Stetsiuk, con otros colores

RIO DE JANEIRO (De nuestros enviados especiales).- "Yo soy un nómada". Así se define. Así se siente Pedro Stetsiuk. Su acreditación dice que representa a la Argentina, pero nació en Lvov, Ucrania, hace 26 años. A partir de entonces, cambió de residencia varias veces: hijo de padre ucraniano y madre argentina, Pedro vivió toda su vida en aquel país de Europa del Este, hasta que cayó la Cortina de Hierro. Ana, su madre, pudo cumplir el deseo de regresar a la Argentina, el país del que se había ido a los ocho años y al que nunca había podido volver: en 1993 se vinieron los tres para Buenos Aires. En 2001, Pedro viajó a los Estados Unidos ("Por nada en especial, para no cag de hambre", dice, bien porteño), donde residió hasta comienzos de 2007, cuando decidió regresar al que ahora considera "su" país.

Y ahora está aquí, con una medalla plateada que va a la cuenta de la Argentina, tras conseguir el segundo puesto en la categoría de hasta 105 kg en levantamiento de pesas. "Estoy feliz, ésta es una experiencia bárbara", expresa en un claro español que, sin embargo, deja notar un acento extranjero. En Río 2007, es la primera vez que Pedro representa a la Argentina entre los mayores, aunque ya había competido en juveniles. El debut no pudo ser mejor: en arranque levantó 160 kg y en envión 180, para sumar 340 y quedar a 40 del cubano Joel Mackenzie.

"La verdad es que venía con la intención de ganar la medalla de bronce. Pero el bielorruso que representa a Ecuador (Boris Burov) se lesionó en el primer intento y se me allanó el camino", confiesa Stetsiuk. Lo cierto es que la Argentina estuvo muy cerca de meter dos representantes en un podio por primera vez en estos Juegos. Damián Abbiate terminó 4°, a pesar de que levantó la misma cantidad total (338) que el brasileño Fabricio Mafra (en caso de igualdad, se impone el que pese menos de los dos). Además, una mala estrategia del equipo le impidió levantar en el último intento un kilo más, que le hubiera dado la medalla de bronce. Cuando fue por los 189 kg en envión, sonó la chicharra y se quedó sin tiempo y muy molesto.

Igual, la alegría argentina estaba asegurada: el hombre que llegó de Ucrania, el nómada Pedro Stetsiuk, ya había hecho su trabajo.