cabeza del pelotón, luego de transitar los doce giros y de largar desde el puesto 15. Un ganador impensado, que no asomaba en los pronósticos, porque Aprilia mostró su potencial en los entrenamientos del viernes al marcar un 1-2 con sus pilotos oficiales Maverick Viñales y Aleix Espargaró y también porque Ducati dominó las prácticas y posicionó a tres de sus pilotos, Álex Márquez, Marco Bezzecchi y Francesco Bagnaia, en la primera fila para el Sprint.

La celebración resultó la primera de KTM en la Argentina y un piloto criollo emparentado con la factoría austríaca se encargó de brindarle la recepción a los ases del MotoGP. Kevin Benavides, bicampeón del Rally Dakar -el segundo este año, en Arabia Saudita- invitó a Binder y a Jack Miller a un asado y dejó un mensaje que con el resultado se enseña como una premonición: “Hoy me la jugué con un buen asado argentino. Ya tienen energía para el fin de semana”, escribió el jueves en las redes sociales el salteño, que posteó también una foto con su moto y los pilotos oficiales de KTM.

Los triunfos con remontadas épicas son un sello distintivo de Binder, que fue el piloto que le regaló el primer éxito a KTM en MotoGP. Aquel capítulo histórico lo escribió en Brno, aunque la relación con la fábrica tiene un proceso de varias temporadas. De 27 años, el sudafricano que nació en Potchefstroom, lleva más de una década compitiendo para la marca: desde el debut en la Red Bull Rookies. En 2016, con la consagración en Moto3, confirmaba que se trataba de un talento singular, con un temperamento de hielo y un pilotaje constante y de superaciones atrevidas. Con aquella coronación rompió con la sequía de 36 años sin títulos de un sudafricano, después de la conquista de Jon Ekerold, que en 1980 obtuvo el título en 350cm3.

Después de una clasificación errática, las probabilidades de éxito de Binder asomaban escasas. La estrella de la jornada parecía acompañar a Álex Márquez, que llegó a la Q2 luego de ganar la Q1, y que marcó la pole después de lidiar con una caída y que se le incendiara una de las Ducati que alista el Gresini Racing. Al menor de los Márquez –Marc (Honda) se ausentó después del accidente que provocó en Portimao y que terminó con la fractura de un dedo en la mano derecha- le seguían el campeón defensor Pecco Bagnaia –vencedor de las dos pruebas en la apertura del calendario en el trazado de Algarve- y Bezzecchi, que hizo podio en el debut y es uno de los pilotos del Mooney VR46 Racing Team, la estructura de Valentino Rossi.

Nada de eso desanimó a Binder, que en la primera vuelta escaló nueve posiciones y en el tercer giro pasó a liderar la carrera. “Hice una gran carrera y cuando vi la oportunidad la tomé. Es fantástico tener una victoria como esta, pero la carrera de los puntos importantes es mañana. Lo de hoy fue genial”, explicó el sudafricano sobre su comienzo arrollador.

La valentía y el desparpajo del sudafricano en la pista para redondear colosales sobrepasos no son virtudes que explotaron en Termas de Río Hondo. Siendo un rookie, en 2016, ganó por primera vez en su cuarta experiencia en el MotoGP. Aquella vez, en Brno, le dio caza a Fabio Quartararo, a Pol Espargaró –se recupera del accidente que le provocó fractura de mandíbula y de dos vértebras- para doblegar finalmente a Franco Morbidelli, con el que también tuvo una pulseada agitada en el circuito santiagueño que se cobró dos caídas: Joan Mir (Honda), que fue trasladado para realizarse estudios por una dolencia en el tobillo derecho al hospital, en el giro inicial, y Aleix Espargaró, el último ganador del Gran Premio de la República Argentina, en la octava vuelta.

Binder, que se mudó junto con su familia a Europa cuando fue seleccionado por Red Bull, también es un seguidor de la Fórmula 1 y entre sus preferidos está Max Verstappen. Entre las fobias, encabeza la lista las serpientes, aunque también las tiene en la pista: quedar eliminado del Top 10, después de las primeras sesiones de entrenamientos libres, se convierte en una pesadilla. Fuera de los circuitos tiene al ciclismo y el golf como deportes favoritos y que resultan un complemento para su entrenamiento. La pesca, en cambio, es un pasatiempo que le ofrece calma y paz interior, esa que se vuelve un torbellino cuando se monta en la KTM.

Con el triunfo, Binder escaló al cuarto puesto del Mundial, donde ahora suma 22 unidades. Al frente se mantiene Bagnaia, que finalizó en el sexto puesto y acumula 41 puntos. El nuevo objetivo del sudafricano será duplicar una victoria, algo que hizo en el pasado en Moto3 y Moto2, pero que podría ser único ya que nunca celebró en continuado en un mismo escenario. Repetir es lo que siempre hace su mascota, el loro Oscar, esa que adoptó cuando nació su hermano Darryn, que después de su paso por MotoGP bajó a Moto2 para esta temporada.