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Abierto de Palermo. La Dolfina, esa rara mezcla de Ave Fénix y Globetrotters que amplía un récord inigualable
Podrá ganar o perder el próximo sábado, cuando juegue por enésime vez la final del Abierto de Palermo. Pero este 2020 tan problemático para La Dolfina no pasará sin alegrías. Lo que hizo este sábado en la cancha 1 fue una maravilla, una impensada maravilla. No porque el heptacampeón argentino no pudiera vencer a La Natividad-Monjitas, que llegaba un poco mejor a la definición de la zona A, sino porque se impuso a varios condicionamientos y a la vez brindó una exhibición de polo. Lástima que hubiera casi nadie en las tribunas como para disfrutarlo en persona y con la vibración de una multitud.
Su clase magistral, un 21-10 avasallante, lo merecía. Faltaron muchos aplausos y ovaciones para lo que el conjunto blanco construyó desde el primer minuto de juego de un partido que se demoró un poco por un hecho insólito: la intensa pintura de publicidades en el césped asustaba a algunos caballos, que fueron probados un rato para que se acostumbraran al contraste de tonos. Terminó siendo un detalle entre muchos inconvenientes que arrastraba La Dolfina, y que hicieron de esta goleada una de las victorias que quedarán como grandes producciones una vez que se desarme este histórico cuarteto Cambiaso-Stirling-Mac Donough-Nero, tal vez el año que viene.
Lesiones al por mayor, en cuerpos que bordean o superaron los 45 años. Escasez de ritmo de juego colectivo, por las ausencias que esas lesiones provocaron a lo largo de la temporada. El fin de un larguísimo invicto de 34 partidos y casi ocho años en el Abierto. Un adversario importante, que venía de su mejor actuación en 2020 y tiene alto potencial. Y hasta la posibilidad de ganar por un gol y aun así no cumplir el objetivo de pasar a la final, favoreciendo a un tercero (RS Murus Sanctus). Todo eso conspiraba contra el defensor del título, que tuvo muy poco que ver en rendimiento con el que había perdido tres días antes (vs. el propio Murus Sanctus) y fue un concierto desde el throw-in inicial. Como si ninguno de esos obstáculos existiera.
Sabe jugar estos partidos este La Dolfina. Talento le sobra, pero también mentalidad. ¿Cómo se puede pasar de un paso en falso a un desempeño sensacional en 72 horas? Con experiencia, concentración. Cuando la cabeza está bien, incluso aparece lo técnico, el taqueo. Hay más tiempo para llegar solo a una jugada, para decidir, para maniobrar. Hasta para acomodar el caballo. Y a eso lo da la anticipación.
Que es un factor decisivo en este deporte. Juan Carlos Harriott (h.), uno de los dos mejores polistas de la historia, era buenísimo en todo pero principalmente en eso: veía la jugada antes que el resto y actuaba en consecuencia. Adolfo Cambiaso, el otro supercrack de todos los tiempos, es más admirado por otras virtudes, pero hoy él y sus tres compañeros son genios de la antelación. Como si fueran un seleccionado alemán de fútbol, la tienen mecanizada. Saque de fondo de Juan Martín Nero, apertura de los otros tres como abanico y uno libre para recibir: a él va la bocha. Acción defensiva, backhander y ya uno corriendo en contragolpe.
Y las rotaciones: Nero se va al ataque y es raro que no quede alguien –Pablo Mac Donough, generalmente– cerrando la puerta. Es inusual encontrar mal parado a La Dolfina. Prácticamente no tiene bajones.
Los mejores goles de La Dolfina 21 vs. La Natividad-Monjitas 10
Y todo, casi sin infracciones este sábado. Pasó una primera mitad como ideal en ese rubro: ninguna propia, ocho del oponente. Apenas un bache, de cinco faltas entre la quinta y la sexta etapas, y nada más. Juega bien, limpio y sin riesgos innecesarios.
La Natividad-Monjitas se llevará la enseñanza de cómo se encara una virtual semifinal de Palermo. Los Castagnola dominaron a su tío Cambiaso en la temporada británica (ganaron más que lo que perdieron, aunque les fue bien a las dos partes), pero en el estadio más importante del planeta, aun casi vacío, su tío les mostró cómo es esto de buscar un lugar en la final del Abierto. El primer cruce palermitano entre Adolfito y Barto y Jeta fue una lección del grande a los chicos. El más joven, Camilo, que este domingo cumple 18 años, dio el presente con goles y manejo; a Bartolomé, que tendrá 20 dentro de 15 días, se lo vio menos decisivo en el partido y en la temporada, con mucho polo corto cuando su mayor ventaja es el pase por su lectura del juego. Si su número 3 no funciona en todos los cilindros, La Natividad lo siente. En rigor, salvo Jeta Castagnola, nadie vestido de verde rindió este sábado.
Y encima, La Dolfina brilló, con Nero algo por encima del resto. Es el mismo back que dudaba de poder protagonizar en Palermo y que anda sujetado por mil vendas luego de cuatro operaciones en un año. Cambiaso, lidiando con algo parecido a un desgarro en el hombro derecho, ante el rumor de que se bajaría en plena batalla de ser necesario. Mac Donough y Stirling, terminando de ponerse en sintonía tras sendos desgarros en los músculos más exigidos por los polistas: los aductores. La tienda de campaña de La Dolfina juntó a los cuatro recién en el Argentino Abierto. Así venían, claro. Era impensable este paso de las ñañas físicas y las falencias polísticas a la goleada autoritaria como si enfrente estuviera un equipo chico. Impensable al menos tan pronto, en tres días.
Una rara y formidable mezcla de Ave Fénix y Cañuelas Globetrotters llevó al club de Cambiaso a su 20ª final de Palermo en 21 años. Y a este cuarteto de fantásticos, a la 10ª en 10 participaciones. El mensaje a su futuro rival, que muy posiblemente sea este Ellerstina invicto perfilado hacia la Triple Corona, está mandado, y seguramente ya tiene las dos tildes azules: La Dolfina ya está, ya volvió. Y espera donde siempre: el partido de polo más grande de cada año en el mundo.
La síntesis de La Dolfina vs. La Natividad-Monjitas
- La Dolfina: Adolfo Cambiaso, 10; David Stirling, 10; Pablo Mac Donough, 10, y Juan Martín Nero, 10. Total: 40.
- La Natividad-Monjitas: Camilo Castagnola, 8; Pablo Pieres, 10; Bartolomé Castagnola (h.), 9, e Ignatius Du Plessis, 9. Total: 36.
- Incidencias: en el sexto chukker fue amonestado B. Castagnola, por protestas.
- Progresión: La Dolfina, 4-1, 7-2, 8-4, 12-4, 14-5, 17-8, 19-9 y 21-10.
- Goleadores de La Dolfina: Cambiaso, 5 (3 de penal); Stirling, 4; Mac Donough, 8 (3 de penal), y Nero, 4 (1 de penal). De La Natividad-Monjitas: C. Castagnola, 7 (3 de penal); Pieres, 1; B. Castagnola, 1, y Du Plessis, 1.
- Jueces: Gastón Lucero y Martín Pascual. Árbitro: Guillermo Villanueva (h.).
- Cancha: número 1 del Campo Argentino de Polo, Palermo.
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