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El 16 de abril de 2008 será inolvidable para Federico Zapata. Este joven y reconocido cirujano plástico es el propietario de El Galano, el hijo de Missionary que, ese día, ganó el primer turno del especial Zubiaurre, en San Isidro.
Fue conmovedor verlo alentar al alazán desde los 400 metros, cuando inició su atropellada, hasta que cruzó el disco. Si bien hace poco tiempo que es propietario, conoce de cerca el ambiente del turf. "Nací en Capitán Sarmiento, y me crié entre caballos. Mi padre, Adolfo, ya fallecido, fue veterinario de haras como Abolengo, El Turf, El Paraíso y Don Yayo, entre otros", relata.
La vocación llevó a Zapata hacia la medicina, pero no se olvidó de los caballos. El destino le tenía reservado un lugar en el turf, de la mano de un cuidador. "A Roberto Pellegatta, lo conozco desde hace más de quince años, pero hace poco me dijo «yo no entiendo cómo vos no tenés un caballo conmigo»; me dejó pensando." Entonces se asoció con varios amigos en la propiedad de Flag Colours, ganador clásico en La Plata, entrenado por Pellegatta, claro, y luego exportado.
"Fue una experiencia atrapante, que me empujó a prenderme en otras sociedades de amigos, siempre junto con Roberto, el único entrenador con quien tendría caballos." Después llegó El Galano, el pingo que hizo vibrar al médico casi hasta las lágrimas. "Esto es inigualable", alcanzó a decir, camino de entrega de premios, abrazado a su amigo Roberto. "Ahora es el momento de soñar", agregó.
El semblante de Zapata cambió cuando oyó que los caballos que ganan el Zubiaurre no trascienden, y se volvió a iluminar al saber que lo habían ganado caballos como El Coliseo, Chullo, New Dandy y Latency. Estos nombres alimentan aquel sueño grande. El de seguir el camino de los clásicos.



