Unas 350 tiendas y restaurantes ya aceptan bitcoin y 110 empresas del sector de criptomonedas ya se han mudado o han comenzado a operar en la ciudad
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En un McDonald’s junto a un lago rodeado de montañas, en el centro de la ciudad suiza de Lugano, un cliente pide café. “¿Puedo pagar con bitcoin?”, pregunta y la persona detrás del mostrador le muestra lo que parece una terminal de pago con tarjeta de crédito.
De hecho, se trata de una máquina para pagar con criptomonedas. El ayuntamiento ha distribuido el equipo gratuitamente a comercios locales. El comprador paga sin contacto desde la billetera de bitcoin de su móvil. La factura asciende a 0,00008629, lo que equivale aproximadamente a £6,60.
Pocas personas que han comprado bitcoin probablemente pensarían en usarlo para comprar productos en tiendas. Generalmente, se considera una inversión, una apuesta a que su valor subirá. Pero en Lugano, en la parte italoparlante de Suiza, la historia es diferente.

Aunque, por supuesto, todavía se puede pagar todo en francos suizos, unas 350 tiendas y restaurantes ya aceptan bitcoin. El ayuntamiento incluso ha empezado a aceptar pagos en criptomonedas para los servicios municipales. Por ejemplo, se puede pagar la guardería infantil con bitcoin.
Me pongo a hablar con el cliente de McDonald’s, Nicolás, que viene de Francia. Es lo que podríamos llamar un fiel creyente del bitcoin. “Lo bueno de pagar con bitcoin es la sensación de libertad que te da”, afirma. “Ya no dependés de un sistema financiero con sus intermediarios y sus costes”.
Nicolás dice que descubrió las tarjetas bitcoin en Suiza. Son tarjetas de regalo prepago. Comprás una cantidad determinada en francos suizos, pero la descargás en bitcoins a una billetera digital en tu teléfono.
Camino por el centro de Lugano, por una calle principal donde casi todas las tiendas venden artículos de lujo. Principalmente joyas y ropa cara. En una tienda llamada Vintage Nassa que vende bolsos y relojes nuevos y de segunda mano, el propietario Cherubino Fry me dice que acepta bitcoin porque la tarifa de procesamiento que tiene que pagar por transacción es menor que las que cobran las compañías de tarjetas de crédito.

En el caso de bitcoin, suele ser inferior al 1%, mientras que en las tarjetas de débito puede llegar al 1,7% y hasta el 3,4% en el caso de las tarjetas de crédito. Aunque para estas dos últimas, el porcentaje puede variar según el país.
Le pregunto al señor Fry si hace muchos negocios con bitcoin. “En realidad, no mucho. Por ahora, solo esporádicamente, solo algunos clientes”, dice y agrega: “Pero usar bitcoin será como un árbol que crece y este árbol crecerá muchísimo en cinco o diez años”.

Una iniciativa del gobierno
A dos pasos de la tienda del Sr. Fry, visito la sede de Plan B, una iniciativa lanzada en 2022 por el Ayuntamiento de Lugano en colaboración con la plataforma de criptomonedas Tether. La B representa bitcoin y su objetivo declarado es educar a la gente en las criptomonedas y “hacer de Lugano el centro europeo de bitcoin”.
“Quiero hablar de un experimento que hice en julio”, dice Mir Liponi, directora del centro de Plan B. Explica que tuvo un problema con su banco que le impidió acceder a sus fondos. Durante 11 días no tuvo otra forma de pagar que con bitcoin, pero dice que el experimento salió bien y que en Lugano se puede sobrevivir prácticamente solo con bitcoin.
“Ahora mismo falta transporte público... y otro problema es el combustible. La comida está bien. Incluso me la traen a casa. Hay muchos centros médicos, pero ni un dentista. Y otro problema importante son las facturas de energía. Todavía no se pueden pagar con bitcoin”, detalla. La Sra. Liponi añade que en el futuro quiere ver “economías circulares donde la gente gane bitcoins, conserve bitcoins, gaste bitcoins y pague servicios en bitcoins”.
Sin embargo, en otros lugares, proyectos de bitcoin similares al de Lugano han fracasado. En 2021, El Salvador declaró el bitcoin como moneda de curso legal junto con el dólar estadounidense. Para fomentar su uso, el gobierno ofreció a los ciudadanos el equivalente en bitcoin a 30 dólares, que descargaron mediante una aplicación.

