Para los Heguy, la primera final de Palermo fue de decepción, pero no la tomaron como el fin del mundo
“Vamos a seguir y vamos a intentarlo de nuevo”, subrayó Cruz; lamento por la lesión de Facundo Pieres cuando el equipo mejoraba
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Una final que soñaron disputar terminó con bronca por no haber ajustado las tuercas en los momentos en que más se lo necesitaba. Sobre todo ante un favorito cantado como el equipo de 40 goles de La Natividad-La Dolfina, finalmente ganador de la Triple Corona. Sin embargo, con el transcurrir de los minutos, el balance empezó a volverse positivo para Ellerstina-Indios Chapaleufú. Quizá tarde un poco más en digerirse para los hermanos Facundo y Gonzalito Pieres, pero esta final ya es un hito muy importante en la carrera de los jóvenes Heguy, Cruz y Antonio, que dejaron todo y estuvieron a la altura ante una fusión de época como la de Cañuelas. Tras la derrota en la Catedral, en tal vez la primera final de muchas para ellos, la sensación general es que lo logrado no es menor.
“Es una lástima, en el medio del partido nos sacaron una ventaja de seis o siete goles y me parece que ahí perdimos el sistema, perdimos juego. Una lástima porque en un momento estuvimos a dos goles, estábamos a tiro en el final. Pero bueno, es la primera final de Palermo que jugamos Antonio y yo; la disfruté mucho. Obviamente se disfruta más ganándola, pero estamos muy contentos de haberla jugado, de haber llegado acá, y a encarar con todo el año que viene”, expresó Cruz Heguy, que batalló hasta las últimas consecuencias para que el equipo se mantuviera en partido.
Cuando la brecha se había recortado, llegó la lesión de Facundo Pieres, un desgarro de aductor por el cual volvió a montarse sólo para saludar a compañeros y rivales antes de dejarle su lugar a Pedro Zacharias, que con una camiseta del mismo color, la de La Aguada, había conseguido pocas horas antes, en la cancha 2, una asombrosa clasificación en el repechaje para la Triple Corona de 2026.
“Fue una lástima que Facu no pudiera terminar el partido, ya venía con el aductor medio comprometido, pero entró Pedrinho. Entró rebién en un momento muy tenso, en el último chukker, y se la bancó, por eso le agradezco mucho”, lamentó y valoró Cruz. Que, además, extendió su gratitud: “A toda Ellerstina, toda la organización que nos ayudó mucho a Antonio y a mí con caballos. Ellos tienen la mejor onda y quiero agradecer a mi viejo, a mis tíos y a mi familia en especial, que me banca mucho siempre. Ahora, a intentarlo el año que viene, y el siguiente y así”.
Su primo Antonio, también de gran temporada, coincidió en el análisis mientras una multitud lo felicitaba y le pedía fotos: “Creo que tuvimos unos chukkers malos en el medio del partido y contra estos equipos no podés dar esa ventaja. Estoy contento por haber llegado a la final, pero también caliente porque siento que podríamos haber jugado un poco mejor”. Y agregó: “Tuve algunos partidos buenos, creo, y hoy podría haber jugado un poco mejor. Tuvimos chukkers malos y estos equipos ahí meten cuatro o cinco goles; correr de atrás contra ellos es muy difícil”.
Compacto de la final del Abierto de Palermo
Sobre el penal que pudo cambiar el empuje final del equipo, ejecutado por Cruz y que salió cerca de un poste (fue revisado en video), explicó: “Es muy difícil de verla, porque la pelota sale muy alta; yo no la vi tan bien. En la primera pensé que era gol, después en la cámara no se veía muy bien. Cualquier decisión iba a estar bien, era muy dudoso”. Al igual que su primo, valoró el ingreso de Zacharias: “Pedrinho había jugado muy bien el repechaje y tuvo que entrar. Fue una lástima lo de Facu, que no habría podido terminar el partido. Pedrinho era tremendo suplente y Facu se sentía mal de la pierna. Se había desgarrado”.
La sensación del final, entre bronca y orgullo, deja en claro que lo mejor está por venir. La continuidad de esta fusión se proyecta naturalmente: “Sí, vamos a seguir el año que viene y vamos a intentarlo de nuevo”.
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