El CEO de OpenAI exploró las múltiples funcionalidades de la tecnología según las edades y preferencias de los usuarios
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La inteligencia artificial (IA) nos sorprende a diario no solo por su capacidad de razonamiento en tiempo real, sino también por su velocidad para crear respuestas hechas a nuestra medida. Su eficacia depende en gran medida de quién la utilice, del propósito de la consulta y de la habilidad para formular un prompt claro y detallado. Por este motivo, el CEO de OpenAI, Sam Altman, sostiene que la forma de percibir y utilizar IA varía según las diferentes generaciones.
En el marco del evento AI Ascent 2025, de la firma de capital de riesgo Sequoia Capital, Altman afirmó que los millennials y la generación Z acuden a ChatGPT como un “asesor de vida”, mientras que los baby boomers lo interpretan y utilizan como un motor de búsqueda similar a Google.
El CEO de OpenAI atribuyó esta distinción a la irrupción de los celulares, ya que los usuarios nacidos en aquellos años supieron adaptarse de manera rápida y natural a esta ola tecnológica, a diferencia de las personas mayores.
“Es impresionante. Algunos no toman decisiones importantes sin preguntar a ChatGPT, que tiene el contexto completo sobre las personas en sus vidas y conversaciones pasadas”, dijo Altman.
En esta línea, un estudio publicado por Barna Group en enero de 2024, en el que participaron 1500 adultos estadounidenses a través de una encuesta online, indica que los millennials son los que más utilizan esta tecnología, en comparación con otras generaciones. En números concretos, el 45% comentó que utiliza IA al menos una vez a la semana, frente al 34% de la generación Z y el 20% de los baby boomers. Los motivos de consulta están vinculados a cuestiones personales, en lugar de trabajo.
La investigación también revela que la mitad de la generación Z afirma sentir “algo” (39%) o “definitivamente” (11%) la urgencia de integrar la IA en sus vidas. En tanto, los baby boomers (53%) son más propensos a decir que no utilizan IA en absoluto.
“Los baby boomers pasaron de la perilla a la tecla, del botón al touch. Lo tecnológico trajo las redes y Google como el ‘gran superdiccionario y enciclopedia‘. Es probable que la fascinación sea aún mayor con ChatGPT, pues volcarían aquí el modo habitual de hacer sus búsquedas”, explicó para LA NACION Alejandra Gómez, psicoanalista y directora del Departamento de Psicosis de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
El escenario es diferente para los rangos etarios más jóvenes. “Los millennials son nativos digitales tempranos. Nacieron con las primeras computadoras en sus hogares y comenzaron a asociar la tecnología con la búsqueda de información, las redes sociales y los juegos. Se criaron con un pensamiento rápido. La generación Z es la auténtica nativa digital, y también se adaptó fácil al uso posterior de la IA”, detalló Gómez.
En este sentido, la experta reflexionó sobre el rol que ejerce la IA sobre dichas generaciones: “Hay programas y sitios que ‘hacen todo por nosotros’. ¿Qué quedará de nuestra capacidades de pensamiento y capacidades asociativas? La ilusión de obtener todo con clic se está volviendo adictiva”.
Terapeuta virtual
Respecto al uso de IA como “asesor de vida”, el psicoanalista José Eduardo Abadi opinó que la tecnología jamás podrá igualar el vínculo entre un terapeuta y su paciente. “Ha sido siempre una tentación del hombre, pero la tecnología no es magia, por eso no puede algunas cosas”, señaló.
“En el ámbito de la terapia, la relación psicoterapeuta-paciente no puede ser sustituida en la medida en que ese espacio tramita no solamente por un orden de información, sino también subracional, inconsciente y sensitivo. La máquina tecnológica no alcanza eso”, analizó el especialista.
Gómez sumó que la IA carece de empatía y sentimientos. “El psiquismo humano posee capacidad de abstracción, simbolización, subjetividad, singularidad, emoción. La IA solo reproduce las habilidades cognitivas humanas a través del uso de algoritmos matemáticos”, aseguró.
¿Compañero de estudio?
Por otro lado, el CEO de OpenAI hizo una especial mención a los estudiantes universitarios, quienes adoptaron la IA como “un sistema operativo”. “Lo configuran de formas complejas, lo conectan a archivos y tienen prompts detallados memorizados o guardados para pegarlos", profundizó.
Para Altman, esto se debe a la nueva característica de memoria de ChatGPT, que permite que la IA retenga información y datos de interacciones pasadas con el usuario, lo que genera respuestas cada vez más personalizadas.

Al respecto, Gómez reconoció el potencial de la IA como herramienta de estudio, pero subrayó que debe ser utilizada con consciencia y responsabilidad. “Es importante que los estudiantes no pierdan, por la fascinación por lo rápido y exacto, la capacidad de pensar, de emocionarse y de tener discernimiento”, concluyó.
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