“Entonces, lo que hizo la gente fue bajar la aplicación, cambiar los bitcoins por dólares y no volver a usarla nunca más”, afirma Vincent Charles, director de la empresa de criptomonedas Unchain Data.
Fue a El Salvador a principios de este año para ver cómo iba la adopción de bitcoin y concluyó que la gente realmente no lo usa y los minoristas y proveedores de servicios rara vez lo aceptan.
Sin embargo, existen otros ejemplos exitosos de adopción de bitcoin en todo el mundo. La capital de Eslovenia, Liubliana, fue declarada la ciudad más favorable a las criptomonedas en un informe de abril, seguida de Hong Kong y Zúrich.
En Lugano, no todo el mundo parece estar impresionado con el bitcoin. En un parque a orillas del lago había una estatua que representaba a Satoshi Nakamoto, el seudónimo usado por la persona o personas desconocidas que afirman haber inventado la criptomoneda en 2008. En agosto, unos vándalos rompieron la escultura en pedazos y la arrojaron al lago de Lugano. “Es interesante porque no se vandalizan muchas cosas por aquí”, dice Lucía, una transeúnte que vive en la ciudad. “La gente suele portarse bastante bien. Y tampoco es frecuente ver gente con opiniones políticas muy firmes”, agrega, pero añade que ella misma es escéptica respecto de las criptomonedas en general.

En la Universidad de Lugano, donde estudió, hay un club para promocionar el bitcoin y todo lo demás. “Me sorprende que instituciones como mi universidad promuevan tanto las criptomonedas. Creo que están asociadas con la delincuencia, la red oscura y la especulación. Mucha gente pierde su dinero porque invierte en una criptomoneda y luego esta colapsa”, explica.
Sergio Rossi, profesor de economía en la Universidad de Friburgo (Suiza), afirma que el bitcoin representa un riesgo para los comerciantes de Lugano y otros lugares debido a su volatilidad: su valor puede fluctuar bruscamente.
Por lo tanto, afirma que es importante que conviertan instantáneamente los bitcoins que reciben a francos suizos, euros u otra moneda emitida por un gobierno o un banco central. Estas también se conocen como monedas fiduciarias. Y añade: “También existe un riesgo reputacional con aquellas criptomonedas utilizadas en transacciones ilegales, que podría afectar a la ciudad de Lugano y a sus instituciones financieras”.
El profesor Rossi también advierte que los bitcoins de las personas están en manos de un tercero digital, lo que los hace riesgosos: “Si la plataforma donde está registrada mi billetera digital falla o quiebra, mis criptomonedas desaparecen instantáneamente. Y, por lo tanto, pierdo la cantidad correspondiente para siempre. En cambio, en Suiza, todos los depósitos bancarios están garantizados hasta 100.000 francos suizos (125.000 dólares; 94.000 libras). Esto significa que, si el banco donde están registrados mis ahorros quiebra, puedo recuperarlos hasta esa cantidad”.
En el Ayuntamiento de Lugano le pregunto al alcalde Michele Foletti si le preocupa que Lugano pueda ser un imán para el dinero de la mafia. “No. Puedes usar dinero fiduciario para hacer algo bueno o malo”, dice y agrega: “Lo mismo ocurre con el bitcoin”.
“Y a la mafia le interesa más usar dinero fiduciario para blanquear dinero. Cuando venden drogas o algo similar, reciben dinero fiduciario [físico], no bitcoins, porque el efectivo es la forma más anónima”, afirma. Añade que bitcoin sigue siendo positivo para Lugano y que 110 empresas del sector de criptomonedas ya se han mudado o han comenzado a operar en la ciudad.
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