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En plenas vacaciones familiares en La Cumbre, Córdoba, y en diálogo con LA NACION, Pedrito Heguy soltó la frase con total naturalidad...
-En unos días se van para el campo, para Intendente Alvear, allá en La Pampa. ¿Estás ansioso?
-Un poco, sí. Pero más que por volver a La Pampa, estoy ansioso por volver a subirme a un caballo.
-¿No tenés miedo, Pedro?
-No.
-¿Y apenas llegues a La Pampa vas a montar o vas a esperar un tiempo?
-No sé, capaz que espero una semana o dos para empezar a montar. Y arranco tranqui, al galopito. Suave. Y después taquear un poco. El médico me dijo que vaya tranquilo, al galopito.
El día llegó. Todo con mesura, sin desbordes. Con el padre, Eduardo, al lado, también montado, siguiéndolo de cerca. La familia sabía que iba a ocurrir. No era un deseo frenar ese impulso de Pedro, de 12 años. Fue este miércoles, en el campo en La Pampa. Allí donde hace casi un año protagonizó un serio accidente que paralizó el corazón de todos. Del Ruso, cuádruple campeón del Abierto de Palermo y hombre de mil batallas, que lo vio todo de atrás mientras disputaban un partido familiar; de mamá Paz, que lo seguía con la cámara fotográfica y registró el momento en una secuencia que su hijo recién vio meses después, para tomar conciencia de lo que había sucedido. De tíos, primos y hermanos, que lo vivieron dentro y al borde de la cancha. El golpe de la cabeza contra el piso fue tremendo y los primeros pronósticos, nada alentadores. Pero siempre sobró fe. Y el apoyo de amigos y de mucha gente que se sumó con cadenas de oración. Aquella entrevista con LA NACION reflejó cada una de las vivencias, incluidas las de Pedro.
La recuperación de Pedro fue milagrosa. “Pensé que lo perdíamos”, llegó a reconocer el Ruso, acerca de aquellas noches de febrero a partir del viernes 5 en el que la vida de la familia cambió para siempre. Pero nunca dejaron de pelear y sobre todo, de creer. Una vez recuperado, luego de varias operaciones, internaciones en hospitales pampeanos donde le salvaron la vida en esas primeras jornadas críticas y con presión craneal elevada, y otras en el Austral de Pilar, y en la Fleni Escobar, Pedro volvió al hogar.
Siguió con su rehabilitación, retomó la clases con sus compañeros de Los Robles y hasta se dio el gusto de acompañar a su padre en cada partido de RS Murus Sanctus en el Argentino Abierto de polo, en Palermo, equipo del que era coach. Aunque Pedro tenía un ídolo concreto en otro conjunto, La Natividad, que finalmente se consagraría campeón. Nada menos que Jeta Castagnola. “¡Es un animal! Hace goles de todos lados”, lo describió.
No fue, este miércoles, un día más, sino uno muy especial. Para todos los Heguy y para el planeta polo. Pedrito otra vez arriba de un caballo “Y un día volvió a subirse, casi a 1 año de su accidente”, posteó el Ruso Heguy en Instagram, con fotos y videos de ese momento tan especial. Tranquilo, como había anticipado el propio Pedro. Un poco de taqueo, para ir retomando el hábito. Ya llegará el momento de volver a galopar. El partido más importante lo ganó hace un tiempo. Por eso, como tituló LA NACION en su portada de la edición print del jueves 30 de diciembre de 2021, Pedrito fue “El campeón del año”.