Australian Open. Ashleigh Barty, semifinalista casi sin sufrir: impacta en su búsqueda de romper una racha de 44 años

Ashleigh Barty no es excéntrica ni alza la voz. La australiana no anda por el circuito detrás de los flashes ni es amiga de las fuertes declaraciones ni de las polémicas de cualquier tipo. La jugadora de 25 años nacida en Ipswich (estado de Queensland) habla dentro del court. Y lo hace con maestría. Número 1 del ranking mundial (lo alcanzó por primera vez en junio de 2019), lleva temporadas construyendo una carrera fabulosa, pero va por mucho más. Se instaló en las semifinales del Australian Open habiendo perdido, únicamente, 17 games en los cinco partidos disputados. Su última “víctima” fue Jessica Pegula (EE.UU.; 21ª favorita) a quien batió por 6-2 y 6-0, en sólo 1h03m.

La estadounidense Madison Keys será la rival de Barty en las semifinales del primer Grand Slam de la temporada. Finalista del US Open 2017 y 51° del mundo, Keys es una de las estupendas revelaciones del certamen (no por el poderío de su pasado, sino por la irregularidad de su presente luego de superar una etapa compleja por trastornos de alimentación). En los cuartos de final, Keys venció a la checa Barbora Krejcikova, 4ª cabeza de serie, por 6-3 y 6-2. Las otras semifinalistas saldrán de los partidos de este miércoles australiano entre Iga Swiatek (Polonia, 7°) vs. Kaia Kanepi (Estonia) y Alizé Cornet (Francia) vs. Danielle Collins (EE.UU., 27°).

Barty, semifinalista en Australia 2020, lucha contra la historia. Desde 1978, con Chris O’Neil, que Australia no disfruta de una campeona individual en su torneo más prestigioso. O’Neil, nacida en Newcastle, Australia, hace 65 años, se convirtió en la primera mujer no cabeza de serie (era 111°) en ganar el título australiano en la Era Abierta. Durante su carrera, en el Abierto de Francia y en el US Open no logró superar la segunda ronda, mientras que en Wimbledon llegó a la tercera ronda (1974).

Luego de ganar, en Adelaida, el tercer título de su carrera en Australia hace tres semanas, Barty ahora ostenta una racha de nueve victorias consecutivas. Diestra y de 1,66 metro, su estilo creativo rompe el molde en un circuito que mayormente se escribe a pura potencia. “Nunca fui la más alta ni la más poderosa de chica, pero encontré maneras de ganar los partidos. Me dio la opción de usar más herramientas con las que podía neutralizar mis carencias. A medida que tuve más potencia también he sabido seleccionar cuándo tenía que jugar de una forma o de otra. Hay que darse cuenta de los detalles que hacen sentir incómodas a las rivales”, apuntó Barty.

El estadounidense Jim Courier, ex número 1 del mundo y desde hace años un excelente entrevistador en los Australian Open, ponderó a Barty y dijo que tiene un exquisito revés con slice similar al de Roger Federer. Algo ruborizada, la australiana le agradeció: “Eso es muy amable de Jim... Creo que obviamente Roger tiene uno de los reveses con slice más excepcionales del juego. El mío está muy lejos de eso. Absolutamente, en ningún tramo de la imaginación estamos en la misma página en absoluto”.

El actual camino de Barty por el Melbourne Park a algunos les hace rememorar, de cierta manera, a Roland Garros 2019, donde ganó su primer trofeo de Grand Slam. Esa quincena derrotó a Pegula en la primera ronda y a la estadounidense Amanda Anisimova en las semifinales; aquí, batió a Anisimova y a Pegula en rondas consecutivas. Su historial ante Keys es de 2-1; curiosamente, el último enfrentamiento entre ambas fue en aquel mágico Abierto de Francia para Barty (en los cuartos de final).

Desde las semifinales de Australia 2020, Barty admite sentirse “más completa, con más experiencia para gestionar las situaciones que se presenten”. En el torneo aussie sigue avanzando en el cuadro a gran velocidad: eliminó a la ucraniana Lesia Tsurenko en la primera rueda (6-0 y 6-1, en 54 minutos), a la italiana Lucia Bronzetti en la 2ª rueda (6-1 y 6-1, en 52 minutos), en la 3ª ronda a la italiana Camila Giorgi (6-2 y 6-3, en 1h01m), en los 8vos de final a Anisimova (6-4 y 6-3, en 1h14m) y en los cuartos de final a Pegula (en 1h03m).

“Me gusta mucho el juego de Ashleigh Barty, una jugadora muy completa, con variedad y facilidad absoluta”, le comentó hace unos años Gabriela Sabatini a LA NACION. Y esa misma sensación es la que Barty derrama en el circuito femenino. Y no tiene techo.

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