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SAN MIGUEL DE TUCUMAN (Especial).- La historia se dio de bruces contra la realidad. Tucumán se dio cuenta tarde de que no puede vivir aferrado a los logros del pasado. Demasiado tarde. El seleccionado naranja , que dominó el rugby argentino a finales de la década del 80 y principios de los 90, culminó la peor temporada de su vida. Cayó como local frente a Salta por 14-13 y por primera vez descendió al Grupo de Ascenso, donde jugará la próxima temporada.
En un encuentro muy cerrado y malo, disputado en Tucumán Lawn Tennis, los locales no parecieron conscientes de estar jugando una final. Salta, sin mostrar una enorme superioridad, impuso oficio y experiencia.
Incluso, el seleccionado norteño recurrió al planteo que mejor le convenía para sacar a Tucumán del partido: ensució el juego y le quitó ritmo al partido. El equipo local no consiguió sacar al cotejo de ese libreto ni encontró las variantes para poner en peligro el in-goal rival.
Salta se impuso en el scrum y se mostró sólido en los rucks, formaciones que los locales dominaron históricamente.
Tucumán ni siquiera tuvo la capacidad para aprovechar las oportunidades de las que dispuso, ya que Juan Pablo Rodríguez falló en algunos envíos a los palos bastante factibles.
Quien sí aprovechó la ocasión clave fue el apertura salteño, Moreno Solá, que en el descuento metió el penal que condenó a los tucumanos a descender.
La historia del otrora poderoso seleccionado de Tucumán indica que fue campeón en siete oportunidades: en 1985, 1987, 1988, 1989, 1990, 1992 y 1993. Hoy vive otra realidad: la del descenso.



