Según el Consorcio ABC, se trata de aproximadamente un 10% más que el año pasado; en volumen se prevé una mejora del 15%
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Con exportaciones de carne vacuna en los primeros nueve meses de 2024 cercanas a las 572.600 toneladas peso producto que representan aproximadamente unos US$2214,3 millones, las perspectivas para la industria frigorífica para lo que resta del año son buenas. En volumen se estima terminar un 15% más que el año pasado, mientras que en valores se estará cerca del 10%.
En detalle, el último informe realizado por el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC muestra que, con relación al 2023, en este lapso del año los volúmenes exportados fueron un 11,8% superior; mientras que el valor obtenido un 3,5% más. Vale recordar que el año pasado se exportaron unas 683.000 toneladas peso producto, por lo que este año se debería estar en por lo menos 750.000 toneladas [peso producto]. “El año pasado fueron US$2800 millones y este año vamos a estar cerca de US$3000 millones”, Miguel Jairala, analista económico de la entidad,
Jairala recordó lo que ocurrió a lo largo de buena parte del año, que fue “trabajar con bajos precios que recién empezaron a repuntar algo a mediados de agosto pasado”.
“En particular China y la Unión Europea, que para el cierre de su verano empezaron a mejorar los valores. Eso da un poco más de margen para hacer los negocios en lo que queda del año, siempre y cuando haya disponibilidad de hacienda para esos destinos. Si repetimos el último trimestre del año pasado, vamos a terminar arriba del año pasado y sin ninguna duda será un 15% más, siempre que podamos sostener volúmenes altos sobre todo noviembre y diciembre. Eso depende de China, porque hoy en día el eje es si se consolidada o no una base con ese país”, dijo a LA NACION, con la salvedad de que lo que más crece es el producto que menos vale (carne con hueso y huesos con carne).
En detalle, esos productos de menor valor en este periodo consolidado crecieron un 40%, mientras que la carne sin hueso congelada solo 5% y la carne sin hueso refrigerada un 7% arriba del acumulado. Alrededor del 70% de las ventas al exterior totales de carne va a China, o sea que esa dependencia del mercado chino se convierte en un problema porque cualquier descenso en el valor de la tonelada hace bajar el precio promedio de la carne vacuna y no hay forma de que otros destinos lo puedan compensar: “Dos de cada tres kilos que se exportan van a China”.
En cuanto a lo que se viene para el primer trimestre de 2025 para la industria frigorífica, Jairala destacó que ahora se están cerrando todos los negocios en el SIAL que se lleva adelante en París, sumado a otros contactos previos realizados. Todo lleva su tiempo: es darle forma a la operación para luego embarcar y llegue a destino dos meses después. En este contexto, indicó que, si bien hay interés de los importadores, no se está pudiendo levantar un escalón los precios.
Lo que sí está ayudando un poco, contó, es que en Brasil, el primer abastecedor de carnes del mundo y específicamente de China, en los últimos 45 días se incrementaron los costos de la materia prima en prácticamente un 30%.
En el país vecino, por una mayor retención de vientres, se disminuyó la oferta de hembras y, si bien tienen oferta estable de machos todavía, puede ser que también esta tienda a bajar el año que viene, por eso están muy pendientes del clima. Por este motivo, los exportadores brasileños no pueden sacar las ofertas que tenían hace dos o tres meses atrás.
“Esto perjudicaba al resto de los países exportadores de carne que no tenían otra que aceptarlo. Este nuevo escenario podría ser un aliciente para repuntar en algo los valores que compra China, aunque siempre más barato que Brasil porque la calidad del producto brasileño es superior al nuestro y al uruguayo: por una cuestión técnica de protocolos sanitarios tienen que abastecer China con ganado de menos de 30 meses, lo que le da una calidad superior”, explicó.
En resumen, hay buenas expectativas para lo que resta del año y para el primer trimestre del 2025. Del lado del Gobierno, están acompañando muy bien. Dijo que tanto el Senasa, la Cancillería y la Secretaría de Coordinación de la Producción, que conduce Juan Pazo, están trabajando para ampliar los protocolos sanitarios (por ejemplo menudencias a China).
En este sentido, Pazo estará viajando en noviembre próximo a China y a Japón, para ver si se concretan la apertura de la zona norte de este país. También se está trabajando para que esté operativo Malasia, que por un tema religioso se está atrasando y; Filipinas está prácticamente cerrado para que se habiliten las empresas que vinieron a visitar meses atrás. Solo quedaría Corea. Y ya en el mediano y largo plazo, la asignatura pendiente serán los mercados del norte de América.
“La idea es buscar algún acuerdo comercial con lo que era Nafta para ver si mejora el acceso con aranceles reducidos a futuro. El Gobierno entiende que la apertura sanitaria, sin una negociación comercial, tampoco sirve de mucho. Por lo que esta administración tiene como objetivo a medio largo plazo que el Mercosur se desenganche y busque acuerdos comerciales con la mayor cantidad de países posibles. Una visión parecida a la de Uruguay”, dijo.
Y ahora, luego de seis años de inestabilidad macroeconómica, con la alta inflación y la volatilidad que escondían las ineficiencias operativas, la pelota está del lado de las compañías, donde el camino a seguir “dependerá de la capacidad y trabajo serio puertas adentro de las empresas para que el margen de rentabilidad crezca”.
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