
Entre la menor producción de China y las dificultades con las importaciones, el mercado está en tensión
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La disponibilidad local de insumos agrícolas es ajustada. Las causas de esta situación están asociadas a problemas de producción en el mundo por la pandemia y a restricciones a la importación.
Frente a una demanda firme por parte de los productores, esa estrechez se traslada a los precios, que repuntan. Por ejemplo, Enrique Baya Casal, un operador de ese mercado, observa que la oferta de fosfato diamónico es ajustada por importaciones acotadas y por la lentitud del comercio exterior, que determina que los volúmenes embarcados lleguen justo para satisfacer los pedidos de distribuidores y productores.
Luego de varios meses de suba, este producto se cotiza a US$850 por tonelada, más del doble que en igual fecha del año pasado (US$420). Algo parecido pasa con la urea, que vale US$630 por tonelada vs los US$320 del ciclo anterior.
En los agroquímicos hay dos situaciones: productos que aumentaron de valor o escasean y el resto, que evidencia cotizaciones en dólares similares a las de la campaña pasada. En el primer grupo está el glifosato, que se cotiza US$7,80/8 por litro cuando tiene una concentración de 54%, que se catapultó desde los US$4,30 del año pasado.
Las causas de la suba de este herbicida son los conocidos problemas por menor producción en China y el cierre de plantas en la Argentina por problemas en el abastecimiento de insumos. Con una producción acotada, se derrumbaron los stocks y la variable de ajuste fue el precio.
Hay otros herbicidas que cuesta conseguir, pese a los esfuerzos de terminales y distribuidores. En esta clasificación entran la flurocoridona, el metsulfurón y algunas imidazolinonas, según Baya Casal. Otros herbicidas, insecticidas y fungicidas mantienen los precios en dólares de la campaña anterior por ahora. En síntesis, se estima una buena campaña de venta de insumos 2021/2022 si sigue la firmeza de los precios de los granos en las próximas semanas.
“La venta de insumos levantó temperatura en otoño, cuando se produjo el pico de precios de los granos y los insumos seguían estables, tras lo cual se tomó un respiro”, recuerda Bayá Casal. “Ahora los productores están asimilando los nuevos valores y van a reanudar las compras una vez que terminen de definir el plan de siembras; agosto, septiembre y octubre siempre han sido meses de buenas ventas”, concluye.
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