Tres estadios atrasados, pero la FIFA espera

COSTA DO SAUIPE.- Mientras trata de superar el luto por el trágico accidente de hace una semana en San Pablo, que les costó la vida a dos operarios en medio de los trabajos para levantar el estadio de Itaquerao, Brasil sigue chocando con sus imposibilidades para cumplir a tiempo con los plazos pautados en su momento con la FIFA para concluir todos los escenarios del Mundial. Esto último, los tropiezos y atrasos en las múltiples obras de infraestructura, ha sido una constante casi desde el mismo momento en que el país fue elegido como sede. Ayer no hubo más alternativa que oficializar algunos de esos problemas: se sabe que tres estadios, los de Cuiabá, Curitiba y el mencionado de San Pablo -propiedad de Corinthians- no estarán terminados para el 31 de diciembre, fecha acordada con la máxima entidad, sino que habrá que esperar por lo menos hasta febrero para que queden en condiciones.

Pero, tal vez como una concesión ante la tragedia, la FIFA, otras veces tan dura y rigurosa con Brasil respecto del cumplimiento de lo convenido, esta vez asumió una postura comprensiva y paciente. El principal mensaje en ese sentido fue, lógicamente, del presidente Joseph Blatter: "Ha habido algunos retrasos menores en las obras, pero tan pequeños que, con una excepción, podemos cerrar los ojos y decir que todo va a estar listo. El estadio de San Pablo, eclipsado por un triste accidente, estará listo. Es una cuestión de confianza", expresó ayer.

Al secretario general de la entidad, Jerome Valcke, le tocó hacer público un informe más realista y menos político de la situación. Respecto del principal temor, lógicamente relacionado con el golpeado estadio de San Pablo, designado sede del encuentro inaugural -el 12 de junio de 2014-, el dirigente francés se preocupó por disipar toda duda. "No hay un informe técnico completo, pero no estamos en una situación de crisis en la que consideremos una alternativa a San Pablo. Claro que no estará listo para fines de año y lamentamos lo sucedido, pero estamos confiados en que ellos pueden entregarlo a tiempo para la apertura. Estamos esperando una investigación definitiva (sobre el accidente), pero el partido inaugural no se va a cambiar." Es que a estas alturas sería caótico pensar en un traslado de partidos de una sede a otra; Valcke explicó que no hay manera porque ya se ha vendido aproximadamente un millón de entradas.

Después, Valcke detalló los inconvenientes en las otras dos subsedes críticas. "El estadio de Curitiba (Arena da Baixada) acusa el mayor número de problemas y no estará listo antes de febrero, eso es un hecho. Habíamos acordado para diciembre el final de las obras, pero estuvimos con los responsables y nos estamos organizando para la nueva fecha. Con Cuiabá (Arena Pantanal) tenemos el mismo problema, pero van a contratar más personal y llegarán a terminarlo en febrero", explicó.