$500. Los números que sostienen el pago de Kicillof a quien vaya a Tecnópolis

Las dificultades económicas derivadas de la pandemia afectan a todos los gestores políticos. Sin embargo, en ese grupo no todos enfrentan la misma situación. Quizás un buen ejemplo es la provincia de Buenos Aires, a cargo de Axel Kicillof, que ayer sorprendió con la propuesta de pagarles $500 por día a contagiados de coronavirus que muestren síntomas leves a cambio de que se internen en centros de aislamiento extrahospitalarios como Tecnópolis.

En un contexto de caída de la recaudación y aumento del gasto para atender la crisis sanitaria, un repaso por los números de la provincia muestran dos datos positivos: anotó asistencias récord por parte de la Casa Rosada en lo que va del año y tiene una posición sólida en materia de depósitos bancarios, a tal punto que es el distrito subnacional que más fondos tiene en dólares.

Entre enero y mayo, Kicillof recibió $79.564,9 millones en transferencias corrientes provenientes del gobierno de Alberto Fernández destinado a pagar necesidades cotidianas por fuera de la coparticipación. Los recursos adicionales que tuvo Kicillof muestran un incremento del 921%. Por mucho, fue el más favorecido en ese ítem. Encabeza una lista que cierra el cordobés Juan Schiaretti, que apenas recibió un incremento nominal de 29%, con una caída en términos reales en comparación con la inflación.

En el mismo período, Buenos Aires recibió más de uno de cada dos pesos adicionales que la Casa Rosada destinó a las provincias, en un contexto en que el Gobierno aumentó las transferencias en general. María Eugenía Vidal, antecesora de Kicillof, no tuvo la misma suerte con Mauricio Macri, que en el mismo período destinó a la provincia a razón de dos de cada 10 pesos.

La comunión con la Casa Rosada no es la única fortaleza de la economía provincial. Sucede que también es la segunda entre los distritos con más depósitos, antecedida por Córdoba. Y presenta el mayor stock de depósitos en moneda extranjera en comparación con los restantes 23 distritos subnacionales, según la consultora Aerarium. Son US$282 millones, un 21% del total.

La siguen la ciudad de Buenos Aires, con un 18%, y Tierra del Fuego (11%). Es una especie de seguro de cambio contra la devaluación del peso, si bien Buenos Aires también tiene que enfrentar el pago de su deuda en moneda extranjera.

En cuanto a recaudación, la crisis derivada de la pandemia impactaron en los ingresos provinciales, que en el primer semestre del año aumentaron solo 23,8%, por debajo de la inflación, alcanzado los $211,81 millones.

A la espera de que la Nación cierre la reestructuración de la deuda soberana, el gobierno de Kicillof todavía tiene pendiente la negociación de sus propios compromisos por US$7148 millones, emitidos bajo ley extranjera. Sumado a las obligaciones bajo legislación local, la deuda total de la provincia equivale a US$11.000 millones, lo que representa el 8,5% de su producto.

La reestructuración le traerá alivio financiero a la Provincia, ya que no solo se descomprimirán los compromisos de corto plazo, sino que obtendrá una nueva fuente de financiamiento en un mundo que tiende a tasas bajas producto de la liquidez generada para paliar la crisis de la pandemia.

En términos relativos, la deuda provincial no es significativa, pero en el contexto actual de cierre total al acceso de los mercados, donde no se pueden refinanciar los vencimientos, la reestructuración se volvió inevitable previo al estallido de la pandemia. Solo este año la Provincia debía pagar en cash alrededor de US$3000 millones.

En febrero pasado, el gobierno de Kicillof hizo el mayor pago en efectivo por US$250 millones, luego de que fracasa la propuesta de posponer el pago. Pero desde el 14 de mayo, la provincia entró en default luego de no haber cancelado un vencimiento de US$115 millones y de que la oferta que realizó el 23 de abril no fuera aceptada.

Sin embargo, las negociaciones con los acreedores todavía continúan en paralelo al proceso de reestructuración soberana, con una estrategia parecida a la del ministro Guzmán, que implicó cuatro extensiones en los plazos de vencimiento para ingresar al canje. La última oferta realizada vence el 31 de este mes, pero no se descarta una nueva extensión, si el Gobierno no cierra su propia deuda antes.