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Transcurría noviembre de 1995, tiempos del que sería, por un largo rato, el último torneo de ATP que se jugaría en nuestro país. En aquel South American Open apenas había cinco argentinos en el cuadro principal, y el único que llegó a los cuartos de final fue Hernán Gumy, derrotado en esa instancia por Alex Corretja, hoy capitán de Copa Davis de España. Dieciocho años después, otra vez sólo un argentino arribó a los cuartos de final del ATP porteño, después de 12 temporadas consecutivas en las que siempre hubo por lo menos un par de locales –con un récord de seis, en 2002–, en la antesala de las semifinales. Hasta anoche, cuando cayó con Nicolás Almagro (ver aparte), ese único sobreviviente nacional en esta Copa Claro fue Federico Delbonis, el zurdo de Azul, que ingresó merced a una invitación especial; desde aquel 1995 será la primera vez que las semifinales no cuenten con argentinos. Exigua cosecha, y más si se tiene en cuenta que en esta gira latinoamericana Horacio Zeballos fue campeón en Viña del Mar, con triunfo incluido sobre Rafael Nadal, y David Nalbandian venía de llegar a la final de San Pablo, con caída ante el zurdo de Manacor.
Es cierto que en el mazo argentino faltaron las dos mejores cartas que tiene en singles en este momento; por decisiones personales, Juan Martín del Potro y Juan Mónaco se excluyeron del torneo. Otra figura local, más allá del ranking actual, es Nalbandian; el Rey demostró su popularidad al llenar el estadio en sus dos partidos, pero esta vez el sorteo le dio la espalda, y la caída ante David Ferrer marcó la despedida del que también fue el último campeón argentino del torneo, en 2008.
Pero, sobre todo, esta Copa Claro permitió que el público pudiera empezar a conocer algunos de los nuevos nombres que se vienen, las caras que empiezan a transitar el circuito con la difícil misión de seguir los pasos de la exitosa Legión. Como es costumbre, el torneo les dio prioridad en las invitaciones especiales a los jóvenes que intentan abrirse paso; esta vez, los elegidos fueron Delbonis, Diego Schwartzman y Agustín Velotti. Delbo fue el que pudo llegar más lejos, pero Schwartzman –ganador del challenger Copa Topper el año pasado– hizo lo suyo con un buen triunfo sobre el brasileño Thomaz Bellucci, un top 40, en el debut, aunque luego se inclinó ante la experiencia de Tommy Robredo, y a Velotti le tocó el cruce con David Ferrer, un duelo para sumar experiencia, pero también una barrera elevadísima. Además de ellos tres, por el Buenos Aires también desfilaron Marco Trungelliti, Facundo Argüello y Guido Pella; con edades entre 20 y 22 años, ellos serán parte del grupo que intentará tomar el testigo de la Legión.
"Lo que marca este torneo es que empieza una renovación. Yo creo que es positivo lo que pasó con esta camada; han demostrado que están preparados para jugar en un cuadro grande", dijo Martín Jaite, director del torneo. El capitán de la Copa Davis, además, conoce a los chicos por haberlos visto en los futures que organizaba su empresa (Alma Producciones) y en otros torneos, además de haber realizado, en diciembre pasado, un campus con la presencia de varios juveniles. "Es una camada pareja, y creo que eso los va a potenciar, porque se puede activar el efecto contagio. Quizás en este momento Pella está un poco más despegado, pero, en el futuro, lo que va a pasar es que alguno va a rendir muy bien una semana, a otro le va a ir bien la semana siguiente… eso puede ayudar para que se incentiven entre sí", agregó Jaite.
Esta semana le tocó destacarse a Delbonis, surgido de Azul y que alterna su temporada entre nuestro país y Europa, con Gustavo Tabernini como entrenador en nuestro país, y en España con Albert Torras Cabañas; es apoyado por un grupo de sponsors de su ciudad, y tuvo la ocasión de ser sparring de Copa Davis en un par de ocasiones; de hecho, ante Suecia, en Estocolmo, hace tres años, estuvo a punto de formar parte del equipo, en aquella serie en la que Nalbandian llegó el día previo al comienzo de la eliminatoria. "Para este año me propuse ser más regular a lo largo de la temporada, que me vaya bien todo el año, porque el año pasado empecé muy bien en el nivel ATP, como ahora, y después en los challengers me fue mal", dijo Delbo, 123° del ranking, a LA NACION. Y también habla sobre sus colegas de generación: "A los chicos los veo bien. Es un grupo en el que todos tienen un gran tenis; sería bárbaro poder tener otra vez 12 o 13 jugadores en el top 100", se ilusionó Delbonis; zurdo y potente, sus mejores impactos son el saque y el drive.

Facundo Argüello, otro de los jóvenes en ascenso, que esta semana tuvo la ayuda de Gastón Gaudio y Alejandro Lombardo, coincidió con Jaite: "Entre nosotros se da una competencia sana, porque uno quiere estar arriba del otro, y eso nos da un plus. Que le vaya bien a Renzo [Olivo], a Diego [Schwartzman], es algo que nos sirve a todos".
Ese efecto contagio es el mismo que en su momento utilizó la Legión, aunque es evidente que la generación que se aleja –con Nalbandian como último exponente en acción– dejó marcas difíciles de igualar o superar. "Cuando empezamos con los challengers de la gira Ericsson, en 1997, no parecía que los chicos iban a producir todo lo que vino después. Y cuando ves que llegaron a estar cuatro o cinco dentro del Top 10, te das cuenta de que es difícil comparar. Pasó un poco con nuestra generación; después de Vilas y Clerc vinimos Mancini, Pérez Roldán, yo… y cuando nos comparaban no podíamos llegar a eso, y después vino la Legión, que por cantidad y calidad, sacando a Vilas, fue lo más importante que tuvo el tenis argentino", señaló Jaite.
En cierto modo, ése será el desafío que tendrá el próximo grupo de jugadores, con un futuro que, de poco, empieza a conjugarse en presente.
LA ARMADA YA TIENE, AL MENOS, UN FINALISTA
Fiel a su costumbre, la Armada Española se aseguró, al menos, una plaza en la final de la Copa Claro; de hecho, vale remarcar que los últimos cuatro ganadores del ATP de Buenos Aires son de esa nacionalidad. David Ferrer, defensor del título y número 4 del mundo, le ganó a Fabio Fognini por 6-2 y 6-1, y se encontrará hoy desde las 14 con Tommy Robredo –el campeón de 2009–, que superó al alemán Julian Reister por 6-3 y 6-2. Y los finalistas ibéricos podrían ser dos: del otro lado, anoche, el español Nicolás Almagro venció al argentino Federico Delbonis (123° del mundo) por 6-1 y 7-6 (3). El de Murcia, campeón aquí en 2011, jugará, aproximadamente a las 16, con Stanislas Wawrinka; el suizo. que llegó a las semifinales en este torneo en 2011 y 2012, alcanzó la etapa de los cuatro mejores con un triunfo sobre el español Albert Ramos por 7-6 (4) y 6-4.

El ex tenista Guillermo Coria, campeón en Buenos Aires en 2004, número tres del mundo el mismo año, fue homenajeado ayer. "Es el torneo que más valoro ahora que estoy retirado", dijo el Mago, que sostuvo una charla con David Ferrer.



