
Alquilar toros, una actividad tan original como rentable
Carlos Rodríguez y Rubén Martínez proveen ejemplares para inseminar vacas
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Si de actividades originales se trata, hay pocas, sin duda, como la que ocupa a Carlos Rodríguez y Rubén Martínez, que se dedican al alquiler de toros.
La dupla es dueña de una empresa llamada Rent-a-bull, que factura 250.000 dólares por año, tiene un franquiciante que opera en las provincias de Santa Fe y Córdoba y se dispone a expandirse hacia Brasil, Uruguay y Chile en pocos meses más.
Lo que usted se debe estar preguntando a esta altura es ¿para qué se alquila un toro? Los animales se utilizan para inseminar vacas en los establecimientos que se dedican a la cría de ganado.
La historia arranca en 1995. Rodríguez y Martínez -de 38 y 40 años, respectivamente- son ingenieros zootecnistas y evaluaban para un cliente si resultaba más conveniente comprar toros o recurrir a la inseminación artificial para preñar sus vacas, cuando cayeron en la cuenta de que sería posible una tercera opción:contratar a los toros temporariamente. Tomaron como referencia un servicio similar existente en los Estados Unidos, orientado a los rodeos de pedigree.
El paso siguiente fue ponerse en marcha para montar una empresa abocada a esa faena. Los ingenieros lograron sumar al proyecto al productor agropecuario Héctor Eyherabide y, con 60 toros, que demandaron una inversión inicial de 100.000 dólares, el emprendimiento empezó a caminar.
Rent-a-bull se dio a conocer por medio de notas periodísticas, y en cinco años no ha dejado de crecer. En este momento la firma tiene un plantel de 500 ejemplares.
Ventajas
"Logramos demostrarles a los productores que el alquiler es lo más conveniente. La compra de cada toro de 1000 pesos implica una amortización anual de 300 pesos entre gastos de sanidad y mantenimiento, además de la comida, del espacio que ocupan y de las roturas que provocan en los potreros", justifica Rodríguez.
Yenumera otras contras, como la necesidad de contar con personal especializado para manejar los y el riesgo de que contraigan enfermedades.
Quienes optan por alquilarlos pagan desde 12 pesos por vaca a servir;menos que la mitad de lo que cuesta la inseminación artificial de cada ejemplar. Ese arancel incluye una certificación de preñez y un seguro por si el animal se lastima o muere en el intento. Además, la empresa ofrece asistencia técnica y un equipo de veterinarios que se encarga de supervisar el comportamiento de los animales.
Clientes
La mayor parte de los clientes de Rent-a-bull se concentra en Buenos Aires y en la región pampeana, pero sus dueños aspiran a ganar más terreno en el interior con el sistema de franquicias.
La demanda proviene, básicamente, de los establecimientos que se abocan a actividades ganaderas intensivas como el tambo o la invernada, "porque esos productores están más predispuestos a entender el servicio de los vientres como un insumo más", explica Rodríguez.
El procedimiento comercial para la cesión temporaria de los toros contempla la firma de un contrato de locación y el traslado de los animales al establecimiento que los solicita. Yallí se quedan hasta que cumplen con su tarea ("un mes, o lo que haga falta", explican).
Rent-a-bull dispone de una amplia oferta de razas, pero las más solicitadas son Aberdeenangus, Shorthorn y Hereford. Los socios acaban de ser premiado por el Banco Francés, en su certamen anual destinado al rescate de emprendimientos agropecuarios innovadores.
jaznarez@lanacion.com.ar
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