1943-2018 Jorge Bernardino Mosqueira: un estudioso de los vínculos humanos en el mundo laboral
Sus reflexiones sobre los vínculos personales en el ámbito laboral eran un rasgo característico de las columnas que domingo a domingo publicaba en la nacion y que quedan ahora como uno de sus legados. En su último texto, publicado el 31 de diciembre pasado, puso bajo su lupa la tarea de los CEO, en referencia específica a un tema al que en los últimos tiempos le había dedicado especial atención y sobre el que había disertado en varios eventos: el del futuro del trabajo frente al avance de la robotización.
Jorge Mosqueira, quien fue columnista de la nacion en forma permanente desde 1996, falleció el viernes 5 de este mes, a los 74 años. Profesor universitario en Letras recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), dio clases durante más de tres décadas en la Facultad de Ciencias Sociales de esa universidad, en la carrera de Relaciones Laborales (dictaba la materia Administración de Personal). También fue profesor por más de una década en la Universidad de La Matanza y consultor en la Universidad Nacional de Moreno.
Una vez retirado de la docencia, continuó con sus investigaciones sobre el mundo del trabajo, dando visibilidad y reflexionando sobre logros, conflictos o preocupaciones de la vida profesional.
En el mundo corporativo, Mosqueira se desempeñó como gerente de áreas vinculadas a los Recursos Humanos en las empresas Eveready y Fiplasto, y fue asesor en Impsa, además de desarrollar su actividad como consultor desde su propia firma, Mosqueira & Asociados. Publicó dos libros con sus artículos, con los títulos La empresa más allá de las recetas y La trastienda del trabajo.
Padre de tres hijos, en los últimos tiempos se había integrado al consejo directivo de la Asociación de Desarrollo y Capacitación de la Argentina (ADCA) -institución dedicada a promover la formación continua de los profesionales de recursos humanos-, que lo despidió días atrás con un comunicado en las redes sociales, en el que se recuerda el valor de sus contribuciones y se destaca que era un expositor de enfoques críticos, porque una de sus características era la de no acostumbrarse "a hacer las cosas de un modo rutinario".
Es un rasgo, este último, que se veía reflejado en sus columnas dominicales que ocupaban este mismo espacio, en la sección llamada "Miradas" y en las que la búsqueda de lo sensible, del costado humano, era una constante.
La meta de la felicidad, las relaciones de los empleados con sus jefes, los espacios de trabajo, las actitudes para conseguir un empleo, los conflictos por los sueldos y los dilemas de los líderes. Esos y otros temas pasaron por el análisis de Mosqueira, persona de trato amable y de agudeza intelectual para detectar nuevas temáticas en el ámbito de las relaciones laborales .
Varias de sus últimas columnas estuvieron referidas al debate sobre el impacto que las nuevas tecnologías tienen y tendrán en el empleo de las personas.
El último párrafo de su último texto deja claro el mensaje que, aun con su preocupación, Jorge quiso dejar: "No cabe duda de que estamos en el umbral de un mundo desopilante que excede toda imaginación. No asustarse. Prepararse. Porque siempre quedará la nostalgia sobre las miradas y las caricias, aquellas arcaicas costumbres humanas".