Lions-Springboks: un nuevo capítulo de la leyenda del Everest
La gira por Sudáfrica de los British & Irish Lions en 1997 tuvo varios hitos dentro de la leyenda del combinado más mítico del rugby. Fue la primera realizada en la era profesional, decretada dos años antes; significó el retorno a ese país tras no competir desde 1986 por el boicot (violado antes) a las políticas de segregación racial y tuvo el sabor de enfrentar a los Springboks campeones mundiales en 1995.
Pero ese viaje tuvo a otro gran protagonista: Jim Telfer, el escocés entrenador de los forwards en el staff liderado por su compatriota Ian McGeechan, una eminencia Lion. Telfer, quien además de haber jugado para Escocia y los Lions es maestro (profesor de química), reunió en la mañana del test a los 11 delanteros seleccionados para disputar el primer duelo en Ciudad del Cabo, y les dio una arenga apelando a la escalada del Everest, la montaña más alta de la tierra.
Fueron 4 minutos en los que habló, bajando y subiendo el tono, del significado de esa camiseta, del privilegio que ostentaban y, sobre todo, de su propia experiencia de derrotas, ya que como jugador y entrenador de los Lions nunca había podido saborear una victoria. Cuando concluyó, los jugadores se quedaron en silencio, mirándose, un par de minutos más. Más tarde, se llevarían por delante a los Boks en el encuentro que abrió el camino para ganar la serie. La metáfora del Everest luego fue utilizada por entrenadores, psicólogos y coaches mentales en distintos deportes. Y, sin dudas, forma parte de la historia sagrada del seleccionado que reúne a ingleses, galeses, escoceses e irlandeses. Telfer, quien hoy tiene 80 años, sin embargo no la volvió a utilizar.
El calendario de Los Lions marca la vuelta a Sudáfrica para este 2021. La última visita, después de la de 1997, arrojó una derrota 2-1 en la serie de 2009. Curiosidad: en las tres ocasiones, los Springboks los recibieron como campeones del mundo. Pero esta vez el Everest es la pandemia y será muy difícil escalarla. Tanto el Reino Unido como Sudáfrica atraviesan otra etapa con elevadas cantidades de muertos e infectados. Más aún: la nueva cepa encontrada en UK provino de Sudáfrica. Es casi imposible que ese país pueda albergar un acontecimiento deportivo como éste.
Las alternativas que se barajan son dos: jugarla en el Reino Unido e Irlanda o postergarla para 2022. Ambas presentan trabas de peso. La primera no sólo rompería con una tradición que viene de 1888, sino que perdería el sabor que le dan las 30 mil personas que siguen a los Lions en cada una de sus giras; la llamada "marea roja", ya que todos van de un lado al otro con la camiseta del combinado. Uno de esos hinchas inició una campaña a través de las redes sociales para juntar firmas en pos de que esta opción no se concrete. Ya son más de 5 mil los que adhirieron. Ahí se pide que la gira -12 partidos, entre ellos 3 tests- se traslade al año siguiente.
Pero 2022 tampoco aparece viable, ya que es el año previo a la Copa del Mundo de Francia y los entrenadores de los seleccionados quieren disponer de sus principales figuras y no arriesgarlos en un viaje extenso y durísimo en cada partido. En Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica esperan y se preparan durante 12 años para recibir al rival más deseado. Otro inconveniente: el entrenador, el neozelandés Warren Gatland, en 2022 debe volver a los Chiefs de su país.
Los Lions, además de la tradición y del nivel deportivo que presentan (le ganaron a Australia en 2013 y empataron con los All Blacks en 2017), significan un enorme negocio, el mayor que tiene el rugby luego del Mundial. Atrás de ellos hay millonarios contratos televisivos, de publicidad, de merchandising y de turismo. En la última excursión, en 2017, a la Unión de Nueva Zelanda le quedaron unos 40 millones de dólares de ganancia por recibirlos. Eso también está en juego. Y es otro Everest.
Más leídas de Deportes
Así se juega. Cuartos de final de la Copa de la Liga 2024: días, horarios, TV y árbitros de todos los partidos
Sonríe Toto Wolff. Las asombrosas ganancias de Mercedes en 2023: cómo marcó un récord sin haber ganado en la Fórmula 1
La crisis de San Lorenzo. Se va un ídolo, aparece otro: tras el despido a Insua, dan por hecho que el DT será Romagnoli