Del Potro: la inteligencia de jugar con el físico y el reloj

LONDRES.- Ya no hay dudas en Wimbledon de que Juan Martín del Potro está de regreso. El tandilense ya se reconoce en el espejo y ante Lucas Pouille (30º del ranking) jugó tan bien como fue inteligente para pedir la suspensión por falta de luz. No le gustó nada al francés la decisión del umpire; el joven se fue masticando bronca de la cancha 12 del All England Tennis Club. Delpo tiene 27 años y en su currículum figura el Abierto de Estados Unidos; el francés, en cambio, sopló apenas 22 velas y recién da sus primeros pasos en el circuito; fue semifinalista de Roma en 2016. No le falta talento a Pouille, que incomodó al tandilense y dominaba el tablero por 6-7 (4), 7-6 (6) y 7-5 hasta que el sol empezó a esconderse. Entonces, Del Potro jugó con su chapa; el partido seguirá hoy, alrededor de las 9.30.

Después de su gran victoria sobre Stan Wawrinka (5º del ranking de la ATP) en la cancha central, las miradas estaban puestas en el estado físico del argentino, que no juega un partido de cinco sets desde Wimbledon 2013, cuando cayó en una semifinales frente a Novak Djokovic. Del Potro hizo todo a ritmo lento, con un ojo en el cielo. Sabía el tandilense que el reloj jugaba en su favor: tendría tiempo para descansar. Hoy seguirá su partido ante el talentoso francés por un lugar en los octavos de final.

En tanto, Andy Murray, finalista el año pasado en la Catedral, no tuvo problemas para despachar al australiano John Milman (67º del mundo) por 6-3, 7-5 y 6-2, en 2h11m. Por otra parte, los argentinos Guillermo Durán y Máximo González perdieron ante el croata Pavic y el neozelandés Venus por 6-4 y 7-6.