Un siglo de saltos, sueños y pasión
El Club Hípico Argentino cumple hoy 100 años; por sus predios pasaron las mayores figuras de la equitación
lanacionarA partir de hoy, el selecto club de los centenarios tiene un nuevo integrante. El Club Hípico Argentino, nombre emblemático en la equitación nacional, celebra los 100 años de su fundación.
A principios del siglo XX, la Argentina era una joven república en pleno auge. La agricultura y la ganadería ocupaban un lugar importante en su quehacer. Adolfo Bullrich publicitaba la venta de vacas en su patio, hoy en día el glamoroso shopping de la calle Posadas.
En aquel entonces, igual que hoy, la gente acudía a los clubes para disfrutar de actividades tanto deportivas como sociales. Así fue como un grupo de aficionados se reunió en el salón de actos de La Prensa , el sábado 14 de agosto de 1909, para crear el Club Hípico Argentino y elegir por unanimidad a Bernardo Meyer Pellegrini como presidente.
Los socios activos pagaban tres pesos, mientras las mujeres y los cadetes, sólo uno. La cuota de ingreso costaba 20 pesos. La entidad no contó con un predio propio hasta 1916, pero eso no fue un impedimento para que realizara su concurso inaugural. El escenario del Pabellón de las Rosas frente al Monumento de los Españoles resultó un excelente marco para la competencia que se hizo a beneficio del Patronato de la Infancia.
El año siguiente de su fundación, el gobierno le encargó al club la organización de un gran concurso internacional para festejar el Centenario de la Nación. Incluso, el Congreso le otorgó 150.000 pesos para el desarrollo de la reunión, en la que participaron jinetes de Chile, Francia y Bélgica, además de la Argentina. Entre las personalidades figuraba Su Alteza Real la Infanta Isabel de Borbón, que había venido al país para participar en los festejos por el centenario argentino.
En 1916, el CHA obtuvo su primer predio en Beruti 4566, donde se construyó una caballeriza para 35 ejemplares y un pequeño picadero. Ocho años después, había crecido tanto -tenía 400 socios- que necesitaba una nueva sede. En 1928, se mudó a un terreno de 20.000 metros cuadrados entre las calles Vértiz (hoy Avenida del Libertador), Migueletes y Arce, que el ejército le dio en usufructo por 20 años. Allí se construyó una pista de saltos, picadero cubierto, y caballerizas para 120 caballos, además de un gran chalet de dos pisos que daba sobre Vértiz.
Ese mismo año, el club tuvo a su cargo la selección y la preparación del equipo argentino que participó en los Juegos Olímpicos de Amsterdam. El CHA se ocupaba de estas tareas, pues la Federación Ecuestre Argentina recién se constituyó en 1952 y el club fue fundamental en la fundación de la FEA.
Después de varias prórrogas, el club finalmente tuvo que mudarse. En 1953, el gobierno le concedió como propiedad definitiva un predio de ocho hectáreas sobre la avenida Figueroa Alcorta, cerca del estadio de River Plate, que utilizaba hasta entonces el Club Universitario de Buenos Aires. En 1961 se inauguró la primera caballeriza.
Uno de los hitos de nuestra equitación fue el Campeonato Mundial de 1966, que se realizó en el CHA. El reconocido arquitecto Mario Alberto Alvarez diseñó la gran pista cubierta que se inauguró en esa ocasión y que lleva el nombre del Coronel Esteban Mallo. Hoy también se utiliza para recitales musicales.
Al Mundial, todo un acontecimiento, asistió el presidente de la Federación Ecuestre Internacional, Felipe, duque de Edimburgo, además de los mejores jinetes de ese momento, como el notable francés Pierre Jonquéres d´Oriola, que se consagró campeón; el español José Alvarez de Bohorques, subcampeón; el legendario italiano Raimundo D´Inzeo, tercero, y el renombrado brasileño Nelson (Neco) Pessoa, cuarto.
Entre otras competencias relevantes que se dieron cita en la pista de césped del Hípico Argentino, figuran las pruebas de salto de los Juegos Panamericanos de 1995.
Más acá en el tiempo, imposible de olvidar fue la ceremonia del recorrido de la Antorcha Olímpica, en 2008, que finalizó en el club. Una emocionada Gabriela Sabatini cruzó la pista de césped con la antorcha en alto.
Para el prestigioso Club Hípico Argentino, son cien años de saltos, de adiestramiento, de jinetes y amazonas buscando llegar a la cima. Un siglo de pasión. Siempre acompañados por uno de los animales más nobles que existen sobre la tierra: el caballo.
- La ayuda siempre estuvo entre sus prioridades
Una de las tradiciones del CHA fue colaborar siempre con instituciones benéficas. En sus comienzos, lo hizo con el Patronato de la Infancia, la Sociedad San Vicente de Paul, etc. Hoy sigue con esa postura y ayuda, con la entrega de alimentos no perecederos, a entidades de caridad de Núñez.