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Se lo vio como un espectador más, en el patio de comidas. Allí estaba Adrián Rousseau, que tomó notoriedad como barrabrava de River en la Batalla de los Quinchos, el 11 de febrero de 2007, episodio que inició una escalada de violencia y que terminó con el crimen de Gonzalo Acro. Rousseau, dedicado al motociclismo, asegura estar alejado de River: "Estoy haciendo un cambio de vida; tengo un pasado del que hay que hacerse cargo, uno a veces se equivoca, pero hay posibilidades de cambiar", contó a la nacion. Sin nombrarlo, aludió a Alan Schlenker, acérrimo enemigo desde la muerte de Acro: "Confié mucho en un ex amigo que nunca pensé que me iba a traicionar. El tenía muchas ambiciones que yo no. ¿Qué sentimiento me despierta? Es un pobre pibe, porque tenía todo para disfrutar y no midió las consecuencias de lo que hizo. Yo no quiero volver a la cancha ni agarrar la barra de River".


